—La limonada amargada como tu  —empezó a decir Félix con humor que en estos momentos no me daban gracia.

Subí el menú para no mirarlo desde la mesa. Había varias opciones que no se me apetece para nada, después de ayer en la noche, comer o beber no era algo agradable para mi estómago.

—¿y tu Dhara? — preguntó Nat.

Subí la mirada hacia ella pero me tope con la de Adriel, que estaba atento a mis movimientos de mis dedos hacia la carta. Como al principio lo hizo, lo inmute.

—Café igual sin azúcar   —Sonreí con la boca cerrada hacia la mesera.

—Lo siento señorita pero aún no tenemos café a estas horas de la tarde.

Mierda, mi obsesión por el café no servía en estos momentos.

—Entonces un chocolate.

—No tenemos chocolate para preparar.

—¿Un mate? —dudo mordiéndose el labio inferior.

—Sólo tendremos por la noche - ya me sentía avergonzada.

—Entonces—

—Dos batidos de leches con fresas, para la señorita y para mi  —Me interrumpió Adriel haciendo uso de autoridad. Trague mis palabras y me achique. Era la segunda vez que escuchaba su voz aunque esta vez no fuese pidiendo que abriera las piernas, pero que si me causaba conflicto cerebral.

—Okey ahora se lo traigo  —Asiente con alivio.

Reproche una mirada amenazante hacia a él y este solo me mira sin parpadear retándome a lo que su mente decía. 

Después de unos minutos llego de nuevo la mesera con las bebidas en la bandeja sirviendo a cada uno lo correspondiente. Y así mismo me llego una notificación en mi móvil  prendiendo de la pantalla y mostrando un gatito como de fondo. Lo agarre al instante para no vieran mi absurdo fondo. 

Mama no dejo comida, tengo hambre 

Era un mensaje de mi hermano. Decidí no contestar, mi hermano ya era suficiente grande para poder comprarse algo o en todo caso ir a comer algún lado, como lo hace con sus amigos.

—Y dime Adriel que te trae por aquí   —Félix fue el primero en dar esperanzas de alguna conversación formal.

Adriel dejó de hacerle vueltas con su popote a su bebida que hacía burbujitas para dirigirse a el pero su novia lo detuvo antes de tiempo dejándolo con las palabras en la boca.

—Su familia decidió mudarse por unos años, le salió una propuesta de trabajo de su papá, así que trajo a su hermana y su mama , ¿o es así amor?

Félix quedo un poco incomodo a este hecho. Adriel solo se limito asentir mezclando nuevamente su bebida. 

Sonreí con incomodidad, pero solo lo digo por mi, me contenía las ganas echar en cara todo lo que hizo su novio mientras que ella soplaba de sus velitas.

Quite esos pensamientos de mi mente tomando de un sorbo del batido.

Y creo que fue lo mejor que hice en todo este insufrible tiempo.

No lo pude evitar y gemí de placer.

Al darme cuenta del hecho que gemir ya era demasiado tarde. Todos me miraban con cara de vergüenza, menos Adriel por supuesto , él tenía una sonrisa pícara en la cara como si eso le diera satisfacción, que lo intentó tapar con una mano en la boca.

—Perdón —me repuse.

De unos segundos de incomodidad , Nat se aclaró la garganta y se dirigió a mi. 

Amor Por Error ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora