—Entonces devuélvemela

—¿Que?  —Estupefacta quedé.

—Esa es una de mis favoritas y ahora está en la cintura de chica arrugándose así aunque sea merezco un gracias al menos porque lo tendré que planchar después.

Rei sin gracia.

—lo siento por ti querido, pero tu fuiste el que me lo dio. —Juguete.

—lo necesitabas —apretó sus dientes viéndome fijamente los ojos. Sus ojos eran aún más claros de cerca, podía verle el iris agrandado y brilloso. Era demasiado, sentía mi respiración irse ante todo lo que te tenía al frente.

—pero nunca te lo pedí .

—dime gracias o te lo arranco de esa pequeña cintura con todo y vestido. —Recalgo.

A veces admiro como el cerebro reacciona tan rápido para poner imágenes indebidas en mi mente, con unas simples palabras.

Por favor Dhara contrólate.

Rei mientras observaba sus ojos claros.

—No te atreverías —lo rete acercando mis labios hacia los suyos y tentarlo.

—Tú no sabes lo que haría hasta conseguir lo que quiero  —sus palabras se hicieron un murmullo cuando bajo la mirada a mis labios.

—Qué cliché...—murmure.

Mordí mi labio inferior deseando que esto se acabará pronto. Aunque de seguro nadie me estaría buscando allá fuera, extrañando mi soledad.

—Sigo esperando.

—Pues vas a seguir esperando —caí en cuenta que con fuerza reaccione empujándolo pero él tenia mas fuerza suficiente para no apartarse.— Déjame alguien puede entrar.

—Cerré la puerta con seguro.

Exalte los ojos.

—¿Que?

—Así que si no sales de aquí hasta decir gracias.

—Me dijiste que solo me la pusiera.

—Pero nunca pensé que sería maleducada y te iría sin más.

—Estas loco si piensas que lo diré.

—Hay cosas mejores que me vuelven loco —sus ojos dirigieron a mis labios de nuevo que ya ni sabía si eran solo mi imaginación. Pero era claro lo que quería antes de salir.

—No te besare.

—No te estoy diciendo que lo hagas.

—Sus ojos no me dicen lo mismo.

—¿Y quieres obedecer a mis ojos?

Sin reaccionar baje la mirada hacia sus labios que se encontraban entre abiertos. Trague saliva.

No Dhara, no te dejes llevar por las hormonas estas vez...

No puedes poner por excusa que estabas ebria cuando estas completamente sobria.

—déjame salir.

—di la palabra mágica y terminamos con toda esta tensión. —Sus labios se cerraron para relamer sus labios lentamente.

—No lo haré esta vez.

Su rostro se acercó más de que consideraba adecuado.

—No te estoy pidiendo que los hagas —su nariz rozaba la mía.

Podía sentir el choque de mi respiración a la suya, con un calor intermedio.

—No sabes cuando te odio Adriel.

Amor Por Error ©Where stories live. Discover now