Harry, hijo de empresarios muy importantes, ricos y para su suerte; homofòbicos. Al recibir la noticia sobre la sexualidad de su unico hijo varón, ellos le dieron la espalda, dejandolo en la calle, sin nada. Sin nadie.
Tras días de vivir siendo prác...
Se sentía como si hubieran pasado años desde la última vez que vio a Louis. Había estado muy ocupado con su trabajo. Últimamente llegaba más gente de lo normal e incluso había tenido que ayudar un poco a los meseros y en la barra. Estas semanas estaba tan agotado que lo único que quería hacer era tirarse a su cama y dormir. Extrañaba a Louis, claro. Pero apenas podía completar sus tres comidas al día con tanto trabajo, no había podido mandarle siquiera un mensaje y mucho menos salir con él otra vez. La alarma de Harry sonó, marcaban las 12:00pm y su turno estas semanas comenzaba en una hora y terminaba a las 6:00am. Solo podía rogar por un día de descanso pronto o terminaría destruido en unos días.
Se talló los ojos y se obligó a abrirlos, no podía perder mucho tiempo, lo tenía contado. Desayunó algo rápido, un yogurt que se encontró y que seguramente era de Niall. Se dio una ducha rápida y preparó todo lo que necesitaba para su trabajo. Cuando finalmente llegó, su jefe le pidió que ayudara a acomodar las sillas, bebidas y en general todo el lugar. Eso les tomaba horas ya que necesitaban pedir productos extras para la cantidad enorme de clientes que empezaban a tener. Pasaron las horas y los clientes ya estaban llegando, Harry estaba listo para tomar su puesto de bailarín en cuanto su turno comenzara. Últimamente sentía que no lo hacía bien y le preocupaba que su jefe lo regañara por su horrible desempeño en el baile, y aunque lo intentaba, su cansancio era demasiado cuando bailaba. Así que salió al escenario y comenzó a dejarse llevar, como si estuviera bailando como solía hacerlo de pequeño cuando su madre reproducía su canción favorita los sábados por la mañana al hacer el desayuno, como si estuviera él solo dándose una ducha escuchando las canciones del momento. Estaba bailando para sí mismo. Recordando. Sintiendo. Viviendo.
El bar finalmente había cerrado cuando algunos de los trabajadores fueron citados en la cocina por Simon. Al parecer, había logrado contratar a unas cuantas personas más para hacer el trabajo un poco menos pesado para todos, Harry y sus compañeros tendrían una semana libre de trabajo para que puedan realmente descansar. Realmente sintió un alivio al escuchar esas palabras saliendo de la boca de su jefe, estaba agotado y necesitaba comer. Tampoco había tenido mucho contacto con los chicos ya que ellos estaban en la misma situación y las pocas palabras que intercambiaban al día era unas buenas noches al finalizar su jornada.
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Había intentado comunicarse con Harry estos últimos días, pero las únicas respuestas que había recibido eran letras sin sentido tratando de formar alguna una oración sin éxito, seguramente entre sueños. Al principio se preocupó por si acaso había sido muy intenso o no le había caído del todo bien. Pensó en volver a escribirle preguntando si todo estaba bien, pero alejó esos pensamientos y se dijo a sí mismo que le daría su espacio o terminaría asustando al pobre chico.
Dioses, realmente le urgía distraerse un rato. Liam había ido a visitar a Ashton fuera del país así que era solo él, por su cuenta. Y su novia. Desde el momento en el que Liam subió a ese avión Eleanor no se había separado de Louis, quería toda su atención y esta vez Louis no podía mentir o poner de excusa que saldría con sus amigos. Le parecía eterno el tiempo que llevaban yendo de un lado a otro, comidas familiares, citas “románticas”, picnics. Louis estaba harto, necesitaba despegarse un rato de su novia o comenzaría a arrancarse el cabello uno por uno.
