Una Hermosa Mentira

Capítulo 30

–Sí, estoy de acuerdo en eso, aunque bueno, creo que de vez en cuando tienes que confiar en alguien –Suspire, ella solo se encogió de hombros.

–Y Bueno… ¿Vas a meterte o temes a que yo te gane? –Me miro divertida, yo alcé una ceja y sonreí

– ¿Ganarme? Bueno, ya veremos –Me quite la ropa, me quede solo en bóxers, me avente al agua.

Empezamos a jugar y hacer carreras, en las cuales algunas ganaba y en algunas me ganaba, mi velocidad era mejor, pero su técnica era muy buena, no dejamos de reír en ningún momento.

–¡¡Ya espera!! ¡¡Me voy a ahogar de tanta risa!!  –Se sentó en la orilla, yo me senté alado de ella, nos reímos por unos segundos más.

Después suspiramos los dos, mirando como la luz se reflejaba en la alberca y esta hacia miles de figuras en las paredes con el movimiento, cubriéndonos a nosotros también con el juego de figuras interminable.

Nos miramos sin decir nada, y sin premeditarlo o pensarlo si quiera, los dos nos besamos con pasión, ella puso sus manos en mi cuello y yo la agarre del cabello, nuestros labios se unieron en un beso ardiente, ella empezó a pasar sus manos por mi espalda mojada y yo por su pecho y su cintura.

El ambiente y lugar en el que estábamos nos hacía seguir y seguir, seguir deseando, seguir besándonos, seguir sintiendo todos y cada uno de los roces de nuestra piel.

La jale hacia el agua, los dos caímos de pie, nos seguimos besando y nos sumergimos, el beso se volvió mas intenso, nuestras manos se movían con agilidad y sentimiento por nuestros cuerpos, las sensaciones se sentían como si fueran lo mas maravilloso de este mundo.

Salimos de debajo del agua, yo la cargue y ella enredo sus piernas en mi cadera, bese su cuello, sus hombros, sus manos, recorría toda su anatomía con mis labios y ella no dejaba de acariciar mi espalda.

Nuestras respiraciones agitadas nos hacía desearnos más, nos hacía querer seguir con el juego sentimientos y emociones que en ese momento nos dominaban a los dos.

Cada toque, cada beso, cada movimiento, cada instante se quedo grabado en mi memoria, para no olvidarlo nunca.

Katia

 

Me sentía tan feliz de volver a recordar todo, de volver a ser yo, según el doctor, yo podría salir en los siguientes dos días, eso era realmente gratificante para mí, me sentía de nuevo con vida.

Damián estaba a mi lado todo este tiempo, no pude evitar recordar el momento en el cual lo conocí y conocí este mundo que para mi era aterrador e interesante.

*Flash Back*

– ¿Quieres dejar de decirme que hacer? –Le dije a mi madre mientras conducía para nuestra casa, estaba como histérica el día de hoy.

– ¿Qué no entiendes? ¡¡Estas todavía muy joven para manejar!! –Me miro con rabia, yo la miré con el mismo odio que ella me miraba, pare el carro en seco.

–¡¡Bueno si tanto miedo tienes, por que me diste el carro!! ¡¡Llévatelo tú!! –me baje del auto en plena circulación del trafico, muchos pitaron el claxon, eso no me importo, me cruce la calle.

–¡¡Katia Zafir regresa en este mismo instante!! –La escuche gritar, no le hice caso, pase al otro lado de la cera y camine directo hasta una plaza que estaba ahí cerca, me faltaban como 4 cuadra para llegar.

 

Iba pensando en porque mi madre estaba tan nerviosa, tenía que preguntarle cuando regresara.

 

Estaba a 2 calles de llegar a la plaza, cuando unas 3 camionetas se detienen de golpe a mi lado y enfrente de mi, yo no entendía muy bien, se bajaron como 5 personas de esas 3 camionetas,  yo no sabía que venían por mi hasta que los vi correr hacía mi, mi primera reacción fue echarme a correr.

 

Pero al momento de voltear alguien me detuvo del brazo…

 

Ángel.

 

¿Qué tenía que ver el en todo esto?

 

Antes de encontrar la respuesta ya me hallaba en el suelo de una de las camionetas.

 

*Fin Flash Back*

 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Damián.

– ¿Qué tienes? –me dijo preocupado.

–Recuerdos… –Suspiré– ¿Te puedo preguntar algo?

–Claro, lo que quieras –me miro.

–Al final de todo…. ¿Qué hiciste con Ángel?

El me miro sorprendió, sonrió y después beso mi mano.

No me lo dirá jamás.