3.

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Capítulo 3.

Evito la mirada de mi hermana mientras le explico que volveré al colegio el día de hoy. Por algunos segundos ella me observa y en el fondo, sé que no me cree absolutamente nada y mis pensamientos son confirmados cuando ella habla.

-Mentirosa, dime la verdad. —Me pide.

Finjo desinterés.

-Ya te dije, solo para ayudar. —Le explico.

-Anna, te conozco. —Insiste. —No intentes convencerme de que repentinamente estás interesada en ayudar en el colegio de Amy.

-¿Porqué no puedes creerme? Tengo tiempo libre, me resultó entretenido, y eso es todo. —Digo tomándome mi café.

Ella continúa mirándome.

-No puedo creerte. —Me dice.

-Vale está bien. —Intento con otra táctica. —El sábado note algunas falencias en las infraestructura y me gustaría ayudar en un futuro.

-El colegio fue remodelado.

-No completo. —Respondo mirándola. Ella me observa y luego sonríe.

-Eres pésima mintiendo. Conociste a un hombre. —No me lo está preguntando.

Suelto un bufido.

-Si claro. A unos cuantos padres de familia. —Bromeo, aunque quizás no es broma, ya que no sé casi nada sobre él.

-Uhmm. Vale, has lo que quieras, pero Amy no puede ir.

-Lo sé, será durante la tarde y ella tiene dentista.

-Exacto. —Ella me sonríe y luego me deja en paz.

Ni siquiera sé porqué estoy mintiendo, tampoco es tan terrible que vaya a un Bingo para beneficencia. Lo único terrible son los pensamientos que me han arrastrado desde el día de ayer, eso sí debería considerarse incluso un pecado, porque mi mente voló tan alto anoche recordando las palabras del profesor Niall que solo recordar el rumbo que siguió mi mano para fantasear, me hace temblar.

Rápidamente esfumo todos mis pensamientos relacionados a él, porque debo arreglarme para la universidad. Gracias al cielo Amy me dijo que el Bingo sería en la tarde y no me haría faltar a mis clases.

[...]

Vuelvo a casa demasiado estresada. Faltar un día es como perderme un mes de clases, y además gané una nueva herida en mi meñique por estar pensando en un hombre de ojos azules.
En la ducha me relajo y disfruto de lo solitaria que está la casa, aunque sea solo unos minutos ya que pronto me iré al colegio.
Pensar en eso me acelera el corazón, quiero verme guapa, tan guapa que él no pueda quitar sus ojos de mi.

Es por eso que me pongo un vestido negro que se adhiere a mi cuerpo, marcando mis curvas y que muestran bastante piel sobre mis rodillas. Podría utilizar tacones, pero al final decido usar unas vans, son bonitas y no me harán ver como una puta. —Con todo el respeto que se merecen las putas.— y para finalizar una chaqueta de mezclilla.
Mirando la hora en mi teléfono, me doy cuenta que debería estar yéndome.

Rápidamente tomo mis llaves, mi cartera y el celular.  El aire fresco de la tarde me gusta, sobre todo porque el sol ya está escondiéndose en el horizonte. Estando en mi auto enciendo el motor y la radio.
La buena música de Queen me anima mientras me adentro en el tráfico.
Después de varios minutos atascada llego al colegio. Un enorme cartel en la entrada me hace sonreír.

Gran Bingo de Beneficencia.

Gracias al cielo encuentro un lugar en el estacionamiento y luego me bajo para unirme al resto de personas que están haciendo la fila para comprar los números y cartones que se utilizarán.
Admito que estar sola aquí no me gusta, sobre todo porque la mayoría de las personas están en familia o acompañadas, pero bueno, Niall dijo que sería aburrido para él estar solo con maestros.
Después de comprar dos cartones entro al gimnasio que está relativamente lleno.

𝐓𝐀𝐋 𝐕𝐄𝐙 𝐌𝐀Ñ𝐀𝐍𝐀 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Where stories live. Discover now