chapter eighteen

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▬▬▬▬ PARTE DOS,
CAPÍTULO DIECIOCHO

▬▬▬▬ PARTE DOS,CAPÍTULO DIECIOCHO

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—SABES —COMENZÓ REBEKAH mientras ella y Violet limpiaban varios elementos del baile que tuvo lugar la noche anterior—. Todavía no he ido a un baile escolar.

Violet frunció el ceño, dándose cuenta de que era cierto. La primera oportunidad que Rebekah tuvo de ir a un baile de la escuela fue el baile de bienvenida, donde Elena la apuñaló. Y ahora, Esther apareció y aprovechó la última oportunidad de Rebekah para experimentar un baile de la escuela secundaria.

—Lo siento, Bekah. Te lo prometo, una vez que todo esto termine, tú y yo saldremos de compras y tendremos pijamadas y hablaremos de chicos todo lo que quieras. Tendrás tu experiencia humana, lo prometo —Rebekah sonrió en respuesta, su conversación se cortó cuando Caroline entró al gimnasio.

—¿Dónde está Matt? —Preguntó la vampiro más joven, mirando a las otras dos rubias con extrañeza mientras limpiaban.

Rebekah tomó un vaso de la mesa y la arrojó a la papelera de reciclaje en sus brazos. —No vino. Tuvo que trabajar de última hora.

Los brazos de Caroline cayeron a sus costados. —¿Estás bromeando? Entonces, ¿solo somos nosotras?

—Sí, y llegas tarde —Rebekah regañó—. El comité de limpieza comenzó a las ocho en punto.

Caroline miró su teléfono confundida. —Son como las 8:02.

Rebekah la miró sin comprender.
—Exactamente. Logramos llegar a tiempo y yo ni siquiera pude asistir al baile que organicé —La Original pasó junto a Caroline y arrojó el contenido del contenedor en un bote de basura más grande.

Caroline exhaló por la nariz, mirando a Violet, quien solo pudo darle una mirada de complicidad. Todo lo que Rebekah quería era tener una experiencia humana, y Caroline lo sabía. —Lamento lo de tu mamá —La cabeza de Rebekah se disparó ante las palabras de la vampiro más joven—. Quiero decir, sé que la odiabas y todo, pero aún así... lo lamento.

Rebekah tiró el contenido restante de los contenedores y cerró la tapa de la basura. —Lamento lo de tu profesor. Parecía un buen tipo.

Caroline le dedicó una débil sonrisa.
—Sí. Lo era.

—Voy a empezar con el gimnasio —Rebekah dice en voz baja antes de salir de la cafetería. 

Un silencio incómodo cae sobre Violet y Caroline. Después de un momento, ambas se miran la una a la otra con expresiones de culpabilidad y exclaman al unísono. —Lo siento.

Las dos soltaron risas, moviéndose hacia la otra y abrazándose. —No tienes idea de cuánto tiempo he estado esperando para decir eso —Caroline murmura.

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