XIII.-Necesito salir

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Al salir del edificio Meg me gritó, mientras corría hacía mi.
-¿Estás bien?- Me preguntó.
-¡Ven!- le dije y nos fuimos a mi habitación.

Tenía una laptop en mi cuarto y me puse a investigar del bosque de los caídos, quería hacerle preguntas a la madre sauce. Encontramos que estaba a las afueras de la ciudad de Laguna, pero al entrar a Google maps decía que mi ubicación estaba en otro país.

Decía que estaba Laguna a 10 horas. Mire a Meg y le pregunté. -¿Meg, en dónde estamos?-

-En ningún lado en específico, estamos ocultos, los satélites no nos pueden localizar- Me contestó Meg.
-pero hace unos días vi a mis padres en Laguna- dije.
Meg se levantó y me dijo. - Perdón Sofi, no puedo decirte cómo salir, es por tu seguridad y es por eso que Paulo te vendo los ojos.-

Iban a ser las 3 p.m., hora de la comida, seguramente ya había salido mi novio de sus clases de universidad. Le marqué y contestó muy amable.
-Necesitamos hablar, ¿Puedes venir ahora?- dije.

Unos minutos más tarde Paulo llegó a mi habitación.             -Necesito salir de aquí, tú siempre vas y vienes-dije.
-¿Para qué quieres salir?- dijo Paulo serio.
- Hay un árbol cerca de la ciudad del que puedo recibir respuestas.- le confesé.
-Sofía no puedes salir, aquel día fue un permiso especial que nos concedió la General-Me contestó mi novio.
-Pero necesito respuestas- repetí.
- Pues mi respuesta es no- se cruzó de brazos.
- Ashhh!, vamos a comer- dije dándome por vencida.

Al anochecer claro que no me había dado por vencida, empaque algunas cosas, una linterna, comida, agua y algo de ropa. Eran las 11 p.m. y afuera ya no había  nadie más que algunos guardias distribuidos por la base. Corrí en una dirección con tal de salir, pero después de unos minutos, me encontraba donde había iniciado, cambie de dirección y me pasaba lo mismo. Parecía que no había manera de salir e hice un pequeño berrinche con los pies.

Me dirigí al bosque de la base y voces comenzaron a llamarme, hasta que desaparecieron y Paulo apareció frente a mi. Me asusto.
-¿Qué haces?- me preguntó en voz baja.
-¿Qué haces tú?- respondí y seguí caminando.
-Sofía ni que no te conociera, sabía que no te ibas a rendir y me quedé.- caminaba detrás de mí.
De la nada apareció Meg. - Hola- murmuró.
-¿Qué también tu?- pregunté en voz un poco alta.
-shhhh- dijeron los dos.
Se escucho a lo lejos -¿Quién anda ahí?-

Nos separamos y cada quien se oculto. Pasó el guardia sin vernos a ninguno y se le apareció una pareja de mapaches que llevaban cosas, motivo por el cual se retiró. Todos salimos de nuestros escondites y nuevamente escuche las voces, seguí caminando hasta que salí a la entrada principal de carros de la base y las voces se detuvieron. Guarde la linterna y con la luz de mis manos fui buscando. Detrás de mí llegaron corriendo Paulo y Meg.

-Sofía creo que sería mejor que nos fuéramos de aquí- dijo Meg.

-¿Porque no quieren que encuentre la salida?, ya sé que es por mi seguridad, pero voy a ir con o sin ustedes.- dije.

Al terminar el camino empedrado se encontraba el cancel de entrada el cual siempre estaba abierto, al proyectar la luz con mis manos se veían unas ondas transparentes, como las del calor sobre las superficies de los carros. Metí la mano y Paulo me jaló lo más rápido posible. Era un portal.

-Te acompañamos, esperen aquí- nos dijo Paulo.
-¿Qué?, me huele a manada- dijo Meg exaltada.
-¿Por favor?- Le dije.
-Te odio- me contestó.
-Me amas- reí.

Llegó Paulo con su carro y atravesamos el portal dentro de él. Nos transportó a las afueras de Laguna. Abrí el Google maps y tomamos la autopista hacia el bosque.

No tardamos mucho en llegar, nos bajamos del carro. Diego y Meg prendieron la linterna de sus celulares, a mí me bastaba con la luz de una mano. Brincamos una cerca que prohibía el paso. El bosque daba miedo, los sauces parecían que sufrían, la tierra estaba seca, no se regaban en algún tiempo, por lo tanto todos estaban decaídos y secos, aunque aún con hojas. Al adentrarnos no escuchaba las voces que mencionó Amery, pero si estaba corriendo bastante aire. Hasta que los sauces comenzaron atacar, nos tumbaron al suelo agarrándonos de los pies, al intentar quitarme las lianas con las manos solitas se repelieron. No les gustaba la luz. Los otros no podían soltarse.
-Cierren los ojos-Les grité.
Mis manos fueron como dos enormes faros de luz y los árboles nos dejaron en paz. El celular de Meg se había roto del display así que le preste mi linterna.

Después de un rato encontramos al árbol, pero ya no había agua a su alrededor, ni el árbol era blanco, estaba seco, saqué mi botella de agua y le di la mitad de mi bote, después lo alumbre con un poco de mi luz y nada. Ya estábamos por irnos cuando se escuchó una respiración muy profunda y un rostro muy arrugado en el tronco.
- Debes irte- dijo la madre sauce a penas respirando, sin aire.
-Perdone por despertarla, pero necesito respuestas.- dije frente a ella.
Paulo y Meg contemplaban los esfuerzos del árbol.
-Ya viene- fueron las últimas palabras del árbol, desapareció su cara y el árbol se derrumbó.Todos nos hicimos para atrás al ver semejante árbol caer.

A unos cuantos árboles de dónde estábamos comenzaron a pararse cuervos.
-Debemos irnos ahora- dijo Paulo tomándome del hombro.
Asentí con la cabeza y me despedí de la madre sauce. Le dimos la espalda y al regresar por donde llegamos, se convirtió en polvo dorado que se llevaba el viento.

Comenzamos a correr al escuchar que volaban más cuervos y nos comenzaron a seguir. Entramos al auto, Paulo arranco y cuando mire hacia atrás, recargada sobre mi asiento, ahí estaba el parado, Érebo y se veía con más claridad, mientras nos alejábamos desapareció.
Al incorporarnos a la autopista apareció frente a nosotros y nos estrellamos contra él, el carro dio algunas vueltas y quedo de lado, trate de despertar a Meg y a Paulo, Meg no respondía.

Salí del carro adolorida y con algunas cortadas. Le pedí a Paulo que cuidara a Meg mientras iba a ver a Érebo, al parecer aún no era tan fuerte, se levantó del suelo y se rió.
Debajo de mi ombligo volvía a brillar un punto en mi matriz.

Ligera SospechaWhere stories live. Discover now