Alec pensó estar secretamente enamorado de Jace hasta que Agatha llegó al instituto... Desde ahí todo empieza.
【 Alec Lightwood x fem oc! 】
【 Season 1, 2 and 3 】
Historia concluida.
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Ágatha abrió sus ojos junto con los primeros rayos del sol que se colaban por la ventana de la habitación.
Respira cerrando sus ojos, la paz la invadía por completo. Hacía demasiado tiempo que no estaba tan tranquila.
De hecho todos estaban tranquilos y festejando que al fin la amenaza había cesado.
Dió media vuelta, encontrándose con un Alec Ligthwood completamente dormido, y la suerte estaba de su lado, porque la dejaba ver la fornida espalda de su prometido.
Se acercó lentamente hacia el chico y comenzó a dejar una serie de besos que viajaban desde sus omóplatos hasta la parte escondida de su cuello.
Su relación estaba radiante, justo en punto culmine de ella, y era en todo sentido, porque las muestras de amor en la cama habían aumentado definitivamente, y Alec estaba por demás cariñoso con ella.
Le encantaba, hacía mucho tiempo que no se sentía así de completa y feliz.
Un gruñido la sacó de sus pensamientos.
-Buenos días, cariño- habló un más dormido que despierto azabache.
Eso era algo nuevo también, el siempre la había llamado por su nombre, pero ahora, cuando estaban solos, apodos cariñosos aparecían.
-Buenos días, dormilón- respondió con burla.
-Estaría despierto desde antes si no fuera porque alguien ayer estaba insaciable- responde el.
La rubia, poco cohibida por la desnudez de ambos, se tiró hasta él cuando Alec logró darse vuelta.
-No escuché quejas de tu parte- dijo ella.
Alec la sostuvo por la cintura y dejó varios besos en su cuello.
-Jamas podría quejarme de que me dejes tener tu cuerpo, Agatha- respondió el azabache.
Los besos en el cuello, antes inocentes, ahora eran húmedos, con ganas de más.
-¿Un mañanero?- preguntó Agatha en susurro.
La risa ronca de Alec llegó a sus oídos.
-Oh claro que sí, linda... Ese no puede faltar- susurró en su oído, para dejar un beso allí.
Beso que sacó un pequeño gemido a la rubia.
Pero la vida no los quería tanto como para que tuvieran su porción de sexo en la mañana.
-Aleja tus asquerosas manos de mi hermana, Ligthwood- bramó Jace entrando al lugar.
Un un gruñido y muy mala cara, Alec se puso a tapar el pecho de su chica.
