—¿Una fiesta?

—Sii, hoy es el cumpleaños de karen.

—No tenía ni la menor idea.

—¿Vas a ir?

—Ngn no lo se... Estoy cuidando a liam.

—¿Y? Puedes llevarlo contigo.

—A una fiesta organizada por tricia, olvidalo.

—¿Que tiene de malo?

—No es lugar para un niño pequeño, y además no tengo muchas ganas de ir a un lugar tan ruidoso y lleno de chicos bebiendo cómo locos — expresó su disgusto hacia ese tipo de eventos.

Red ya se veía venir esa respuesta, así que suspiro.

—Mm ok lo entiendo, ahora eres un hombre comprometido y de familia — opino la chica asintiendo con la cabeza —Y si, tienes razón, ese tipo de fiestas no es lugar para un niño pequeño — cambio de opinión al pensar mejor la situación, lo más probable es que hubiera mucho alcohol y conversaciónes inapropiadas de adultos.

Craig se dio la vuelta y viendo a su hijo empezó a caminar hacia el, no quería dejarlo demasiado tiempo sólo, pero afortunadamente el niño obedeció y se quedó jugando con el panda mientras esperaba.

—Oye ¿y en donde está su papá? — pregunto curiosa y viendo a liam — es raro verte haciendo este tipo de favores, y más cuando se trata de cuidar a un niño.

—Tuvo que salir de la ciudad por su trabajo... — respondió sin más.

—Vaya... Entonces si que te has comprometido con él y su hijo, yo pense que no estabas interesado en formar una familia nunca, o al menos eso me dijo tricia.

—Si, se que no lo estaba... Pero que puedo decir, cuando conocí a su papá perdí totalmente la cabeza por el, empecé a hacer cosas que no acostumbraba y con el tiempo me di cuenta de que no era tan malo esto de ser papá...

—O padrastro.

—Lo que sea, hago lo mejor que puedo para no decepcionarlos.

—Eso es genial, y dulce... — le sonrio.

—Papi, papi ¿nos viste? Estábamos jugando — lo miró sonriente, mientras el animal se alejaba y luego buscaba a su pareja.

—Si hijo, y se ve que le agradas — le respondió este.

—¿Tu crees?

—Claro, liam, eres un niño super genial, tanto que hasta los animales lo saben.

—Jeje je tu también eres genial — el niño rio feliz y después lo abrazo — papi ¿ya curaste a la pandita?

—Si, ella está bien... Mi trabajo aquí ya está hecho — le dijo acariciando sus cabellos.

—Oh, entonces... ¿Ya tenemos que irnos? Dijiste que sólo vendrías aquí por trabajo — hizo una expresión triste y el azabache se le quedó viendo.

—Mm... Aún podemos quedarnos un rato más ¿que dices?

Al oír eso el niño brinco de la emoción y asintió repetidas veces. A red le daba mucha ternura la interacción de ambos, y eso que jamás se imagino ver a su primo comportarse así.

—Eres el mejor papi.

—Mantengamoslo en secreto ¿si?

—¡Sii! Vamos jeje — exclamó contento y tomándole la mano.

—Amm... Red ¿puedes tener esto en tu oficina mientras recorremos el zoológico, por favor? — pregunto este, extendiéndole el maletin con su equipo médico.

Un novio para papá Where stories live. Discover now