Capítulo 7: Efímero

17 4 34
                                    

Aiden.

La mayoría de las cosas en la vida son enfímeras, incluso la vida misma lo es. Todos estamos acostumbrados a vivir como si tuviéramos mil años más para hacerlo, pero en realidad deberíamos vivir día a día como si fuese el último, porque nunca sabemos cuándo lo será.

No aprendemos a apreciar el poder de la vida que tenemos hasta que nos damos cuenta de que lo estamos perdiendo.

Cuando una persona es diagnosticada con una enfermedad terminal normalmente quiere hacer en el poco tiempo que le queda de vida todo lo que siempre deseó hacer antes y no lo hizo porque estaba muy ocupada trabajando para cumplir sus sueños pero sin tiempo de realizarlos.

Es algo irónico como las personas trabajamos tanto por algo que al final nunca conseguimos tener por completo: felicidad. Definitivamente hemos olvidado que al igual que esta nosotros también somos efímeros.

Un día me levanté en la mañana con mis padres en casa y en la tarde ya no los tenía. Otro día me levanté teniendo una vida y más tarde estaba enfermo y en peligro de muerte.

Así de efímeros somos y eso hace efímeros los momentos, como mi momento con Anel hace unos segundos, fue intenso, pero demasiado efímero, y aunque a mí me hubiese gustado mantenerlo por siempre, se convirtió en lo que se convierte todo, en sólo algo más que pasó rápidamente como el soplo de una brisa que tarda un instante en desaparecer y luego no sabes si en realidad la sentiste o simplemente fue producto de tu imaginación.

Pero no, sé que el instante con Anel fue real  porque aún siento mi corazón latiendo a mil apenas intentando recordar cómo hacerlo de manera controlada.

No sé qué está pasando con esa doctora, pero éste sentimiento es como el de un estúpido adolescente cuando la chica que le gusta le da un simple beso en la mejilla y siente que al fin tiene el mundo sólo para él.

—Aiden, ¿dónde está Anel?

Camille entra interrumpiendo mis pensamientos.

—Ella... emm —me aclaro la garganta—, tuvo que irse.

Mi hermana asiente no muy conforme y se sienta a mi lado donde hace sólo unos segundos estaba la chica que tiene mi cabeza hecha un lío.

—Anel dijo que estás mejorando y si sigues así pronto estaremos en casa de nuevo.

Suspiro ante esa afirmación, no me gusta estar en casa.

—Ya Aiden, deja de actuar como si te hubiese dado la peor noticia de tu vida, la última vez estabas feliz de salir del hospital.

—Pero no de ir a casa.

Ella pone los ojos en blanco haciendo que yo ría un poco. Me gusta fastidiarla.

—No es tan malo estar en casa.

Río sarcásticamente esta vez. No es sólo aburrido, es extremadamente estresante.

—Tu pequeño monstruo corretea por todas partes y no me deja hacer mi trabajo o descansar en paz, y no es por ofenderte pero tu esposo es un completo idiota.

—Ya te dije que no les digas así. Por otro lado, Caleb te quiere mucho.

Es mi turno de poner los ojos en blanco y mirarla como si hubiera dicho la mayor estupidez del mundo.

—Él me quería cuando era el tío cool que jugaba con él, pero ahora no puedo hacerlo y todo el tiempo lo único que hago es decirle que me deje descansar o se aleje.

Camille me mira como si fuera a llorar en cualquier momento y la verdad me siento un poco culpable por eso.

—Ya, no llores hermanita.

Digo con una sonrisa intentando alivianar el ambiente pero ella comienza a soltar las lágrimas mirándome.

—Creo que ha llorado mucha gente hoy aquí.

De nuevo mi intento de mejorar todo queda flotando en el aire. Me paso la mano por el cuello nervioso, no sé qué hacer cuando mi hermana se pone así por mi situación.

—Es que es muy injusto —comienza a hablar con la voz rota—. ¿Por qué tenía que sucederte justo a ti?, ya has pasado por mucho, no deberías sufrir más.

—Así es la vida Cam, voy a estar bien, no te preocupes.

La rodeo con mis brazos intentando consolarla o protegerla, pero en realidad no podía protegerla de mí. Me estaba convirtiendo en una bomba de tiempo que cuando explotara iba a arrasar con todo lo que estuviera a su alrededor.

...

—Y bien, oficialmente te puedes ir a casa. Recuerda seguir mis instrucciones al pie de la letra y venir a todas tus revisiones y sesiones de tratamiento, ¿Entendido?

Asiento divertido observando como Anel parlotea sobre mi regreso a casa. Han pasado dos días desde que entró llorando a la habitación y no se ve mucho mejor, pero no he dicho nada porque aunque a veces me gusta un poco (mucho) molestarla, sé que es un tema complicado para ella.

—Bien, ya tengo todo empacado, al fin podremos estar en casa, más cómodos.

Río un poco ante el entusiasmo de Camille y Anel también lo hace.

—¿Cómo sigue tu hermana? —me atrevo a preguntarle, pero me arrepiento inmediatamente al ver que su gesto cambió drásticamente.

—El doctor Jones descubrió algo mal —sorbe de su nariz, como si antes hubiera estado llorando y hasta ese momento noté lo rojos e hinchados que se encontraban sus ojos—, tiene miocardiopatía hipertrófica.

Hay un silencio incómodo durante unos segundos que Camille interrumpe.

—¿Mio qué?

La miro con desaprobación por esa pregunta.

—Digo —se aclara la garganta—, eso se escucha como algo complicado.

Mi doctora nos da una sonrisa triste y niega con la cabeza.

—No me molesta que preguntes Camille —se aclara la garganta—. Es cuando el músculo cardíaco se vuelve muy grueso y eso no permite latir al corazón de la manera correcta.

Por instinto tomé la mano de Anel que estaba pegada a la camilla sorprendiendo a ambas chicas.

—Lo siento mucho, espero que se mejore pronto.

Anel se queda mirándome durante unos segundos y luego aparta su mano de la mía.

—Bueno, muchas gracias, Aiden —voltea a mirar a mi hermana—. Les deseo un buen regreso a casa, si me permiten, debo continuar haciendo mi ronda.

Ella se retira algo roja y casi corriendo. Camille no pierde tiempo para bombardearme de preguntas a las cuales ni yo tengo respuesta.

—Cam, creo que me gusta un poco la doctora Anel.

Ella me mira como si estuviera viendo un unicornio. Hasta yo me había sorprendido por haber soltado esa confesión, pero no había nada más sincero que eso.

La doctora Anel Harris me gustaba, y me gustaba mucho.

...

Les tengo capítulo nuevo, corto pero sustancioso JAJAJAJA.

Bueno, aquí conocemos un poco mejor la manera de pensar de Aiden y poquito de sus sentimientos hacia nuestra doctora bella.

Espero que les haya gustado bastante, leo en sus comentarios lo que opinan al respecto.

Besitos y nos leemos pronto.

Sigue RespirandoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang