CAPÍTULO 1

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Tom se encontraba caminando como de acostumbré a D.C.A.O con la elegancia digna del heredero del Slytherin, sus supuestos amigos a su lado aún que el sabía que lo seguían más por miedo que por amistad.

Al llegar vió los uniformes color negro con rojo, cosa que le desagradó, siempre era lo mismo. Todos los viernes a las 12:30 compartía clase con Gryffindor, decir que detestaba aquella materia sería mucho por que realmente no lo hacía y era su favorita,pero, si odiaba compartirla con los leones.

Las sillas ya estaban acomodadas alrededor del salón y todos tenían las varitas en sus manos apuntando hacía el frente, tenían que practicar los conocimientos que habían adquirido en sus cinco años antentriores.

Una estruendo de escuchó desde la puerta, como siempre el hijo del profesor llegando tarde.

- ¿En serio, otra vez?, Harry! - Regulus el profesor de Defensa contra las artes oscuras había hablado con Harry sobre las concurrentes veces que había llegado tarde a su clase pero por alguna razón lo seguía haciendo - esta vez sí tendré que castigarte y me temo que a ti también Ron.

Harry tenía el cabello revuelto por el aire que había recibido al momento de correr y junto a Ron tenían la respiración agitada.

- Al fin! - Malfoy había gritado desde donde se encontraban los demás Slytherin.

- También los acompañarás Draco

- Pero yo no llegué tarde!,mi padre se enterará de esto.

Harry le dirigió una mirada divertida a su primo, que ahora se encontraba enojado, sin más le asintió a su papá y se dirigió a su lado, evadiendo las miradas de los demás estudiantes y Ron solo le imitó.

- ¿Que hacías con la comadreja? - preguntó Draco fingiendo desinterés.

- Nada, solo habíamos estado hablando de su novia.

- ¿Novia?

Harry sabía que Draco tenía interés en Ron y siempre trataba de ocultar los celos cuando cualquiera e incluso él se le acercaban al pelirrojo.

- Lavander Brown, se hicieron novios hace no más de dos días.

- ¿¡Por qué rayos no me dijiste nada!? - Se notaba su tristeza en la mirada gris de su primo.

- Apenas me enteré.

No mentía, los había visto besándose en la torre oeste y posteriormente Ron le había contado como se habían dado las cosas entre ellos, también reconocía que no era la historia de amor más romántica que le habían relatado pero se veía a lo lejos que la chica estaba muy interesada.

Draco había dejado la conversación para después, ya que estaba seguro de que algún día el menor de los Weasley le pertenecería. Lo daba por hecho.

- Has visto a Theo? - preguntó con preocupación, habían peleado la noche anterior.

- Se sentó con nosotros después de que tu te fuiste, ¿Están mal?

- Parece odiar todo de mí - dijo con tristeza en sus ojos, lo quería y cada vez que Theo le decía algún defecto, trataba de cambiarlo, pero parecía nos ser suficiente.

- Entonces, permíteme odiarlo a él.

La clase había estado lenta y aburrida para Harry, pensaba en Theo todo el tiempo y en como hacerlo sentir bien, como hacerle entender que no podía cambiar tan drásticamente. Sin quererlo hacía los hechizos de aquel día de forma limpia, los lograba a la primera, ganándose los halagos de su padre y también de sus amigos.

Tom por su parte tardaba más en concretar su tarea, había puesto más atención en el hijo de su profesor y sin querer lo había visto a los ojos y este también lo había hecho.

- Si quieres te puedo ayudar con el hechizo - ofreció amablemente el azabache.

- Se hacerlo, gracias - respondió rodando los ojos, no caería tan bajo pero para su sorpresa el chico no se había ido.

- No parece, realmente no me molestaría.

Su compañero de clase tenía una sonrisa en su rostro, parecía amable, casi lo confundió con un Hufflepuff. ¿Cómo es que estaba en Gryffindor?

- ¿Cómo te llamas? - preguntó aún sabiendo la respuesta.

- Soy Harry Potter

- Muy bien Potter, creo que no fue claro la primera vez pero te lo repetiré - ladeó una sonrisa - no necesito tu ayuda.

Harry miro a Tom por un segundo, ojos oceanicos, cabello ondulado y notablemente desagradable.
Se apartó dejándolo continuar con su práctica, parecía no agradarle a nadie, tal vez era demasiado ingenuo o blando, era un Gryffindor pero no parecía serlo.
Las palabras de su novio corrían por su cabeza.

- Este es el maldito problema Harry, siempre que trato de divertirme sales con tu aire de héroe y me dices está mal, hemos hablado de esto, no me importa si te gusta como soy, tal vez quien debe cambiar eres tú!

- Harry por favor, soy un Slytherin no le hago caso nunca a un Gryffindor.

Había intentado portarse como sus amigos con los demás, le había seguido el juego y lo único que logró fue terminar en el baño llorando sintiéndose la peor persona en el mundo. Maldecía mentalmente al sombrero seleccionador en ese momento y en especial a la sociedad del colegio que decía que por ser Gryffindor quería ser siempre el centro de atención o ser valiente.


El aire golpeaba su rostro, la torre de astronomía era su favorita siempre iba cuando caía la noche para observar las estrellas de una mejor forma, le parecía fascinante, era como ver el pasado.
Luna le había contado que las estrellas nacían cada cinco años y al cumplir la misma cantidad explotaban para después de reunir los químicos necesarios y volver a nacer. Podía pasar horas viéndolas y tratando de adivinar cuánto tiempo llevaban desde que habían nacido otra vez, solo conocía el registro de una estrella llamada Espoir que había aparecido hace tres años, era su favorita y se identificaba con ella, la había marcado como suya ante la estatua de Águila que había en la esquina y ante el.

Unos pasos se escucharon en la entrada pero Harry solo los ignoro, pues, supuso que era algún estudiante de Ravenclaw que se había saltado el toque de queda sin embargo era Hermione que al no ver a Harry en la cena se preocupó; ella era la única que sabía de la fascinación de Harry por la astrológia y con la única que podía estar sentado sin decir nada solo compartir tiempo juntos.
Hermione se sentó a su lado y cruzo su brazo por el de Harry para después posar su cabeza en su hombro, fuera a dónde fuera, estar así con su mejor amiga era lo que le ponía pausa a su vida y la reiniciaba otra vez.

- ¿Estás bien? - preguntó la leona, sabía la respuesta por qué siempre era la misma. Theo tratando de cambiar a Harry.

- Terminaré con él - Hermione se apego más a él asintiendo - pero aún así no sé quién o como soy, está situación me ha llevado a hacerme demasiadas preguntas y no logro responderlas por mi mismo.

- Y para eso estoy aquí - dijo la castaña tratando de darle ánimos a su mejor amigo.

Habían estado en la torre toda la madrugada, hablaban de cosas sin importancia y sentido hasta que Hermione empezaba a caerse de sueño así que se levantaron y se dirigieron a su sala común. Ambos quedaron tumbados en los sillones sin poder llegar a sus respectivos dormitorios, y era de esperarse.

I HATE.. 𝗟𝗢𝗩𝗘 YOUWhere stories live. Discover now