—Lo sé, tendremos que partir, Jona.

—¿Al norte? Uhm, no lo sé, Thomas...—. Puso ambas manos en su cintura y lo miró desde la entrada a la carpa, sus ojos delatando lo que pensaba.

—¿Qué, Jona?

—Nada, nada...Tan solo no creo que sea buena idea, no con las mujeres y los niños y todos esos salvajes sueltos y si vamos por Arkansas, podríamos demorar meses y Sammy está embaraza, la pobre no podrá soportarlo.

—Comprendo, pero claramente no podemos quedarnos aquí, Jonathan. Es cuestión de tiempo hasta que Manson y sus hombres nos encuentren.

—Sí, lo sé, lo sé...Mierda. Sabía que ese robo era una trampa, todo sonaba demasiado perfecto para ser cierto, te lo dije, Thomas...Te dije que no debíamos confiar en ese bastardo.

—Y aprendimos la lección, ya de nada sirve seguir lamentándonos.

Abandonó la carpa después de eso, todavía maldiciendo para sus adentros y se acercó al carro de la señora Finn para ayudarla a bajar las pertenencias de todos. La señora Finn era la mayor del grupo, aunque su edad era un misterio para todos, Jonathan suponía debía estar cerca de los cincuenta años y cargaba sobre sus hombros cada minuto de sabiduría y también de carácter. Si algo le había enseñado su tiempo viajando con la señora Finn, era que no podía decirle que no a sus pedidos, así que de tanto en tanto, Jonathan se encontraba haciendo los recados por la ciudad para conseguir esto y aquello que la señora Finn le pedía.

—Oh, Jona, que bueno vienes, ayúdame a bajar esta caja ¿quieres?

Se adelantó para tomar el enorme y pesado baúl que cargaban en el carro y lo llevó detrás de la señora Finn hacia donde ella lo quería.

—Dudo que sea buena idea desempacar ¿no crees? Probablemente no nos quedemos en este lugar mucho tiempo. Una pena, parece un bonito lugar.

—Sí, ignorando los cuerpos muertos acumulados colina abajo, el lugar no está nada mal.

—¡Por el amor de Dios, Jonathan! No me menciones esas cosas.

Se rio y dejó el baúl para regresarse y cargar el resto de las cosas del carro.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —escuchó a la pobre Sammy preguntar entre lamentos—. Con el oficial Manson sobre nuestras colas y...Y pobre Chester en prisión...

—No te aflijas, Sammy. Sacaremos a Chester de prisión, de eso estoy seguro.

Ella lo siguió, levantando los bordes de su falda y respirando agitadamente mientras intentaba mantener el ritmo de sus pasos. Su cabello rojizo cayó desordenado hacia su rostro y sus mejillas se sonrojaron por el esfuerzo.

—Y luego acabaremos todos muertos.

—No seas tan negativa, Sammy, estaremos bien. Siempre lo hemos estado.

—¿Bien como el pobre Marian? ¿O Bien como Chester?

No le respondió esta vez, tan solo dejó la caja de provisiones y la miró con cierto pesar. Lamentaba haber dejado el cuerpo de Marian atrás cuando las balas lo habían alcanzado mientras huían de Lubbock después de aquel robo fallido. También lamentaba que Chester hubiera sido arrestado en aquel mismo lugar o peor aún, que todas esas perdidas hubieran sido por nada, pues el botín no había sido más grande a unos veinticinco dólares.

Cuando terminó su tercer viaje para bajar todo lo que traían en el carro, se detuvo un momento para mirar a las mujeres y los niños con los que viajaban y suspiró. Rascó la barba que le crecía y le generaba algo de comezón y se giró para volver a la carpa que Thomas se había agarrado, donde ahora otros de sus compañeros se reunían.

Vidas cruzadas: El ciclo. #1 TERMINADA +18. BORRADORWhere stories live. Discover now