-Final-

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La chica de ojos verdes se sienta sobre la cama, luego de una larga estancia junto a la modelo, era momento de despedirse para tomar un rumbo distinto.

Mismo rumbo que ella escogió.

— Yo... Gracias por todo, Kendall. —Susurra, mientras pasa sutilmente sus pulgares por los ápices de sus ojos para limpiar los rastros de lágrimas.

— ¿Por qué sigues llorando? —Inquiere la castaña, tratando de brindar una sonrisa genuina— Tú tuviste el mal gusto de dejarme, asume las consecuencias. —Menciona con un dejo de humor.

Hadid la observa entrecerrando los ojos y asiente débilmente.

— Sí... Lo sé. —Susurra, ahora llevando su mirada a la sortija que adornaba su dedo anular.

Kendall, observa hacía donde apuntaba la atención de la ojiverde y eso la hace presionar su labio inferior, quizá callando algún comentario que quisiera hacer.
Suspira profundamente y solo se remueve ciertamente incómoda.

— Te quiero, Kendall —Susurra ____, dando un esporádico paso al silencio.

Tranquilo y momentáneo, así podría ser descrito la forma en la que ambas permanecían en esa habitación, el que fuera de madrugada y pudieran observar la tenue luz de la luna que las invadía por el cristal de la habitación lo hacía mucho más grato de disfrutar. No había rencores, solo sentimientos, no había ruido, solo ellas dos.

Quizá Kendall, muy para sus adentros aún seguía odiando esa traición, ¿Por qué Hadid se dió la tarea de dañar algo tan bonito? ¿Por qué aún seguía allí, dispuesta a permanecer cerca suyo? ¿Por qué tan siquiera le dió entrada a su habitación?

El proceso de sanación apenas había iniciado y es que, la verdad no sabía cómo aprendería a dejar ir, pero estaba dispuesta a decidir cuál era la mejor forma de vivir su vida sin algún sufrimiento al pasado, la lloró, la maldijo, deseó que eso no sucediera y ahora no tenía lágrimas, solo tenía esas ganas de querer reprimir que ese sentimiento siguiera con vida.

Sin embargo, aunque quisiera porque de verdad lo intentó, no pudo generar rencor por esa escurridiza ojiverde que había puesto su mundo de cabeza.

Antes estuvo en una constante lucha de aún así querer perdonar ese daño y hacer como si todo no hubiese pasado solo para intentar mantenerla cerca, pero su lucidez y amor propio le enseñó que no podría vivir con eso. Debía perdonarla, y perdonarse a sí misma para poder ir soltando poco a poco.

Primera fase, ¿Para qué guardar rencor? En el fondo aunque ese dolor siguiera marcado en su alma porque de verdad, la lastimó, ese alguien la marcó en algo y está bien aunque haya sido malo, porque le mostró que aunque cuando se enteró se derribó emocionalmente, seguía con vida, su mundo no se había acabado y aunque aún estuviera lastimada, sanaría.
Ese amor fué doloroso, por cada cosa buena hay que sacrificar algo, y si lo bueno fueron todas las sonrisas y promesas juntas, ahora solo debía sacrificar una parte de su corazón por un bien mayor, en algún momento sanaría, en algún momento estaría feliz y no sé quedaría con ese profundo rencor.

Comprendió que no podía tenerla aunque quisiera y para su bienestar emocional, fué mejor perdonarla, reconoció que es una forma más amena de hacer las pases con sus sentimientos y consigo misma. ¿Para qué darle tanta relevancia? Al final será otro amor fallido. Cada quién toma un rumbo distinto al cual no hay que temerle.
En el futuro, simplemente sería ese alguien con el que las cosas no funcionaron, pero que fueron felices por el corto lapso de tiempo que la vida quizo.

It's You (Dua y Tú)Where stories live. Discover now