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Hoy era otro de esos días en los que Jimin acompañaba a su esposo al trabajo.

Se había vestido con un pantalón de cuero negro que resaltaba sus piernas, pero que no aplastaba su pancita, pues el diseño era exclusivo para donceles en estado y el suéter afelpado celeste le daba un aspecto totalmente adorable.

Entonces en ese momento Jimin se encontraba sentado en la cafetería de la empresa, disfrutando de un cupcake de arándanos y de un jugo de mango.

Una vez terminado el delicioso dulce, trató de pararse pero no se fijó que un hombre pasaba justo a su lado.

Se tambaleó y terminó en los brazos ajenos. Sonrojado por el reciente imprevisto miró al desconocido y de inmediato retiró sus manitos de los brazos ajenos.

—Oh... Discúlpeme.

—No se preocupe, ¿se encuentra bien?

—Sí, muchas gracias.

El desconocido le sonrió y Jimin aceptó la invitación a comer, es que él tenía mucha hambre por su bebé.

•😾•

Yoongi nunca se había considerado una persona celosa. Es más, él siempre tenía que soportar todas las escenas que Jimin le hacía por cualquier cosa.

Pero desde que lo conoció, él simplemente no podía dejar pasar esa pequeña chispita que surgía cuando veía a su esposo con otro hombre.

Justo como sucedía en ese momento, su pequeño reía feliz con alguien del cual solo podía ver su espalda. Llevaba sus manos a su boquita para silenciar las escandalosas carcajadas y Yoongi también sonreía al presenciar las facciones alegres de su bebé, pero fruncía su nariz cuando caía en cuenta que no era el causante de tal dicha.

Ya cansado de esa situación se acercó  cuando vio que Jimin se había manchado el labio y el deconocido se acercaba para limpiarlo con ayuda de una servilleta.

¡No en su guardia!

Solo él podía tocar los labios de su cosita bonita.

Como la persona adulta, sensata y madura que era, respiró fuerte para evitar despedirlo tal cual como lo hacía Jimin con los trabajadores que no le caían bien.

—Bebé.

La mirada de Jimin se iluminó buscando esa grave voz.

—¡Yoonie! —chilló levantándose para abrazar el torso de su esposo, escondiendo su carita en el pecho—. Te extrañé.

—Ajá. Ni parece —reclamó un poco receloso besando el sedoso cabello castaño.

Jimin alzó sus ojitos y antes de que pueda agregar algo, Yoongi habló autoritario.

—Lee Taemin, no sé que hace aquí cuando su descanso terminó hace veinte minutos —musitó fijándose en el nombre del gafete.

—Amor, casi me caigo y él me salvó —apuntó—. Y luego me invitó a comer, el gatito pedía mucha comidita —informó sonriendo, con sus típicos ojitos absolutamente perdidos.

—Yo no le pago para que venga a pasear por la empresa.

Jimin frunció su ceñito por el tono tan hostil, desenredó sus cortos brazos y se ubicó a un lado de él.

Taemin agradeció y se disculpó para retirarse por los imprevistos.

—No tenías que ser grosero.

—Tú no tenías que sonreírle.

—Yo puedo sonreír cuando quiera.

—Bueno... Espero que no te moleste cuando me encuentres sonriéndole a algún rubio.

Jimin llevó sus manitos a su boca, sorprendido. Sus ojitos también se abrieron desmesuradamente.

Cuando unas pequeñas lagrimitas bajaron por sus mejillas, Yoongi supo que la había cagado.

—Bizcochi...

—¡No! Taemin solo me ayudó cuando me iba a caer. ¡Nada más! En cambio tú  sabes que siempre te coquetean y se te quieren meter hasta por los ojos.

Reclamó.

—Bebé... Tranquilo.

—¡Ya te dije que no! ¡Me largo de aquí!

Jimin tomó su bolsito de mano y caminó rumbo a la puerta principal para abandonar la empresa.

Muchos empleados veían anonadados lo que sucedía, debido a que la pareja nunca peleaban de esa manera.

Sin perder tiempo, Yoongi lo siguió, pero fue demasiado tarde porque Jimin se subió rápidamente a un taxi. En cuestión de segundos, el vehículo desapareció de su vista.
































°.•*¨♡ Esposo Consentido ♡¨*•.° YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora