ꕤ 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐 [𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

𝟓𝟗. || 𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢 || 𝐁𝐍𝐇𝐀

Dedicado: EncontreMiDignidad

Título:

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| • 𝓤𝓷𝓪 𝓪𝓹𝓾𝓮𝓼𝓽𝓪 𝓮𝓼 𝓾𝓷𝓪 𝓪𝓹𝓾𝓮𝓼𝓽𝓪  • |
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“ Realmente la escritora no tiene idea si éste personaje es del gusto de mi linda lectora mencionada, sin embargo, decidí probar suerte y confiar en la imagen de perfil de ésta hermosa persona. Espero te guste aunque no sea de tu agrado dicho explosivo chico. ”

— ¡¿Están locas o qué?! —

Cuestionó una joven adolescente, que portaba el uniforme escolar de cierta academia para futuros héroes, en un alterado grito, notablemente agudo, al momento de retroceder unos cuántos pasos debido a la impresión que se reflejó con notable intensidad en sus orbes zafiros que se hallaban abiertos con suma exageración ante su reluciente pánico desbordado.

Dejando escapar una risilla traviesa de sus femeninos labios; una muchacha, de tez rosada y cuernos emergiendo de su melena alborotada, se acercó con evidente malicia hacía la contraria visiblemente espantada.

— ¡Vamos, (Nombre)! —dijo ésta al pasar uno de sus brazos por los hombros de la mencionada y brindarle un abrazo que la mantendría en su lugar por medio de la fuerza que empleaba aquella rosada chica en su extremidad aprisionadora. — ¡Una apuesta es una apuesta! —sonrió con un semblante oscuro que desbordaba una peligrosa diversión.

— ¡Lo sé! —respondió la nombrada al girar su rostro en dirección de la muchacha a su costado. — ¡P...Pero aún así-. —su argumento se vió interrumpido por las palabras de otra divertida estudiante; de hebras azabaches y grandes orbes negros.

— Perdiste la apuesta, (Nombre)-chan. —resaltó el hecho al sonreír con complicidad hacía la rosada. — Y, como perdedora, tu deber es aceptar hacer lo que hemos dicho-gero. —sentenció con burlona determinación al colocar su dedo índice sobre sus labios.

— ¡Es ridículo! —replicó aquella quien había perdido una supuesta apuesta con los nervios siendo evidentes en su alterada persona.

— ¡Tranquila, (Nombre)! —brindó varias palmadas de apoyo contra la espalda de la mencionada fémina visiblemente temerosa. — ¡No es como sí tuvieras que hacer algo peligroso! —soltó unas risillas de jovialidad.

Ante las palabras dichas por la chica de cabellera rebelde en rosa pastel; la perdedora muchacha abrió desmesuradamente sus ojos, con una palpitante vena de enojo decorando su frente, para después exclamar de manera hostil hacía la rosada estudiante: