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Me desperté al notar como Minho se había apartado de mí. Abrí los ojos lentamente y le vi a Minho intentando levantarse de la cama sin molestarme.

-¿Qué hora es?- pregunté con la voz ronca y adormilada a la vez que me estiraba en la cama para buscar una postura más cómoda.

Minho al parecer se sorprendió al escucharme y se quedó estático.

-Lo siento, no quería despertarte- fijó su vista en mi mesilla, donde tenía un pequeño reloj -Son las cinco de la mañana- dijo y se levantó de la cama como pudo, para después, supuse, ir al baño.

Me di la vuelta en la cama, de forma que si Minho se tumbara yo le daría la espalda.

Cuando estaba quedándome dormido Minho se acomodó al lado mía de nuevo para volver a dormir.

Me di la vuelta pensando en que quería volver a abrazarle para dormir más cómodamente. Tragué saliva al ver que Minho y yo hicimos contacto visual.

No estábamos tan cerca, quiero decir, nuestras piernas rozaban unas con otras al buscar una posición cómoda, pero nuestros rostros estaban bastante lejos, de lo que podrían estar, el uno del otro.

Con esa distancia me ponía nervioso, no quería imaginarme como me pondría si de nuevo nuestros rostros estuvieran más cerca.

-¿Puedo besarte?- le pregunté a Minho después de haber estado durante un rato haciendo contacto visual.

Me sorprendí a mí mismo, ni siquiera había pensado antes de hablar.

Tampoco iba a negar que quería sentir de nuevo el roce de sus labios contra los míos.

Me sonrojé al pensar aquello. Sí, quería volver a besarle.

Minho puso una de sus manos en mi mejilla a la vez que la acariciaba y parecía estar viendo cada detalle de mi rostro. Aquella acción consiguió que mi corazón se acelerara.

-¿Te gusto?- me preguntó fijando su vista en la mía.

Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo a la vez que el sonrojo se hacía más notorio en mi rostro. Devié la mirada de la suya a la vez que aclaraba mi garganta.

-Sí, bueno, creo que sí, no estoy seguro- dije tartamudeando.

Me pegué internamente, tenía claro que Minho me gustaba, pero mi nerviosismo me ganó en aquel momento.

-Tendríamos que volver a dormir- dije intentando hacer como si nunca hubiéramos tenido aquella conversación.

Me iba a dar la vuelta para darle la espalda a Minho, pero se acercó tanto a mi rostro que lo único que pude hacer fue fijar la vista en sus ojos y tragar saliva por la repentina cercanía.

-Yo tengo en claro que me gustas, y si me dejas besarte de nuevo lo haré- dijo poniendo la mano, que se encontraba en mi mejilla, en mi nuca.

Él estaba esperando una respuesta, por mi parte me acerqué a su rostro juntando nuestros labios en un beso deseado por los dos. No era un beso exagerado, pero tampoco era uno demasiado lento.

Puse una de mis manos en su hombro derecho y acerqué más nuestros cuerpos logrando que aquel beso se profundizara.

Nos separamos por falta de aire y abrí los ojos lentamente encontrandome con él aún con los ojos cerrados. Poco después los abrió haciendo contacto visual conmigo.

Mordí mi labio inferior intentando contener una sonrisa, cosa que no logré. Minho sonrió y comenzó a darme caricias en la nuca.

-Mocoso, ¿cómo haces para que me gustes tanto?- me preguntó rozando su nariz con la mía.

-Eso te lo tendría que preguntar yo a ti. Hace tan solo unas semanas que nos conocemos y aún no entiendo como haces para que mi corazón se acelere tanto cuando estoy contigo- dije pasando mi lengua por mis labios al sentirlos secos.

-¿Sabes?, me gustas de hace tiempo, en serio no sé cómo hiciste para ganarte mi corazón-

Le miré algo sorprendido a la vez que sonreía.

-Esta conversación es demasiado cursi- dije soltando una risilla, logrando que Minho riera también.

-Cursi, pero sincera- dijo juntando de nuevo sus labios con los míos.

Pude notar como tanto él como yo sonreíamos en medio de aquel beso. Poco después nos separamos y Minho me abrazó apoyando su cabeza en mi pecho.

-Te quiero- dijo abrazándome con más fuerza, haciendo que, aunque suene extraño, notara un doble sentido a aquellas palabras.

Si él me consideraba alguien importante en su vida deduje que tendría miedo a perderme al igual que lo hizo con su hermana.

-Yo también te quiero- dije correspondiendo su abrazo y dejando un casto beso en su cabeza.

Minho se había ganado mi total confianza en muy poco tiempo. Esperaba no equivocarme como la última vez.

𝘠𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘥𝘪𝘧𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘵Where stories live. Discover now