X. Mi primera batalla

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Respiré profundo, cerré mis ojos y me deje llevar, mis manos proyectaron luz a kilómetros de distancia, los 4 me rodearon.

Paulo tenía una espada de mango blanco con alas y toques dorados, la cual me parecía conocida. Mi hermano se arrancó su collar con 2 dijes y en sus manos crecieron 2 cuchillos dorados en forma de hoz, el Capitán Amery tenía 2 pistolas revolver colt y la General Lowry un bastón largo negro con electricidad, ya que daba descargas, además se podía separar en dos. Al poco tiempo se unieron otros del rango del capitán, ya que los de franjas rojas y azules no estaban listos, aunque podría decir que de todas las personas, yo era la menos preparada.

No podíamos contra tantos, les grite que cerrarán sus ojos y sobre la parte que seguía en pie del edificio, ya que eran puras ventanas dirigí mi luz y los rayos se dispersaron en todas direcciones. Parecía que los pájaros se habían esfumado con la luz.

Todos seguíamos en posición de combate, mirando nuestros alrededores, no había más señales, baje la guardia y vi aquella sombra frente a mí, avanzando a toda velocidad seguía sin verse un rostro, pero ya se veía un cuerpo debajo de la túnica aunque no muy claro. Los 4 que me rodeaban trataron de hacerle algo. Sin embargo sus esfuerzos fueron en vano debido a que era un fantasma, este me atravesó y se desvaneció. Caí al suelo de espaldas al instante y quedé inconsciente.

Escuche que me llamaba una voz que me brindaba paz.
-Dadora de luz, despierta- Era Hemera.
Desperté en el mismo cuarto de recuperación de mi primer día en la base, la luz no me encandilaba más, pues ahora era parte de mí y yo de ella. Meg estaba sentada esperando a que despertara, me abrazo muy emocionada, se alejó a la puerta y comenzó a gritar.
-¡Despertó!, ¡despertó!-

Mi ventanal que daba al pasillo se lleno por personas desconocidas en cuestión de segundos. Entraron corriendo entre la multitud Paulo e Isaías. Los recibí con una sonrisa y mi hermano me abrazo, Paulo se acercó y pensé que no lo haría, pero igualmente me abrazo, a lo que mi reacción fue sonrojarme.

En ese momento entro la General Lowry y dijo.
- Hemos encontrado quién es nuestro fantasma-
Lo primero que salió de mi boca fue.
-¿ Y mi mochila?, ¡la gema!-
Salte de cama y Meg me detuvo frente a ella con un anillo y un dije en forma de la gema.
- ¡Aquí está!-
-¿Cómo es que es más pequeño?-pregunté.
-Con un láser que convierte las cosas a escala, si lo quieres más pequeño se puede ajustar- dijo Meg.
-¡ No, es perfecto!, ¿pero cómo hag...?- preguntaba.
Antes de terminar Meg jalo la gema del anillo y sola creció, mis manos nuevamente proyectaban luz. Meg la dejo en la cama, la tome y la incorpore a mi anillo.

Propuse ante la general vernos dentro de una hora junto con Isaías y Paulo, para que me diera la información del fantasma y para reportarles el nuevo mensaje de la gema que había descubierto, pero primero necesitaba ir a mi habitación a tomar un baño y cambiarme.

Al salir del edificio y dirigirme al otro, todos estaban moviendo los escombros y recuperando cosas, la entrada principal estaba destrozada, así que entrábamos por la de emergencia.

Se llegó la hora y estaba nuevamente en el centro de control con la General y Paulo, Isaías se había ido a sus clases. La General comenzó hablar -Pedí en la biblioteca de la base "The silver dusk" que investigaran en libros de mitología a nuestro agresor, el domador de cuervos sin rostro, el fantasma de la oscuridad. Se llama Érebo y no tiene un cuerpo en sí, está compuesto de flamas negras que forman todo su cuerpo y el último detalle es que es el padre de Hemera.

El tiempo se detuvo, solo yo podía moverme, salí de centro de control y nadie. Salí al jardín y de espaldas sentada en un banco estaba una mujer.
-¿Hemera?- pregunté.
-Hola dadora de luz, no hay mucho tiempo, caminemos- dijo ella muy tranquila. Al pararse era una mujer muy alta y hermosa, todavía irradiaba cierta luz su aura.
-¿Cómo estás aquí y las reglas?-
A lo que ella contestó.- Soy solo una proyección, no estoy tal cual en la tierra, así que no violó ninguna regla. Además estoy aquí para hablarte de mi padre-.
- Ah si! Lo conocí anoche, un tipo muy agradable, ¿ Porque me quiere matar?- respondí alterada.
-Quiere recuperar mis poderes y sacarme del Tártaro donde estoy encerrada-. Respondió Hemera.
-Dadora de luz, es un castigo que debo cumplir con honor por mis actos, no quiero mis poderes, ahora son tuyos y debes cuidarte de él, aún no tiene suficiente fuerza, es por eso que nadie ha muerto aún, pero no se detendrá-. Dijo.
-¿ Y qué debo hacer?- pregunté.
Se me acercó y me dio un beso en la frente. -Ten cuidado y cuida la gema ella es tu nueva guía- dijo al final y se desvaneció.

Ligera SospechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora