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Pov Toni

Ya había pasado una semana de mi incidente en el tiroteo, mis heridas habían sanado casi en su totalidad y mi hermano ya me permitía salir a la calle libremente. Aún me quedaba un asunto por resolver y tenía nombre: Hai. Si era verdad que está enamorado de mí y no es un simple truco de mafioso para conseguirme, ¿qué haré entonces? Me dolería rechazarlo pero tengo el presentimiento de que empezar una relación con él acabaría en una catástrofe.

—Carlo voy a salir —dije mientras me ponía mi americana negra y me ajustaba las gafas de sol oscuras.

—¿Adónde? —pregunto él mientras le daba un bocado a un kebab.

—Mhmmm, he quedado con Salinas además de que en una hora tenemos la reunión esa con Fedor, Hai e Igor para planear el robo al banco —justifiqué, en realidad habíamos quedado para ir a tomar algo al Yellow Jack pero no quería que Carlo preguntara de más.

—¿Seguro que no es para comerle la pinga?–inquirió juguetón, yo rodé los ojos lo cuál le hizo reir— Okey, okey, pues nos vemos en una hora.

Salí cerrando la puerta de la casa y llamando a Salinas mientras caminaba calle abajo.

—Salinas amigooo.

—Toni muchacho, ¿como estás? —respondió.

—De puta madre, ¿me recoges en el casinito?

—Si, claro, cinco minutos.

—Venga, adiós.

Le colgué y pegué un pequeño sprint hasta el casino pegando a una señora por el camino. Llegué y ya estaba ahí el audi blanco de Salinas, él me pitó para llamar mi atención y que subiera, subí de copiloto poniéndome el cinturón.

—Al Yellow Jack.

—Al toque.

Arrancó el coche y en vez de conducir al Yelow Jack, condujo hasta el Vanilla.

—Salinas... —dije fulminándolo con la mirada.

—¿Si...? —respondió con un tono "inocente".

—Este no es el Yellow Jack.

—¿Ah no? —abrió la puerta para luego salir corriendo entrando en el local, yo le seguí gritando que volviera.

Cuando entré ya era tarde, estaba en la primera fila observando a las "señoritas que danzan" según él. Suspiré y me senté a un lado de espaldas a ellas ya que a mí no me gustaban ese tipo de cosas, pedimos dos copas de vino tinto, al momento Salinas empezo a aplaudir a una, yo le obligué a que se sentara en el sillón de terciopelo rojo.

—¡Abogado lechero y guarro!–grité insultándole.

—Gracias Toni, tus palabras siempre las guardaré en mi corazón —comentó haciendo un "puchero" falso.

Estuvimos un rato hasta que me di cuenta de que había pasado más tiempo del que pensaba.

—¡Hostia! —Salinas me miró confuso–¡Que son las ocho y diez y habíamos quedado todos allí hace diez minutos!

Salinas abrió los ojos como platos y se levantó rápidamente saliendo del lugar, no sin antes pasar por el escenario y lanzarle piropos a las chicas, yo le ignoré y salí afuera. Como tardaba mucho y no venía rompí el cristal de su coche y empecé a puentearlo.

—¿¡Qué haces gilipollas!?–exclamó acercándose al coche.

—¡Pues que vamos a llegar tarde por tu culpa y estoy puenteandolo! ¿O acaso no lo ves? —contesté alterado sin mirarle, aún conectando cables.

¿Solo un Sugar daddy? ||| HANI Where stories live. Discover now