— Harry, creí que había sido claro cuando dije que no me apartaras

— No lo hago pero, - se sentó - escucha hay veces en las que estar solo, ayuda.

— No, a ti estar solo no te ayuda, creas escenarios que no son y tus insegurades crecen. Se que te enojaras pero en la sala entre a tu mente y sentí que no estabas seguro de nuestro apoyo.

— ¿Entraste en mi mente? - ahora su semblante cambio a enojado - merlín, te eh dicho que destesto que hagas eso!

— ¿Te has visto?, Estás ido y apenas me has hablado o a cualquiera de nosotros.

Tom tenía su mirada fija en el rostro del gryffindor, mientras que este miraba a la esquina donde estaba dormida su serpiente.

— ¡Estoy preocupado!, No quiero que les pase nada.
No quiero que la familia de Ron me odie si le pasa algo o la de Draco. No me perdonaría si algo le llega a pasar a Hermione y me muero si algo te pasa a ti.

— Cielo - Tom se sentó a su lado y lo abrazó - no permitiré que pase nada. Te dije que siempre te protegeré y estaré contigo.

— Lo sé - Harry lo miró a los ojos, unos meses atrás huía a la torre de astronomía para observar las estrellas y apreciar el cielo azul oscuro. Pero ahora solo veía la de Tom y era más que suficiente, tenía el propio cielo y lo veía a él. Solo a él.

Harry se acercó más al rostro de su novio y todo sus labios con los suyos para luego besarlos. Era un beso lento, sus lenguas no se tocaban, sin morbo. Solo eran ellos dos sumergidos en un vaivén lleno de amor, los hacía sentir seguros y completos.

Todas las cosas que hicieron para llegar a ese punto, lo tanto que Tom odio a Harry para después nombrarlo su propósito para seguir de pie, ahora el era suyo. Le pertenecía desde su cabeza hasta la punta de sus pies, era su hogar, su familia, todo lo que necesitaba.

— Te amo - dijo Harry parando el beso y acariciando su cara.

— Y yo a ti - respondió el ojiazul - Granger se quedó preocupada y a decir verdad me intimida un poco cuando se enoja.

— No te culpo, Hermione enojada asusta a todos.

Tom realmente estaba preocupado ante la nueva amenza que se hacía presente, no por el, si no por su ojiverde novio. No se perdonaría si algo le pasaba a su familia y no podía hacer nada al respecto, James era como una especie de luz que iba de un lado a otro en la cocina y después al despacho a terminar sus propios pendientes. Su otro suegro era su profesor preferido e impartía una de sus clases favoritas, eran grandes padres y habían criado a quien lo hacía sonreír y sentir mariposas, quería cuidar y atesorar a cada uno de ellos con tal de que la sonrisa de su chico no desapareciera nunca.

En el sótano de la casa vecina a la Potter-Black se encontraba Liam junto a sus padres y su hermana pequeña, planificando la cena que se daría en la noche, pensaban bien cuáles serían sus movimientos por qué al parecer uno de los padres del azabache había empezado a sospechar por el comportamiento de James.

No podían conservarlo bajo el imperio tanto tiempo y mucho menos podían saltarse la etapa de confianza que debían implantar en la familia y amigos que los rodeaban.

— No puede haber equivocasiones - murmuró él señor de ya bastante edad - no me interesa si llegaron a tomarles aprecio.

Ahora lo miraba a él, su padre había leído su diario y se enteró por ahí que su hijo mayor estaba un poco flechado por un rubio slytherin y que el tímido Neville se había vuelto su confidente.

— No habrá equivocaciones padre - susurró su hermana.

— No lo decía por ti - parecía que su mirada podía atravesarlo - ¿Entendiste Liam?

— S-si padre, lo entiendo.

Se sentía horrible y ni siquiera sabía por qué lo hacía estaba consiente de que Draco nunca le correspondería, el estaba muy feliz con su pareja y reconocía que Ron era increíble, divertido, muy guapo y sobre todo leal y sincero. Lo tenía todo, mejor amigo que siempre lo apoyaba, mejor amiga también que siempre lo cuidaba. La familia que el deseaba tener, amorosa y atenta. Y que podría decir de su novio, era perfecto, guapo demasiado guapo.

Quería estar bien, sentirse limpio, no débil. Lamentaba lo que le hizo a Harry al hacer que confiara en él provoca do que se peleara con su novio. Esperaba haber dejado las suficientes pistas para que se dieran cuenta antes de que sucediera.

Quería deshacer todo y botarlo a la basura para no sentirse igual a ella. Se sentía incapaz de llegar a tal punto algún día, dudaba de si mimo. Estaba celoso.

No como él que había entrado a Hogwarts solo para concretar los planes de su padre, quería gritar y no podía por qué temía que su padre bajara y lo reprendiera por ello.

¿Cómo quitarte la culpa de encima?

Podría ayudar a Potter para que salvara a su familia de lo que sus padres querían hacerles o podría solo huir de ahí y dejar que pasara todo lo que tuviera que pasar. Estúpida venganza, estúpido padre, estúpida vida. Lo odiaba, se odiaba, odiaba a todos.

El sol se estaba poniendo y con el llegaba la hora de cenar con los Potter, los Weasley y también los Malfoy que después confirmaron su asistencia. Decir que estaba preocupado más que antes no era necesario, el temblor en sus manos era notorio, supuso que si seguía así los demás se darían cuenta.

Tom no ayudaba mucho a quitarle la desesperación, se había puesto un traje negro que le quedaba ajustado al cuerpo y hacía que resaltarán sus ojos azules.

— Debes tranquilizarte - le susurró mientras salía del baño que estaba en el cuarto.

— Decirme que me tranquilice solo hace que se me alboroten más los nervios.

— Bien, ¿Cómo puedo ayudarte? - preguntó poniéndose frente a él.

— ¿Cuánto tiempo queda para que lleguen los demás? - preguntó mirando la puerta.

— No lo sé, como una hora ¿por qué?.

Harry se puso de puntitas y estampó sus labios contra los del ojiazul y relamió su labio inferior, para después meterse al baño de nuevo. Tom entendió con qué intención lo hizo y rápidamente se quitó el saco y zapatos y lo siguió. Si así quería que lo ayudara a relajarse, lo complacería.

I HATE.. 𝗟𝗢𝗩𝗘 YOUTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon