41. Montaña

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¿Alguna vez has sentido que flotas en el vacío?

¿Alguna vez has sentido que has volado alto pero a la vez la caída está próxima?

¿Alguna vez has sentido que estás en una montaña rusa en tu vida? Siempre a punto de subir y caer... 

¿Alguna vez te has planteado qué interés tiene el universo en hacerte pasar por esa locura llamada camino, llamada vida?  ¿Alguna vez has pensado que quizás vivimos formando montañas con granos de arena? Y es que los problemas son como montañas. Realmente son cúmulos de pequeños granos que consiguen alzarse y ocultar a veces el camino de nuestra vista, y eso es lo peor que podemos hacer, quedarnos ciegos sin ver claro el destino;

Porque en un instante estamos enganchados en la mirada de la persona que nos acompaña a encontrar nuestro camino y al siguiente vemos a quien nos distrajo del mismo....

-Quiero conocer a mi hijo Eda Yildiz-pronuncia despacio la voz del pasado para Eda.

Serkan mira a ese chico moreno, unos años más joven que él pero con desmejorado aspecto que él para su ligera diferencia de edad, sus ojos oscuros y su tez blanquecina, preguntándose quién es.

-Cenk-pronuncia Eda bufando al ver frente a sí a esa persona con la que compartió más de lo que debía, la persona que jugó con su confianza y la persona con la que ahora sabe que realmente nunca tuvo una relación, porque no es una relación si los dos no apuestan por igual para encontrar un camino juntos sino que sólo hallan tregua en la cima de la montaña que realmente los divide.

-Eda te exijo que me digas su nombre-impera Cenk.

Serkan mira a Eda que entorna los ojos y se lleva su mano a su frente, sintiendo de nuevo como si tuviese que subir una montaña para tratar de hablar con Cenk, porque así era siempre, un arduo camino llegar hasta una mitad que los satisficiera a ambos, porque sí; siempre les costó comunicarse.

-Cenk ¿Dé que hablas? Sabes que mi tía no te quiere aquí...Vete-pide Eda mirando de reojo a Serkan.

-Eda tenemos que hablar de...-dice él.

-Calla-pide ella cortándole.

-No me voy a callar, quiero hablar-dice él acercándose.

-Pues yo no, y menos si me vienes a exigir nada, Allah Allah-dice Eda ofendida alzando las manos.

-Ya oíste, vete-le pide Serkan poniéndose al lado de Eda.

-Eda vamos a hablar ahora mismo-dice Cenk cogiendo con suavidad su brazo.

-Suéltala-dice Serkan.

-Cenk vete de aquí-le pide Eda moviéndose.

-Hayir, es una floristería,  puedo entrar...hablemos-dice Cenk con voz suplicante pero tosca.

-Es un negocio y tiene derecho de admisión, suéltame-le grita Eda aunque no se aparta y él tampoco aferra su mano, pero así eran sus disputas, ninguno cedía ni un milímetro.

-Suéltala-pide Serkan interviniendo.

-Hayir-responde negativamente Cenk.

-¿Hayir?-le pregunta Serkan intentando apartarle la mano pero volviendo a tomar el brazo a Eda por otro lado Cenk.

-Hayir-dice él levantando la mano casi tocando el pecho de Serkan para que se aleje.

-Hayir tú-dice él levantando sus brazos hacia él para empujarlo y apartarlo de Eda, provocando que éste tropiece y caiga cerca de una montaña de abono y estiércol, macetas y un creciente árbol provocando un fuerte estruendo de todos esos objetos desparramados, acompañado de su grito al caer y golpearse.

Hayir ( Hayir Robot - Hayir Yildiz) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora