십사. real life

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A Minho no le tomó por sorpresa que Nari lo estuviera besando. Lo hubiera sido si no lo hubiese hecho.

Era lo que buscaba, había estado provocándola desde que había visto que por mucho que estuviera diciendo que se quería ir, no era así, todo en ella indicaba lo contrario.

Primero estaba la forma en la que lo miraba, del mismo modo que lo estaba haciendo él, devorándolo con los ojos; también en cómo no se apartaba ni ponía distancia aún cuando estaban muy cerca el uno del otro y tenía la mano en su cintura, y por último, porque le estaba siguiendo el juego porque por mucho que decía que se quería ir, no lo hacía.

Su primera intención cuando la había ido a buscar no era esa, todo lo contrario, ni se lo había planteado ni pasado por la cabeza. Después de haberlo hablado mucho con Chan y Jiyong, porque habían estado escuchándolo y dándole consejos sobre la situación, había llegado a la conclusión de que tenía que disculparse por haberla besado de esa forma, no había sido correcto ni educado.

Sin embargo, cuando se habían quedado a solas, porque no podía hablar de eso delante de Seungmin, no porque no se fiase de él, era más bien porque sabía que, por lo que conocía a Nari, ella no le gustaría que la gente lo supiera, había olvidado todo lo que tenía pensado. No sabía bien el motivo, pero todo lo que se había preparado, la forma de disculparse, de hacerle entender que no lo había hecho con mala intención, se le había olvidado.

Solo podía pensar en lo atractiva que era Nari y lo guapa que estaba, pese a que se notaba claramente que no tenía un buen día al tener el ceño levemente fruncido, y que el color del jersey que llevaba hacía que el color de su cabello resaltase un poco más.

No era que no se hubiese dado cuenta desde que la había conocido que era guapa, pero por alguna causa que se le escapaba, cada vez que la veía la encontraba más atractiva.

A eso se le tenía que sumar que cada vez que hablaba, cada vez que le rebatía lo que decía o solo le llevaba la contraria, se lo resultaba aún más, y no lograba comprenderlo porque no tenía ninguna lógica.

Sin darle tiempo a que se arrepintiese, le devolvió el beso subiendo la intensidad de inmediato, sin conformarse con medias tintas o un simple roce de labios. No, eso ya no le servía, no con ella, no con ese juego previo y Nari siguió el ritmo, besándolo con la misma ansia que le estaba demostrando.

Aprovechando que aún tenía la manos en su cintura, la apretó aún más a él y sin ningún tipo de esfuerzo ni reparo, la alzó, apoyando su espalda en el espejo y colocándose mejor para que ambos estuvieran más cómodos. Si a Nari le molestó, no lo hizo notar, todo lo contrario, lo rodeó con las piernas para pegarse aún más a su cuerpo, rozándose justo en ese punto que casi hizo que Minho perdiera la cordura.

Eran como dos polos opuestos de un imán que se atraían de forma magnética. Inevitable. Intenso. Impredecible. Y ninguno de los dos parecía quejarse.

Any ― Lee KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora