IX

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CAPÍTULO 9.

TODO VA A ESTAR BIEN.

El cielo se oscurece por completo, vientos fuertes empiezan a soplar, se aproxima una terrible tormenta, relámpagos se ven en el cielo, los padres de Vania pasan a buscarla debido al temporal que se acerca, ella se despide de Tony y de los demás. No quiere abandonarlo pero debe acatar a sus padres, va con mucha pena, pero con una esperanza de que la mañana siguiente todo pueda estar mejor.
Hunter y Megan también se despiden de ellos, deben regresar al departamento. Megan da un beso a Tony en la mejilla y un fuerte abrazo, luego acompaña a su hermano.
- ¿Esta jodida la situación? - pregunta Hunter situándose al lado de su hermana mientras ambos van caminando hacia la salida.
- Creo que sí. - responde ella con un pesar.
- Lo siento mucho por él, se nota que es un buen chico.
- Lo es, pero mantengamos la esperanza de que todo irá bien. - ella no quiere pensar en cómo se sentirá Tony si las cosas no llegan a mejorar.
Cynthia queda a solas con Tony, el hospital se encuentra desolado, es la media noche y la lluvia arrasa con todo, parece que el cielo se encuentra enfurecido y descarga su ira contra la tierra, Cynthia llama a su marido para saber si todo está bien con su hijo, ella es consciente de que su marido va a cuidar bien del pequeño pero el amor de madre siempre raya el límite de la preocupación.
Tony se encuentra derramando lágrimas sin cesar, cuando las lágrimas van cesando él busca y rebusca en su mente cualquier recuerdo triste para seguir llorando; él necesita llorar, necesita seguir haciéndolo sin importar nada, porque llorar le limpia el alma, lo ayuda a sacar todo el dolor a través de sus ojos. La culpa a cada minuto sigue aumentando, para él cualquier cosa a parte de lo que sucede con su sobrina; será culpa suya, se condena y se tortura a sí mismo.
- Todo va a estar bien. - dice Cynthia sentándose a su lado y pasando su mano por el hombro de él.
- No entiendo, ¿Por qué Dios castiga con esta enfermedad a una pequeña niña indefensa? - golpea la cabeza contra la pared.
- Dios no castiga, son pruebas que pone... - él hace una abscisión.
- ¿Por qué tiene que ponerla a prueba a ella? - eleva el tono de su voz.
- Sé que te duele, a mí me duele muchísimo más, pero enojarse con Dios y reprocharle no resolverá nada. - sus ojos cristalizados, contiene las lágrimas porque al menos uno de los dos debe aparentar ser fuerte para afrontar cualquier cosa que sea el designio final.
- Ese Dios es una persona demasiado injusta, ¿Hasta cuándo va a seguir lastimándome? - se da un golpe más fuerte contra la pared.
- Deja de hacer eso, no te lastimes a ti. Vas a ver muy pronto que esto será una horrible pesadilla del cual despertaremos y todo volverá a la normalidad. - se recuesta contra su hombro y cierra los ojos para intentar dormir, le duele lo de su hija, pero ver cómo su hermano se tortura a sí mismo le duele aún más.
Tony no llega a comprender, comienza a creer que ese Dios al que todos adoran y rinden culto no existe o si existe seguramente es el ser supremo más injusto, en especial con él, él que ha perdido a su padre, a su madre, que hace poco se entera que padece la misma enfermedad que se llevó a la tumba a su madre, que su sobrina que acaba de conocer está debatiendo entre la vida y la muerte, todo eso aún no es suficiente para ese Dios, ese Dios que se ha olvidado de él en el bien y que solo deja llegar a su vida el mal, eso es lo que él piensa, lo que él siente con respecto a esta situación en este preciso momento.
No hay nada que pueda calmar el dolor y la culpa que siente, descarga su rabia contra Dios para que de esa manera el dolor al menos sea un poco menos, pero su cólera solo hace que se lastime más, reprochando cosas que no tendrá respuesta; al menos no por el momento.
- Hermana. - ella se encuentra dormitando pero al escuchar que él la llama abre los ojos.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Cómo te mantienes de pie después de tantos golpes? - la pregunta en sí no parece específicamente dirigida para ella.
- Encuentras una razón que ayuda a calmar en medio de la tempestad. - suspira.
- ¿Cuál es tu razón?
- Mis hijos, ellos son mi verdadera razón para continuar. Por más que mi pequeña a traviese por estos momentos la fuerza de voluntad que tiene ella por salir adelante me da más que mil razones para continuar. Ella es una superviviente.
- Es alentador. - quiere decir algo más pero ni siquiera él mismo encuentra las palabras adecuadas.
- Ella es fuerte hermano, saldrá de esta.
- ¿Qué sucederá si las cosas salen mal? - se le forma un nudo en la garganta, no quiere escuchar la respuesta pero se mantiene expectante.
- Dios quiera que no. - no quiere imaginar siquiera esa posibilidad, nunca siquiera lo ha planteado, porque esa no es una opción.
- Y si ocurre. - se obliga a sí mismo a seguir, quiere escuchar la respuesta; al menos una pequeña parte de él lo necesita oír.
- Si llega a suceder lo peor, solo nos queda aceptar ese designio, por más que mi alma no lo va a soportar; mi corazón se romperá en mis pedazos y me hundiré en un mar de lágrimas... estoy segura que caeré en un abismo y no sé si es que lograré salir de ahí algún día. - tratar de asimilar esa posibilidad hace que unas gotas de lágrimas resbalen por su rostro.
- Lo siento tanto, no quiero que llegue a suceder eso. También entenderé que nunca vayas a querer perdonarme.
- No digas eso. - seca sus lágrimas con las manos.
- Es la verdad, es culpa mía. - solloza, se le atora las palabras que quiere pronunciar y queda en silencio.
- No es culpa tuya, no hay ningún culpable aquí, las cosas suceden porque deben suceder, ya no te estés torturando por favor. - lo abraza con fuerza, él se hunde en llantos. Después de unos minutos sus llantos cesan y queda dormido en brazos de su hermana.

Acompáñame a ser Feliz. (EDITANDO) Where stories live. Discover now