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Capítulo I

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Capítulo I.

Había pasado una semana desde que Katsuki le había hecho aquella "propuesta". Estaba cansado de todas sus mentiras, siempre que llegaban a firmar la acta de divorcio el contrario no se presentaba por estar de viaje o simplemente por capricho. Las noches por alguna razón se habían vuelto más pesadas desde aquel día, Daiki no paraba de llorar por estas y él apenas si dormía. Se tenía que levantar temprano para dejar a sus hijos en la escuela en la entrada de esta, para después ir a la oficina y pasar la mayor parte del día ahí.

Todos creerían que tener una empresa era fácil, tienes a miles de empleados haciendo cosas por ti, a tu cargo. Con solo un chasquido ellos podrían hacer lo que quisieras ¡pero no era así! Desde que la empresa "Endeavor company"  pasó a sus manos genuinamente sus ingresos económicos habían crecido, teniendo ya miles y miles de ofertas en pie, además que la administración de la empresa no se la podía dejar a cualquiera. No dejaría que alguien hiciera un lavado de dinero o hiciera una cuenta mal que podría causarle la bancarrota. Eso sí que jamás pasaría.

Se quedaba hasta tarde revisando distintos documentos, cuentas, contestando correos, revisando los contratos nuevos y los que estaban pronto a vencer, teniendo también la ayuda de su secretario y mano derecha. Lo podía hacer desde casa, pero no le gustaba. Si regresaba a casa era para pasar el poco tiempo libre que tenía con sus hijos. Y así lo hacía, después de checar que sus pequeños estaban bien tomaba un ligero baño para después ir con su hermana o su suegra, incluso sus hermanos para darles las gracias por ayudarle a cuidar a sus bebés.

Otra gran jornada de trabajo había terminado, bajaba del auto con lentitud, había dormido mal y su espalda dolía como el infierno.

—¡Mamá! — la voz de sus tres hijos lo hizo sonreír, aquello era su serotonina después de un día cansado y lleno de estrés y mucho trabajo.

—¡Mocosos no griten, su madre está cansado! — gritó la abuela de los niños detrás de ellos, consigo venia el menos de los Bakugo-Todoroki, Daiki—. Bienvenido Shoto — habló con voz suave con una ligera sonrisa.

—Gracias, Mitsuki. Lamento haberla interrumpido en la mañana, pero mi hermana no...

—No es necesario, entiendo. Además, no me molesta cuidar a mis nietos, ellos son más importantes que un juego de golf por la mañana. Aparte de que veré a Yuki jugar por primera vez.

Ambos sonrieron caminando hacia la residencia, esta tenía un estilo moderno, a excepción de algunas habitaciones, la oficina de Shoto, por ejemplo, esta tenía un estilo japonés. Los primeros que entraron fueron los pequeños, entre risas y algunos empujones llegaron hasta la cocina.

—Mamá, cocinamos algo para ti, puedes comerlo antes del partido de Yuki — hablo la pequeña Rei sonriendo, algo característico de ella era que cada vez que sonreía sus lindos ojos carmín se volvían pequeños, dándole una apariencia más adorable.

𝖥𝗋𝖾𝗌𝖺𝗌 𝖾𝗑𝗉𝗅𝗈𝗌𝗂𝗏𝖺𝗌 / [𝗕𝗮𝗸𝘂𝘁𝗼𝗱𝗼]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora