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Minho acababa de llegar a casa, mi madre le abrió la puerta encantada y se fue a la cocina a prepararnos algunos sándwiches.

Estaba apunto de comenzar a subir las escaleras, pero Minho me sujetó suave del brazo haciendo que le mirara confundido.

-Te vas a caer-

-Llevo desde el lunes subiendo y bajando por estas escaleras con las muletas y aún no me he caído- dije e intenté subir, pero Minho volvió a impedirmelo.

-Déjame ayudarte- dijo y sin tan siquiera esperar una respuesta de mi parte me sujetó entre sus brazos y siguiendo mis indicaciones llegamos a mi habitación.

-Tienes que dejar de hacer eso, en serio- dije una vez apoyé mi pie y mis muletas en el suelo.

-¿El qué?- me preguntó confundido.

-El llevarme en brazos, puedo andar yo solo, no necesito ayuda- dije sentándome en la cama.

-Claro, se me olvidaba, nunca necesitas ayuda- dijo con su característica sonrisa.

-¿Qué película quieres ver?- le pregunté cambiando de tema y esperando una respuesta.

-Pon la que quieras, la veré de todos modos- dijo sentándose a mi lado.

Poco después nos encontrábamos apoyados en el respaldo de la cama mientras teníamos la vista fija en la tele. Mi madre nos llevó los sándwiches unos minutos antes.

Cuando estábamos por la mitad de la película noté como Minho apoyó su cabeza en mi hombro. Giré mi rostro para verle con intenciones de decirle que se quitara, pero ví que estaba con los ojos cerrados. Se había quedado dormido.

Solté una pequeña risa y volví la vista a la televisión. Con que iba a ver la película, sí, claro, ja.

Ni siquiera entendía como había conseguido quedarse dormido, estabamos viendo una película de acción.

Cuando la película terminó encendí la luz de la habitación. Minho hizo ruiditos quejándose, pude ver como arrugaba su frente; poco después se puso el gorro de su sudadera logrando que no le diera tanta luz. Después volvió a apoyar su cabeza en mi hombro.

No me quejé, por alguna razón me sentía cómodo de aquel modo, así que decidí apagar la luz de nuevo y apoyar mi cabeza sobre la suya, con cuidado de no despertarle. No me dormí, ya que no tenía sueño; pero quería comprobar si aquella postura era cómoda.

No quería aceptar que Minho me gustaba de otra manera, en el fondo lo sabía, pero seamos sinceros, casi no nos conocíamos, el sentir aquello era casi imposible.

Dejé de apoyar mi cabeza sobre la suya al ver como pasaba sus brazos por el mío buscando estar más cómodo.

Fue cuando decidí despertarle.

Encendí la luz y le quité el gorro logrando que él abriera los ojos mientras intentaba acostumbrarse a la luz que había en la habitación.

Después me miró viendo que estábamos bastante cerca, abrió los ojos como platos, algo sorprendido y confundido por la situación, y se apartó rápidamente.

-Lo siento, anoche no dormí bien- dijo cubriéndose la boca con una de sus manos mientras bostezaba.

Estuvimos un rato en silencio, no era incómodo; poco después Minho me miró.

-¿Puedo contarte algo?- preguntó mordiendo nervioso su labio inferior.

Asentí algo confundido.

-Pero no se lo digas a nadie por favor, ni siquiera Hyunjin ni I.N lo saben- dijo soltando una risilla nerviosa mientras intentaba sonreír.

Puse una de mis manos sobre la suya dándole a entender que podía confiar en mí, que estaba dispuesto a escucharle.

-Mi madre y padre están peleando constantemente, empezaron hace una semana y no han parado de discutir- pude escuchar como tragó saliva a la vez que desviaba la mirada de la mía -Por eso suelo llegar algunos días tarde a clase, suelen discutir prácticamente cada vez que se ven; y eso incluye también por las noches- me miró y ví como estaba aguantando las lágrimas.

Acto seguido le abracé, él correspondió el abrazo de inmediato dejando salir las lágrimas.

Nunca había visto a Lee Minho tan vulnerable, pero podía decir fácilmente que no me gustaba verle de aquel modo.

𝘠𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘥𝘪𝘧𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘵Where stories live. Discover now