XVII

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La sonrisa de YugYeom con sus hoyuelos también me pareció nostálgica. En mi mente podía ver a YugYeom el niño superpuesto sobre el actual YugYeom y sentí una capa de mi terco orgullo derretirse.

—Comprendo cómo te sientes, siempre fuiste muy pegado con JungKook.

—Creo que te estás equivocando y era, al contrario.

—No, tú eras el que siempre cuidaba de él. Te comportabas como diciendo: "¡él es mío!" ¿Sabes? Cada vez que yo me juntaba con ustedes dos, solías presumirme de lo cercanos que eran. —YugYeom dijo estas palabras con sentimiento.

Lo miré enfadado. Seguro, habíamos sido cercanos durante la primaria, pero no creo que fuera para tanto como para justificar su comportamiento tan dramático. Sin embargo, YugYeom no se detuvo. — ¡Ustedes se comportaban demasiado melosos! ¿Quizás fue por esa actitud que ofendiste a todos cuando JungKook comenzó a volverse más popular? ¡No, espera! Lo lamento, no trato de culparte. —Inmediatamente se tapó la boca con una mano.

Sacudí mi cabeza sardónicamente. —Deja de parecer un disco rayado. Puedes dejar de disculparte. —Pausé por un largo tiempo y después agregué—. Digo, somos amigos, ¿cierto?

Quise decir eso con confianza, pero mi voz me traicionó y terminé quebrantándome un poco. Sin embargo, YugYeom asintió animadamente. Sonreí en respuesta y golpeé su puño con el mío. Era un saludo que habíamos intercambiado de niños.

—Esta es la primera vez que te veo sonreír en mucho tiempo. Hombre, tu personalidad retorcida hace que te veas mucho más lindo cuando sonríes así.

—Mmmm, mi sonrisa no es barata y lo sabes, —dije con seriedad. YugYeom gruñó exageradamente.

—¿Qué eres, un tipo de extorsionista?

Y así, caminamos por las oscurecidas calles uno al lado del otro, discutiendo amigablemente. El estar nuevamente con YugYeom me hizo saber lo estúpido que mi orgullo había sido y el tiempo que perdí con amigos simplemente por él y eso me entristeció un poco.

La mayor parte de la soledad que sufrí fue por mi propia culpa.

Al pensar en ello, el rostro de JungKook apareció en mi mente. No me pasó solo con YugYeom sino que con JungKook también. Ahora ese tiempo ya estaba perdido y eso hizo que me arrepintiera.

¿Por qué escogí no luchar por algo tan valioso?

—Oye, YoonGi... ¿ya comenzaste a salir con JungKook o algo?

—¿Eh? —Me giré inmediatamente para mirarlo, impactado por escuchar el nombre de JungKook.

—Estuviste hoy en su casa, ¿cierto? ¿Ya regresaron a ser como eran antes?

Me sonrojé, recordando aquel beso y los mensajes de texto de antes. —Eh... no exactamente...

YugYeom pareció interpretar esa respuesta como timidez. —Eso pensé, —asintió, convencido de su conclusión—. Bueno, si los dos se han reconciliado, me alegro mucho por ustedes. Sin embargo, creo que cuando los otros chicos estén cerca, no es buena idea que te acerques a JungKook. Después de todo, todavía tienen un mal concepto de ti. —Habló desanimadamente, como si le doliera decir dichas palabras, pero sabía que tenía razón.

—Lamento parecer tan cruel, no te digo que te alejes de él para siempre, ¿sí? He hablado con JungKook al respecto y estamos creando un plan.

—No te preocupes por mí.

—Ah esa respuesta está muy bien. Hombre, a veces cansa lo hostil que eres... ¡ay!

Interrumpí la conversación sin sentido de YugYeom al darle un puñetazo en el estómago. Quizás le di más fuerte de lo que pensé, porque sus ojos se llenaron de lágrimas. Bufé y luego me apresuré a susurrarle: —Gracias.

La verdad es que me hacía feliz lo que YugYeom y JungKook estaban haciendo. Pero jamás podría decírselos en voz alta. Eso sería súper vergonzoso.

—Cielos, ¿no puedes mostrar un poco de agradecimiento sin actuar como un patán? Aunque recibir un agradecimiento de un cactus es un poco emocionante. —YugYeom me mostró una sonrisa mientras se sobaba el estómago.

Cuando le dije que sus gustos eran los de un pervertido, respondió que eso no había cambiado y que siempre había sido así. Ahora que lo pienso, tenía razón. Aparentemente lo había olvidado en el tiempo que estuvimos separados.

—Hombre, sí que eres cruel. Eres del tipo que, si no lo miras, lo olvidas, ¿no? ¿Al menos recuerdas mi apodo?

—¿Qué crees que soy, un idiota? Por supuesto que me recuerdo. — Pero luego me quedé callado pensando en ello, mientras YugYeom me miraba indignado. —Gyeomie, ¿de acuerdo? ¡Es Gyeomie! —Grité frenéticamente.

—En verdad se te olvidó, ¿no? —Preguntó con sospecha. Supongo que lo herí un poco.

Qué imbécil, como si de verdad se me hubiera olvidado. No, no se me olvidó.

—YOO-OON-GIII...

—Está bien, ¡vamos a casa! Sí quieres ver tu programa, ¿cierto? — Ignoré su reproche y comencé a caminar a pasos agigantados. YugYeom me siguió obedientemente mientras continuaba murmurando. Había sido mi culpa, pero su voz me dio tanta lástima que no pude evitar reírme.

Esto hizo que YugYeom se pusiera de mal humor y que estuviéramos en peligro de tener nuestra primera discusión seria después de volvernos a hacer amigos. Era un tanto ridículo.

Al día siguiente durante el almuerzo, fui al tejado con JungKook. El cielo era una mezcla de blanco y azul celeste con nubes esponjosas. Parecía que el viento estaba soplando con mucha fuerza, el reporte del clima de esta mañana no mintió cuando dijo que un tifón se acercaba.

Me incliné sobre la barda y bebí leche de mi cartón, mirando de reojo a JungKook de vez en cuando. JungKook me volvía a ver a cada poco también. Nos mirábamos como si hubiera cosas que queríamos decirnos, pero no nos animábamos. Últimamente simplemente conversábamos de cosas triviales.

—Entonces, tú y YugYeom se reconciliaron.

—No lo llames "reconciliaron", haces que parezcamos niños.

—¿Tú crees? ¡Pero es algo bueno! —Sonrió JungKook, como si él fuera el que acabara de recuperar a un amigo. Era la misma sonrisa de siempre, pero por algún motivo no pude verle a los ojos y retiré la mirada. Me sentía tímido e incómodo a su lado y no podía calmarme.

—Aunque me dan celos de YugYeom. ¡También quiero poder hablar contigo cuando se me antoje! —Dejó caer la cabeza y suspiró.

—Siempre exageras todo. Nos vemos seguido, ¿no es suficiente?

—No, eso sólo hace que te extrañe más. Prácticamente somos como Romeo y Julieta. ¿No lo crees, oh Romeo?  

Green Light ~ KookGiWhere stories live. Discover now