Capítulo 10: Tensión

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—Toma esto Eider, si te cansas avísame, puedo conseguirte una silla de ruedas.

Camino rápido con mi hermana tras de mí intentando seguirme el paso. Estoy demasiado atrasada con las consultas de hoy.

En la mañana Eider tenía revisión con el doctor Jones para verificar que el tratamiento vaya haciéndola mejorar de a poco, pero aún se tiene sobre la mesa la posibilidad de una cirugía. Mis padres no podían acompañarla, así que aprovechando que yo trabajo aquí estuve con ella y luego me pidió estar conmigo todo el día en el trabajo ya que según ella no tenía nada más interesante que hacer.

No quiero decirlo pero su consulta me atrasó un poco, pero nada que no pueda manejar si me muevo rápido.

—Deja de estresarte tanto, Ann.

Pongo los ojos en blanco y llego hasta la habitación de otro paciente, que se encuentra ya con una residente.

—Doctora, él es Christian Moreno, paciente de 44 años de edad...

Luego de ver unos cuantos pacientes más noto a Eider algo pálida y agitada, así que es momento de descansar aunque ella no lo admita.

—Iremos a la sala de quimio y ahí podrás descansar un rato.

Ella asiente. Se debe sentir verdaderamente mal si está aceptando descansar.

Llegamos a la sala y lo primero que veo son unos ojitos llenos de lágrimas y una boquita temblando mientras la enfermera localiza su vena.

—¡Kim! —digo emocionada para que se distraiga un instante.

—Doctora Hall... —me mira haciendo un pequeño puchero.

—Hola hermosa —me acerco y veo como Eider encuentra una silla donde dejarse caer.

—Me duele.

—Lo sé, pero eres muy valiente ¿Y adivina qué? Ya te falta poco y cuando termines vas a estar bien y serás la niña más fuerte del mundo.

Eider sonríe mirándonos pero su mirada se desvía unos instantes a mi espalda, giro para ver qué está mirando y me encuentro con el doctor Collins observando la escena sonriendo un poco.

—Anel —saluda.

—Gael —respondo.

Me siento al lado de Eider y los presento como mi nuevo compañero de trabajo y mi hermanita.

Nos quedamos un momento hablando sobre estupideces hasta que un pequeño grito de Kim nos interrumpe.

—¡Señor Hall!

—Señorita Kim.

Río un poco. ¿No que no le iban las formalidades?

—Anel —sus ojos se quedan unos segundos en los míos, pero luego los retira y pone esa sonrisa tan estúpida en sus labios—. Bueno ¿Pero qué tenemos aquí? Una fiesta y no me invitaron.

Veo como pasa sus ojos de mi hermana a Gael con curiosidad, por lo que decido presentarlos.

—Chicos, él es Aiden... El señor Hall, es uno de mis pacientes. Aiden, ella es mi hermana Eider y él es el doctor Gael Collins, mi nuevo compañero de trabajo.

Él les da un asentimiento de cabeza a ambos para saludar, pero a Eider le da una pequeña sonrisa, mientras que a Gael sólo lo mira muy serio durante un instante.

—Y bien —hablo para cortar la tensión—, ¿Vienes a quimio?

Aiden asiente y se sienta en una de las sillas para pacientes.

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