Capítulo 31~Grito Omega

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ATENCIÓN!!!!! Capítulo con escenas no aptas para todos los públicos, gustos o personas sensibles. Agradecería que si este contenido Joe a de tu agrado o temes que así sea me preguntes por privado si puedes leerlo antes de hacerlo. No querido ofender a nadie ni causar revuelo, pero es realmente importante para la historia. Capitulo el doble de largo de lo habitual.

SUPER MARATÓN 11/13

JeongIn llegó a su casa con el tiempo justo, sonriendo levemente cuando fue consciente de que el sol aún no había salido y su casa seguía en total silencio

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JeongIn llegó a su casa con el tiempo justo, sonriendo levemente cuando fue consciente de que el sol aún no había salido y su casa seguía en total silencio. Pensó en subir rápido a su cuarto, tal vez darse una rápida ducha y entonces bajar a preparar el desayuno de su padre.

Sus ideas siendo cortadas y olvidadas al instante en que un gruñido gutural, fuerte y dominante resonó en su sala de estar. Quedándose quiero en su lugar, bajando como siempre la cabeza, no esperó ser arrollado por el cuerpo de su padre hasta pegarlo, sujetándole por el cuello, hasta la pared más cercana.

El Omega sentía la mirada pesada de su padre analizarlo, podía escuchar como el Alfa olisqueaba el ambiente con fuerza y tembló con miedo cuando volvió a gruñir de forma más animal que humana.

-¿Por qué puedo oler tu aroma? -Inquirió el hombre molesto, JeongIn tragó seco sintiendo la fuerza que su padre ejercía en su cuello comenzar a doler.

-Se me ha debido pasar la hora de la patilla por estar durmiendo, lo siento padre. -Murmuró sus ojos, fijos en la camisa de traje de su padre, se cerraron con miedo cuando apretó su cuello.

-¿Y por qué hueles a ese Alfa? -Cuestionó seguido con la voz ronca y ahogada, la nariz de su padre rozando su cabello para escupir, literalmente, con desprecio a un lado suyo.

-Los Omegas de la fiesta de ayer son los Omegas de sus hermanos, nos juntamos entrada la noche. -JeongIn sabía que estaba cavando su propia tumba, lamentablemente estaba bien con ello.

El menor conocía el temperamento de su padre, sabía también que este podía leer en él cuando mentía, así que sería mejor decir la verdad y acatar con el castigo; el cual sentía sería más duro que ninguno vivido por el fuerte aroma de enfado que su padre comenzaba a expulsar.

-¿Me crees imbécil? ¿Te estás riendo de tu padre? -JeongIn arrugó sus cejas confuso. -¡¿Te estás burlando de un Alfa?! -Ante el grito que lanzó gotas de saliva a su rostro, acompañado de temblores en todo su ser y que el agarre en su cuello se intensificara para causarle la sensación de asfixia. -¿Crees que no sé quién es ese Alfa de cuarta? -JeongIn abrió su boca en busca de aire inútiles y sus ojos asustado, no podía escuchar bien ni comprender lo que su padre decía del todo. -Sí, es un Kim, pero un Kim de los desviados. ¡Pertenece a esa manada de enfermos! ¡No sólo tienen varias parejas con Betas en esa familia sino que ese intento de Alfa tiene un padre Omega y dos Alfas! ¡Están enfermos JeongIn!

JeongIn quiso gritar de dolor cuando su cuello crugió ante el apretón en él, por varios segundos había dejado de poder respirar. Su cuerpo cayó de rodillas al suelo cuando su padre lo soltó y comenzó a toser mientras lloraba buscando bocanada ansiosas de aire que no llegaba a calmar su respiración. El aire no llegaba a sus pulmones, la presión en su cuello seguía presente matándolo poco a poco.

-Escúchame bien JeongIn. -Habló de nuevo el Alfa. -Te prohíbo volver a ver a ese Alfa.

El lobo Omega en su interior se retorció de dolor, no un dolor físico, sino uno de miedo y angustia. Ciertamente su lobo le gritaba que le dejara dominarlo e imponerse a su padre ante su mandato. Y JeongIn le dejó ser, porque la idea de no volver a ver al único Alfa que le había cuidado, querido y protegido, dado amor, le daba más miedo que las consecuencias de sus actos.

-No. -Habló, tan bajo y roto con su garganta ardiendo y aún pidiendo aire.

-¿Cómo dices? -Preguntó su padre asombrado, dándose media vuelta de nuevo hacia él cuando ya pensaba marcharse al haber dado su mandato al menor.

-No. -Repitió en el mismo tono lamentable y queriendo ser más claro.

-¿Te atreves a negarte a un Alfa? -El lobo Omega guió el cuerpo débil del humano a ponerse en pie sujetándose de la pared, la cabeza de JeongIn se levantó por primera vez en su vida para ver la de su progenitor. El menor no recordaba a su padre tan envejecido, ni tan furioso, el Alfa que alguna vez le cargó e hizo reír no estaba ahí viéndolo. Ahora era un Alfa con la mirada en rojo vivo, los colmillos salientes, las garras mostradas en sus manos y roto con el orgullo pisado.

-Él es mi Alfa. -JeongIn se sintió feliz, libre al hacer esa declaración. Durante unos segundos solo tuvo sentimientos cálidos en su cuerpo, sentimientos arruinados cuando su padre volvió a gritarle.

-¡¿Y te crees con derecho encima de mirarme a la cara?! -El golpe en su mejilla izquierda lo derrumbó de nuevo al suelo, el ardor de la piel de su mejilla siendo levantada por la garras de su padre y el pitido en su oído derecho al haber chocado de golpe seco con el suelo lo dejó inmóvil tratando de respirar aún sin poder bien por su garganta.

En la ligera inconsciencia derrumbante de su ser se sintió ser arrastrado por los pies como si no valiera nada, como si fuera una bolsa de basura, o en su caso, un saco de boxeo que su padre pateó un par de veces. Cuando quedó de espaldas a su padre, con la cabeza y pecho pegados al suelo, el aire entró algo más ligero en él. Los golpes de látigos en su espalda lo hicieron despertar del todo.

Ese dolor era conocido y lo habría podido soportar como otras cientos de veces, como hacía una semanas cuando se reencontró con HyunJin. Pero esta vez, tan dañado, los golpes en látigo del cinturón de cuero con la hebilla llegando a rasgar su camiseta y dejando marcas y heridas en su piel eran insoportables.

Sus gritos sin voz se hicieron resonar en las paredes de su casa, como otras veces JeongIn suplicó ayuda a sus vecinos, a cualquiera que escuchara su dolor. Pero era inútil, nunca recibió ayuda y esta no sería la primera vez, así que aulló. Su lobo aulló con el grito más agudo y potente que un Omega podía hacer sonar cuando se encontraba en peligro, su Omega y él gritaron pidiendo socorro a su Alfa.

El grito desconcertó e hirió los oídos de su padre, que sin poder evitarlo se derivo de seguir golpeándolo con su cinturón. JeongIn trató de ponerse en pie de forma inútil, sus piernas y brazos no reaccionaban, seguía llorando un mar de lágrimas que no reflejaban lo suficiente su dolor y pena.

La puerta de su casa de abrió de golpe en el instante en que su padre se recompuso y se acercó de nuevo a él con la intención de volver a golpearlo.

Quieto! -Esa era la voz de un Alfa realmente poderosa y que le habría hecho llorar y temblar si no lo estuviera haciendo ya.

Su cuerpo se movió entre la inconsciencia y la adrenalina de la situación, alguien lo estaba cargando en sus brazos y sacando de su casa. Cuando la luz del sol naciente golpeó en su rostro pudo enfocar la vista. El Alfa que le sostenía portaba ropa de cama y no era alguien conocido. O eso pensó hasta que una cabellera rubia se plantó frente a él.

-JeongIn, ya está, estamos aquí. -Jimin, el tío lejano de su Alfa estaba allí junto a su propio Alfa, que le cargaba en sus brazos, para salvarlo de su infierno. -Te llevaremos con HyunJin.

Y en los brazos de Jimin, en su coche mientras JungKook conducía de vuelta a su vecindario, JeongIn comenzó a llorar a en voz alta sonriendo su cuerpo entero contraerse por un ataque de ansiedad.

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Nota: Lamentablemente esto sigue pasando y en la sociedad real y actual que tenemos. Un beso y abrazo para todos esos valientes que luchan seguido contra estas cosas. Os admiro.

Eterna Manada ~ HyunIn ~ HyunJin y JeongInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora