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Jane miraba el techo sin mucha atención, Kreacher la atendía pero ella apenas reaccionaba. 

—Kreacher —el elfo se acercó ante el llamado— deberías regresar a casa con Walburga y Orión. Ellos son tus amos.

—El amo Regulus me pidió que cuidara de usted.

Ella sonrió apenas.

—Por favor, Kreacher. Estoy segura de que será mejor que regreses. 

Él la miró sin entender del todo.

—¿Es una orden?

Asintió.

—Sí, Kreacher. Es una orden, regresa con tus verdaderos amos. 

—Como ordene, ama Jane. 

Entonces quedó completamente sola, mirando fijamente su anillo de bodas. Simplemente sentía que ya nada importaba. 

Regulus había roto su promesa. Era un idiota, primero se atreve a terminar con ella por carta y ahora se va y no cumple su promesa de volver. 

Gritó. 

Destrozó todo.

Volvió a gritar. 

Lloró hasta quedar afónica. 

Pateó todas las cosas a su alrededor. 

Arrojó los vasos y platos contra la pared. 

Gritó de nuevo.

Y al final cayó en un un profundo sueño luego de agotarse y descargar toda su ira. Esa linda y risueña chica que una vez fue, ahora parecía una muy lejana sombra quedada en el olvido. 

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Un mes. 

Fue un mes después cuando entró al baño para darse una ducha. Había tanta ira en su interior que estaba completamente segura que ni un ejército de aurores o mortífagos la podrían detener. 

Luego de arreglarse, salió por primera vez de la casa y con una rápida aparición llegó a la mansión Malfoy. 

La primera a la que se encontró fue a Narcissa, la mujer parecía muy confundida de ver a Jane, más porque parecía muy enojada.

—¿Dónde está? —preguntó Jane secamente, apenas mirando a la mujer. 

—¿Jane? —frunció el ceño— cariño, ¿estás bien?

La atravesó con la mirada.

—¿Dónde está él? —preguntó de nuevo. Levantando la voz. 

La miró sin comprender, pero ya sabía a quién se refería. 

—Está en el estudio, hablando con Lucius.

Jane ya sabía el camino, sin importar nada, caminó a paso rápido y firme. Ya lo había perdido todo y nada le importaba. 

Entró al estudio, efectivamente, estaban los dos hombres. El platinado la miró mal pero el azabache dejó ver una sonrisa. 

—Lucius, parece que seguiremos con nuestra conversación más tarde. 

El nombrado asintió, no sin antes dirigirle una mirada asesina a la chica al salir. 

—Mi querida Jane, me preguntaba cuándo te volvería a ver. 

Sintió que la sangre lo hervía y ni siquiera lo dudó cuando se acercó al hombre y estampó su mano contra su mejilla. 

Él pareció sorprendido pero apenas se notó un poco cuando frunció el ceño y tomó con fuerza de la barbilla a la chica. 

Tightrope ⇝ Regulus Black ✔Where stories live. Discover now