34. Conversación en círculo

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—¿Estaban juntos ayer? —se interesa Nathan.

Asiento con la cabeza y me distraigo arrancando yerba del suelo.

Ahora me siento totalmente culpable. Cargo un peso en la espalda de la decepción de la persona que más ha velado por mí desde que llegué. Me merezco esto y mucho más.

Nos encontramos en el patio, donde venimos todos los días después de almorzar. Faltan dos integrantes en el grupo, los dos mellizos. Maddie salió detrás de su hermano cuando salió. Se disculpó con la mirada mientras la veía salir. No la culpo, porque la conozco. Así como es fiel a sus amistades, es fiel a su hermano y sabía que en ese momento él la necesitaba.

—¿Qué hacía allá? —curiosea el pelirrojo.

Cruzo los pies, preparándome para una explicación que no sé cómo dar.

—Pensó que había pasado algo malo cuando grité por la repentina llegada sorpresa de mi hermano. Antes de eso, estuvimos hablando por la ventana de mi—

—¿Tienes un hermano? —se sorprende notoriamente, Alex.

Madre mía, ahora me siento de esas que niegan a la familia. ¿Cómo diablos se me había metido en la cabeza no hablar de mi hermano? Ah, sí, porque si mencionaba a alguien de mi familia, seguirían indagando.

—Sí, tengo un hermano —me muerdo el interior de la mejilla. No me imagino cómo estaría si me ve rodeada de estos cuatro chicos y sin Madd al lado —. Su nombre es Asher y es insoportable.

Quisiera decir que pronunciar aquello me sacó una sonrisa, pero cuando tienes varias emociones ligadas y la mayoría son negativas, opacan las demás.

—Cállate, Alex —alega Albert —. Estamos hablando de Dylan y ella. No se desvíen de tema.

—Bieeeen —dice a defensiva alargando la "e" —. Solo era una simple pregunta, no te molestes. Siento que desde que tienes novia estás más insoportable.

Un momento, ¿Albert tiene novia? Tipo, me distraigo con la yerba por dos segundos y ya el rubio antipático anda en una relación.

—¡Dios! —me sorprendo —¿es eso cierto? —necesito saber. Esto tenemos que celebrarlo.

Albert rueda los ojos. Estamos haciendo un cumpleaños por la noticia.

—Sí, lo es —se le forma una sonrisita, aunque trata de evitarla —. Tenemos varias semanas y se la presenté ya a los chicos, pero tú no estabas aquí.

Claro, me encontraba ocupada en Chicago.

—¿Cuándo la conoceré? —pregunto. Debe ser una chica muy fuerte para aguantar a este gorila americano.

—No lo sé, cuando arreglemos todo esto, supongo.

—Ay, ya cállense —protesta Ethan —. Volvamos al tema, quedan pocos minutos para entrar a las dos clases del día que faltan.

Agarro su muñeca para ver el reloj y efectivamente, tenemos poco tiempo para buscar la manera de resolver esto.

—Sólo estás celoso porque tú no tienes novia —presume Albert. Escucho cómo el pelirrojo susurra un "que tú sepas" casi inaudible.

Jesús, ¿cuántas sorpresas me vas a mandar?

—¿Por qué discutieron? —sigue con el tema, Nathan —Porque supongo que todo esto es a raíz de una pelea o discusión, ¿me equivoco?

No, no se equivoca. Pero... eso era algo más complicado de explicar.

—Es... algo complicado.

La Nueva Vida De Hayden ✔️Where stories live. Discover now