Capítulo 15:

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Kirishima's pov

El corazón de la tormenta me había dado la señal que necesitaba para regresar a casa en el momento en que me arrancó mi collar y lo alejó de mí sin saber a qué dirección iba, lo supe al entregar a la última persona en tierra y ver que mi cola no se convertía en mis piernas con mis adorables dedos al final.

No me pude despedir de Katsuki, y aunque era algo que me lastimaba no había tenido más opción. Seguro el collar se había estrellado con alguna roca y se había roto para siempre. Y al hablarlo con Momo me di cuenta de que finalmente cumplí mi objetivo de regresar a tierra; no podía pedirle otro collar, se había arriesgado con darme el primero, podía poner mi cabeza y mi sitio en el mar en riesgo pero no el de ella.

Un sonido extraño llegó a mis oídos con la llegada del día y estaba en mí investigarlo con mi lanza en mano. Era demasiado débil para ser una ballena, demasiado fuerte para ser un delfín y demasiado burdo para ser un lenguaje que hubiera escuchado en el mar.

Me alejaba de mi manada dirigiéndome a donde el sonido me llevaba y a la distancia observé algo. Parecía uno de los míos, pero su lenguaje no se asemejaba a algo que hubiera oído antes. Mi sentido cazador me llevaba a pensar que quizás este sujeto en agonía podría ser una distracción de otro clan, que debía terminar con su sufrimiento y volver con mi manada a proteger a los pequeños.

De pronto, ese ser miró hacia arriba y comenzó a nadar hacia la superficie; nadie aquí hace eso a menos de que necesite aire y él mas bien parecía encontrarse en busca de algo en ese lugar. Su comportamiento me intrigaba así que lo seguí asomando mi cabeza por sobre el agua.

Los primeros rayos del sol golpearon el agua e iluminaron su piel humedecida y miro el horizonte como si le traerá una memoria agradable. Por mi lado...

...

Sin su peinado que acostumbraba a ver no había podido definir nada, pero viéndolo con más luz y dándome cuenta de nuestros ojos que brillan con el mismo color mi corazón comenzó a latir de manera feliz. Dejé que mi lanza se hundiera sabiendo que se quedaría cerca de las rocas en las que antes me ocultaba y solo nadé hacia él saltando del agua, él volteó apenas escuchar mi alboroto, dándome la oportunidad de abrazarlo como si no lo hubiera visto en años a pesar de que solo hubieran pasado unos cuantos días.

—¡Katsuki! ¿Qué estás haciendo aquí?— le dije finalmente, aferrándome a él como si fuera el ultimo pez en el océano

—Es una historia rara, pececito. Un momento estás bebiendo con los amigos y cuando te diriges a casa miras el mar, miras el collar que tienes puesto y solo, te desvistes y te lanzas al agua— me dijo él correspondiendo mi abrazo

Mi collar había llegado a sus manos atravesando la tormenta y superando obstáculos como si el corazón que lo añoraba se lo hubiera enviado y teniéndolo en sus manos había decidido venir a buscarme...

...

Era demasiado bueno para ser real. Lo solté y solo lo miré con atención; de verdad que se veía lindo con el peinado hacia abajo, incluso era una señal de que podía no tenerlo en frente sin saberlo.

—Tengo que haberme quedado medio dormido mientras hacía guardia— dije — Y esta debe de ser la parte en donde reacciono y me doy cuenta que hay que cambiar de posición, ¿No es así?

En el océano no nos podemos dar el lujo de soñar, ni siquiera de conciliar el sueño completamente, pero yo lo hacía desde que había estado en tierra durmiendo noches enteras a como mi anatomía hecha de magia me lo pedía; el hecho de que me cambiara aunque fuera un poco era uno de mis argumentos más fuertes para convencerme a mí mismo de no regresar ahí aunque fuera el único lugar que tenía a Katsuki Bakugo.

Ante mis inseguridades, Katsuki me tomó del brazo y me atrajo a él; su ceño fruncido y expresión mostrando los dientes no me era rara, podía deshacerme de él si quería ahora que estábamos en el terreno que yo conozco y él no. Pero simplemente... No lo hacía.

—Dime si esto se siente real y después hablamos— me dijo con ese tono de desafío

Me atrajo a él y me besó. Jamás encontraría nada que me desatara las mismas sensaciones que lo hace el amor de Katsuki; jamás lo había hecho y estoy seguro de que jamás lo haría. Al momento en que me besó supe que no era solo un sueño que me he obligado a tener para sobrellevarlo, eso es lo que me da el valor masculino de besarlo de regreso.

Extiendo ese momento todo lo que puedo, lo arrastro al interior del agua conmigo donde el sol y el aire no fueran un problema y solo me pregunto cómo podría repetir lo que hicimos en su mundo. Pero un sonido que conozco bien había hecho un largo recorrido por el agua hasta llegar a mí; el sonido de mi manda buscando ponerse en contacto para seguir avanzando a las zonas de alimentación en el norte.

—Ven conmigo— dijimos casi al unísono, sorprendiéndonos mutuamente

Miré a Katsuki y él me miró; nos queríamos en el mundo del otro, pero cada uno de nosotros tenía responsabilidades que cumplir. Mi vida estaba en el mar y la suya en la tierra.

Sabía de mi propio sentir, pero sabía que de quedarse conmigo, Katsuki jamás sería aceptado ni en mi manda ni en ninguna; nuestro lenguaje es algo con lo que se nace, lo tomarían como un intruso y al enterarse del uso de magia Momo sería vista como una traidora y yo también. Y todo se lo dije a Katsuki.

—Bueno pececito, por más que me duela tienes razón— me dijo —Pero prométeme, que volverás en la siguiente temporada

—Y la que sigue, y la que sigue y la que sigue hasta que te canses de mí— le dije y volví a besarlo

Dejarlo ir sería lo más difícil que había hecho, incluso mayor que esa vez que la corriente me lanzó a un banco de medusas, pero sabía que era lo mejor para ambos. Me acordaría de él cada que viera un pez globo, de eso estoy seguro. Le dejé el collar como una garantía de que regresaría a buscarlo, como promesa de tritón.

Piraña Roja | Bakugo x KirishimaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz