¿Que harías si te dijeran que puedes encontrar al amor de tu vida gracias a un correo?
El hilo rojo es lo que conecta a las almas destinadas, un hilo completamente invisible que se puede enredar y estirar más nunca romper. Pero... En los años 90s to...
Genya y Muichiro se encontraban en una salida. Debido al verano tan aburrido que tenían, salían juntos a buscar alguna distracción, mayormente al arcarde, nadie podía ganarle a Genya en los juegos de pistolas,ni siquiera su pequeño amigo.
Hoy justamente se dirigían allí, mientras mantenían una charla de por medio.
—Ya,ya pequeño GenGen.
— No me digas así...— Masculló avergonzado.
— GenGen, algún día volverás a tener celular, tranquilo.
—Sigo sin entender que fue esa cosa... ¿como pudo un correo tomar control de todo un teléfono móvil?
— Yo que se... De seguro fueron los chinos — Respondió sin dejar de mirar al frente.
Genya se mantenía cabizbajo.
— ¿Ya encontraste tra— Iba a preguntar pero sin querer había chocado con alguien— ¡L-lo siento!
— ¡Mira al frente! — ordenó el Tokito — Vaya... estos días estas muy ido — Trato de hacerlo conciente de su situación— Apurate, hay un ruido feo que está molestando...
— Agh, no se que me pasa — Confesó — De todas formas ¿Encontraste trabajo?
— No lo he conseguido como tal, pero ya fuí a una revista, me dijeron que fuera dentro de 15 días, si la asistente cree que estoy capacitado se lo dirá a su jefa y obtendre el puesto.
— ¿15 días? Entonces está en la misma semana que el inicio de las clases.
— Sí... — respondió para nada emocionado, chasqueando la lengua— tuve suerte... sí el anterior no hubiese renunciado habría salido derrotado.
— Entonces serás asistente... — Dedujo.
— Ni yo me lo puedo creer — sonrió de forma leve compartiendo risas con su amigo.
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Así el día llegó, 15 días después ya el verano había dicho adiós, dándole paso a la primera semana de clases.
— Zenitsu... Me quiero morir.
— Apenas llevamos dos días,no exageres — respondió mientras ambos seguían caminando a la par en aquella gigantesca institución.
— Quiero estar en casa viendo MTV... — Abrazo aún más fuerte los libros que tenía en la mano.
— Por Dios... ¿Que diablos haré contigo?—La chica solo hizo un puchero en respuesta.
— Es que hoy tengo trabajo extra... Y las clases me acribillaron el cerebro por completo — Se excusó.
— Ah, ¿Hoy es que debes hacer la asesoría?
— Sí. A las 3 de la tarde, apenas podré entrar a casa a bañarme y cambiarme.
