Capitulo 22

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El hijo de la bruja, el ser más fuerte que ha existido y existirá jamás...

Un ser que poco a poco a ido forjando una identidad propia con ayuda de su <Familia> y de su madre... Realmente a muerto?...

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La oscuridad reclamaba los ojos de Bell aún cuando los había abierto ya hace mucho tiempo. Decir el tiempo que llevaba en ese estado era imposible.

Sentía como el viento golpeaba su rostro, movía su cabello y golpeaba a su cuerpo mientras caía en un agujero totalmente oscuro como si el color del mundo hubiera sido absorbido por un agujero negro.

La prueba de la bruja.

Un lugar que había dejado en Bell para que se fuese acostumbrando a su poder poco a poco. Este chico nacería de una madre y un padre siendo los dos mortales. La bruja, en la antigüedad fue considerada como un mortal que trascendió del plano mortal por su inconmensurable poder que obtuve de aquellos dioses desterrados. Ahora, un humano heredaría sus poderes. Los poderes de un dios en el cuerpo de un mortal... No es necesario un razonamiento muy amplio para descubrir qué sucedería si este mortal obtuviera esos poderes al momento de nacer... simplemente explotaría.

La mente del chico estaba completamente en blanco, pensaba en absolutamente nada. Solo dejaba que el "tiempo" pasara de forma natural. Estar en este estado sin duda conduciría al hombre más sabio y cuerdo del mundo a un estado de demencia, solo que no se habla de una persona común en este caso en particular...

El lograr no pensar en nada por mucho tiempo era una hazaña bastante considerable, teniendo en cuenta que a este estado solo accedía mortales que querían hacerlo, en otras palabras ser inconsciente de todo lo que te rodea y todo lo que te ha pasado y pasará y entrar en un estado de absoluta relajación... solo a este estado podría acceder una persona como Bell.

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El Dhampiro dio la espalda a el chico empalado por diversas lanzas y estacas hechas a base de sombras y el control de la oscuridad que su raza poseía. Su andar era constante, como si lo que acababa de hacer ya lo hubiese olvidado, como cuando aplastas una hormiga en tu camino y ni te das cuenta de ella por lo insignificante que es para ti. Solo un bicho menos en el mundo de los tantos que hay... una simple molestia.

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Sin voltear, simplemente caminó por el pasillo para reencontrarse con sus compañeros.

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Más "tiempo" pasó hasta que una tenue luz deslumbró el oscuro abismo por el cual Bell bajaba sin controlar la velocidad de su caida.

Una luz muy pequeña, tanto como la cabeza de una aguja a más de cien metros de distancia, pero esta era bastante luminosa, así que fue fácil de distinguir en este túnel repleto de oscuridad. Algo tan insignificante como el tamaño de esa luz podría ser opacado por su brillantez.

El "tiempo" fluía y fluía sin detener su curso por ningún motivo, otra eternidad pasó. 

Al casi llegar a la nueva plataforma donde se llevaría a cabo una nueva prueba, desató su dominio a su alrededores y disminuyó la velocidad.

Tump

Con un ruido seco, Bell plantó sus pies en el suelo de la plataforma. Al momento, sus instintos de batalla pulidos por sus maestros aventureros de clase alta, saltaron casi al instante haciendo que retroceda unos metros hacia atrás de un salto.

Crack

El suelo donde hace unos segundos estaba Bell había sido reducido a polvo por una gran espada. Una gran grieta de alrededor de 5 cinco metros se extendió a lo largo del lugar del golpe de la espada.

Sus ojos buscaron rápidamente a el sujeto que esta vez sería su contrincante. Sus músculos se tensaron, extrajo todo el oxígeno de sus pulmones y los vació hasta el límite. Todo su cuerpo entró en un estado de tensión absoluta listo para cualquier movimiento extraño que percibiera en su alrededor, algo como trampas.

Al encontrar a su oponente, un sentimiento indescriptible recorrió la columna vertebral del peliblanco, el instinto natural de todo ser vivo. Miedo. Cada animal posee un instinto que le dice que hacer incluso si el cerebro todavía no es capaz de reaccionar.

Corre, dijo su instinto.

No pudo correr, aunque su instinto gritara como si una persona estuviese gritando a centímetros de su oído, este ignoraría eso.

Con una postura intimidante y mirando hacia abajo para encontrar la mirada de su oponente, el caballero de sombras y Bell hicieron contacto visual.

Una gran armadura cubría su cuerpo completamente, cubierta de raspones y algunas abolladuras, y aún conservando la sangre de los enemigos que asesinó en algún pasado distante. Una capa roja ondeaba detrás de él. Un capa que podría simbolizar a todos lo enemigos que pisó bajo sus botas de acero haciendo que su capa, alguna vez blanca como una porcelana recién hecha, se tiñera de un rojo sangriento y de un color oxido por la misma sangre.

Su espada era la que más intimidaba. Tenía un estado bastante deplorable estéticamente. Algunas partes faltaban en el doble filo de la gran hoja, oxidada por el paso del tiempo y por la sangre de sus enemigos recalcando que había pasado por innumerables batallas y saliendo victorioso en todas. Aún con todas esas imperfecciones, de un solo vistazo se podría saber que esa espada soportaría la cara de innumerables batallas más antes de ceder al paso del tiempo.

La mirada del caballero se alzaba a más de dos metros de altura haceiendo que Bell tenga que mirar hacia arriba para poder hacer contacto visual, cosa que no estaba haciendo. Hacer contacto visual durante una batalla sería contraproducente. Una mirada no te va a matar, pero los golpes certeros y las oscilaciones de una espada sin duda lo harán. Bell mantenía su vista fija en los movimientos del caballero.

Alzando su escudo y poniéndolo frente a su pecho y luego balanceando su espada, parecía una especie de saludo antes de iniciar la batalla. Bell entendió el gesto del caballero. Busco su espada negra, situada a su costado en su guarda y la sacó.

Los dos oponentes cruzaron espadas, no de una manera agresiva, sino como una especie de saludo antes de un combate amistoso. Aunque de amistoso no tendría nada.

En un parpadeo Bell se alejó de su oponente para poner cierta distancia entre ellos. En un enfrentamiento de fuerza bruta no ganaría por más que lo intentara. Tenía  la certeza que al momento de cruzar espadas de frente, su espada se quebraría por la fuerza del caballero --Que podía sostener esa gran espada con una sola mano-- sumado al peso mismo de la espada, sin duda sería un golpe que nadie quisiera recibir de frente.

Será una batalla larga

Susurró para sí mismo en su corazón antes de comenzar una sangrienta batalla.

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Bell, Hijo de la BrujaWhere stories live. Discover now