Alec pensó estar secretamente enamorado de Jace hasta que Agatha llegó al instituto... Desde ahí todo empieza.
【 Alec Lightwood x fem oc! 】
【 Season 1, 2 and 3 】
Historia concluida.
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Lo primero que Ágatha hizo, por orden del azabache, fue ir a la enfermería dónde le harían todos los estudios para chequear que su estado y el de los bebés estuviera bien, y luego se iría a descansar.
-Está más grande, mucho más grande que la última vez- comentó Alec con felicidad.
Ágatha ya se encontraba preparada en la camilla, y el estaba a su lado, ambos esperando a que el doctor encargado llegara.
-Sí, pero me preocupa que sea un tamaño muy pequeño para dos bebés- comenta la rubia con preocupación.
Alec se acercó más hasta quedar justo donde ella, y dejó un beso en su frente.
-Todo estará bien- intentó animar el azabache.
Aunque él también estaba preocupado, por todo, Jonathan seguía suelto, Ágatha estaba de alguna forma vinculada con el y había mucho trabajo por hacer pero su prioridad era que su prometida y sus hijos estén sanos y a salvo.
-Buenas tardes, lamento la demora- saludó la doctora llegando.
Alec había pedido especialmente a una mujer para que atienda a la rubia, sabía eso que le daba más confianza a la chica.
-Bien, vamos a empezar con la ecografía- habló.
Los dos asintieron, y el azabache ayudó a Agatha a levantar con cuidado su blusa para que la doctora pudiera hacer su trabajo; la mujer puso el gel por todo su abdomen y comenzó la ecografía.
-Felicidades, definitivamente son dos... Y vaya que son fuertes, sino fuera por la sangre angelical corriendo por sus venas, dudo que hubieran aguantado tanto estando recién en el primer cuatrimestre- comentó.
Los dos la escuchaban pero la vista estaba fija en la pantalla donde mostraban con algo más de nitidez a sus hijos; definitivamente estaban mucho más grandes.
-Bien, Ágatha estás entrando al tercer mes... Los dos bebés están sanos, en perfectas condiciones- agregó la mujer.
Los dos jóvenes cruzaron miradas y se sonrieron emocionados.
-¿Quieren escuchar los latidos?- pregunta la mujer.
Los dos asintieron frenéticamente, la obstetra manejó un par de cosas de sus aparatos, y la sala se llenó de dos latidos que iban en perfecta sincronía.
Tanto Agatha como Alec perdieron la respiración por un segundo.
-Tienen un latido fuerte y saludable, eso es una muy buena señal- comentó la mujer.
La cita médica terminó y luego de unas indicaciones, como el subir las porciones de comida, tomar las vitaminas pre natales y demás, Agatha se encaminaba a su cuarto, con Alec a su lado, ambos tomados de la mano.
