"I ᥕᥲᥒtᥱd ιt to hᥲρρᥱᥒ Mყ bodყ tᥙrᥒs to ιᥴᥱ Crᥙshιᥒ' ᥕᥱιght of ρᥲrᥲdιsᥱ (ρᥲrᥲdιsᥱ)"
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Mis ojos recorren la cafetería, mientras mi mente repite el mismo mantra de hace 15 minutos. "Jimin, llega de una vez y no hagas que me arrepienta de esto."
—¿Quieres un café?— inquiere mi amiga rubia y asiento.
—Un café con leche estaría bien.—
—No hay problema, Lali.— se aleja de mí unos pasos y luego regresa a mirar.— Pero, dile a la persona que estás esperando, que sea rápida. Sabes que detesto esperar— sonríe inocente y sin más se va.
—Pero que-
—Lisa— alguien toma mi mano desde atrás y yo volteo confundida.
—Kookie— sonrío alegre al ver a mi novio frente a mí y ambos nos abrazamos.
—¿Cómo estás?— cuestiona una voz a sus espaldas y el rubio sale de su escondite.
—Dios, ¿Por qué tardaron?— le doy un manotazo a Jimin y Jungkook y yo reímos.
—¿Por qué me pegas? No fue mi culpa.— hace un mohín y se cruza de brazos.— Deberías pegarle a él. Se había quedado dormido y no deseaba levantarse.—
—Manoban— la voz de Chae me interrumpe— ¿Podrías venir un minuto?— cuestiona con voz tensa y yo asiento mirando en su dirección. God.
Ambas caminamos hacia un lugar más alejado de los chicos, y cuando estamos a una distancia prudente, ella retoma la palabra.
—¿Qué rayos te ocurre?— cuestiona con el ceño fruncido y los brazos en la cadera.
—No me ocurre nada, ¿Por qué lo preguntas?— hablo mientras juego con el brazalete en mi muñeca.
—La persona con la que estabas hablando amenamente, es la misma que me hizo sentir incómoda en la fiesta— da un manotazo en mi brazo y yo hago una mueca.
—¡Yah! Y no me vuelvas a pegar— entrecierro los ojos y miro hacia otro lado. —Es amigo de Jungkook y supongo que hoy decidió acompañarlo. No es mi culpa.— trato de convencerla y la rubia niega con la cabeza.
—No soy estúpida, sé que algo tramas, Manoban.— finaliza y sin más toma mi mano para acercarnos nuevamente hacia dónde se encuentran los chicos.
—Volvieron— habla el rubio y Rosé lo mira algo enojada.
—Tomemos una mesa. El encargado me preguntó hace unos minutos dónde dejaba los cafés y no pude contestarle.— tomaba la palabra el castaño y yo me acerco a él.
