La Resistencia

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               Habían pasado algunas semanas, los pronósticos de fuertes vientos para la ciudad de Iguazú, una tormenta se avecinaba. Los chicos estaban jugando con la cámara, como si Emilia fuera una periodista del tiempo que traía los avances del paso de la tormenta.

—estamos aquí en Iguazú, en el día 7mo del tornado, ya ha cobrado las vidas de 9,478 ciudadanos. Incluyendo artistas... cantantes entre ellos, el joven Jordán Oden Ain. Los meteorólogos, hicieron dos declaraciones: una, que las cosas empeoraran, dos, ya que solo el 42% de la población puede decir meteorólogo desean que se los llame "Sabiondos del tiempo". Los "sabiondos del tiempo" también advierten a los sobrevivientes que esperen lluvias. Esta fue Emilia Quinn reportando... ¡corten! ¡Corten!... Dijeron que no me mojarían, ¡lo prometieron! —Emilia.

—eso no fue nada, fue una prueba de credibilidad. —Stefan.

— Lamento decírtelo, pero fallaste, Srta. Quinn. —Yukii.

—No es divertido pude haberme ahogado. Se me corrió el rímel, estoy empapada, ¿Cómo estoy? —Emilia.

—como siempre. —Sofía.

—Como una estrella de cine. —Nilo.

— ¿en serio? —Emilia.

— sí. —Rocío.

— ¿Cuál? —Emilia.

— La Sienita. —Roció, todos se ríen—

— Vamos, Em te ves bien. —Nilo.

— ¿de veras? —Emilia.

— Si, mira. —Nilo, enseñándole la pantalla—

— Si, tienes razón. La cámara me ama. —Emilia.

—Sí, casi tanto como vos. —Nilo.

—Ey, estamos en Iguazú, ¿hay posibilidad de un tornado? —Sofía.

—Sof, aquí solo habrá vientos fuertes si Jo come comida brasileña. —Emilia. En eso llega Devon.

—Hola... Harold quiere verte. —Devon.

—estamos almorzando. No debemos trabajar aun. —Yukii.

— No Harold quiere verte a ti —Devon señalando a Gerardo—

— ¿a mí? —Gerardo.

— ah, Gere. —Jordán.

— ¿Qué hiciste? —Sofía.

—nada. ¿Porque? —Gerardo.

—no puedo decírtelo ahora. —Devon.

— ¿tomaste postres de la cocina? —Nilo.

— no. —Gerardo.

— deberías, son deliciosos. —Jordán.

— ¿espiaste a las chicas por el agujero que hay en el vestuario de damas? —Rocío.

— no hay ningún agujero ahí. —Gerardo.

— ¿en serio? debe ser en el de los chicos. —Rocío y todos se ríen—

— ¿te pusiste a jugar con los autos de los clientes, en vez de estacionarlos? —Sofía.

—no. —Gerardo.

—Ya sé, orinaste en la piscina. —Emilia.

— ¡Sí! Pero eso todo el mundo lo hace. ¿No? —Gerardo.

— Huh... ¡Gere, qué asco! —Todos.

—oh, no. —Gerardo.

               Entonces Gerardo nervioso porque creía que estaba en problemas, se dirigió a la oficina de Harold. Y de entrada...

*Invitame a Viajar*Where stories live. Discover now