Anel.
—Eider, deja de quejarte. Agradece que ya estás en casa.
Ella pone los ojos en blanco y yo río. No le gusta tener que hacer reposo.
—Anel.
Me llama mi madre desde el estudio que comparte con mi padre.
—Vuelvo en unos minutos para despedirme —beso su frente y voy hasta el estudio.
—¿Querías decirme algo? —pregunto.
—Siéntate.
Como no tengo ganas de discutir ahora mismo, le obedezco y me siento frente a ella.
—Dime —digo apurada. Mientras más rápido termine esto mejor.
—Yo... emm... tu padre y yo hemos pensado que deberías de venir más seguido a visitar a tu hermana, creemos que le haría bien verte.
Frunzo el ceño al ver su rostro. Parece un poco nerviosa e incluso está jugueteando con sus manos sobre el escritorio.
—Lo intentaré. ¿Algo más, mamá?
Ella pareció dudar unos segundos antes de soltar alguna palabra y eso solo logró preocuparme más.
—¿Qué sucede? —insisto poniéndome nerviosa.
—Tu padre... me pidió que te dijera que aún no es tarde para volver a casa y tal vez involucrarte en cosas de la empresa...
Mi mente comienza a maquinar a mil por hora y mi rostro se enciende en enojo puro. ¿Estaba diciendo lo que creía que estaba diciendo?
—¿Qué quieres decir con eso? —murmuro.
—Que aún podrías seguir con el legado familiar y al lado de tu hermana... Tú sabes que eso siempre ha sido lo que hemos querido para ti.
Suelto una risa fuerte y sarcástica, no me puedo creer que esté pidiéndome esto.
—¿Estás pidiéndome que deje mi trabajo porque ustedes quieren?
Ella me miró en silencio unos segundos y yo negué incrédula.
—Estoy casi en shock, pensé que ese era un tema superado. ¿Volver a casa? Ésta ya no es mi casa, y ustedes ya no pueden seguir controlándome como a una niña pequeña.
Me levanto dispuesta a irme inmediatamente pero cuando he dado la vuelta y casi estoy por cruzar la puerta su voz me detiene.
—Hagas lo que hagas vamos a seguir siendo tus padres Anel, lo quieras o no aún tenemos poder sobre ti.
Me giro demasiado molesta para el bien de ambas y camino hasta donde ella se encuentra, noto que se ha levantado y ahora quedamos frente a frente.
—Escúchame bien Natasha, porque esto sólo te lo voy a repetir una vez y espero que te quede bien claro, yo jamás, jamás en mi vida volveré a estar bajo su influencia, nunca volveré a hacer lo que quieren que haga por un estúpido capricho.
—¡No! ¡No te atrevas a decir que es un simple capricho, nosotros creamos todo esto para ustedes y ninguna de las dos lo valora!
Levanta la voz. Ok, debo calmarme porque sino esto va a terminar mal.
—Ya basta mamá, me voy a ir y espero que no sigan insistiendo con esa tontería, no voy a tirar mi carrera a la basura ni dejar de hacer lo que amo.
Salgo de ahí dejándola en silencio y cuando estoy en mi auto fuera de la casa de mis padres respiro profundo e intento calmarme antes de conducir al hospital. Vine para dejar a Eider pero ya veo que fue una mala idea, venir aquí siempre lo es.
ESTÁS LEYENDO
Sigue Respirando
RomanceRespirar. Algo tan sencillo como respirar se puede convertir en algo tan complicado en cuestión de segundos. Antes de que todo sucediera podía hacerlo a la perfección, pero ahora ni siquiera sé cómo hacerlo si él no está a mi lado.