Capítulo 16: CUESTIÓN DE CONFIANZA

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A la medianoche, el suelo retumbó con fuerza. El golpe de sonido y el movimiento terrestre hicieron que Caleb se despertara de un sobresalto, miró en todas direcciones con una mescla de pánico y confusión, buscando indicios de Thalía o de sus nuevos compañeros de viaje. Estaba solo. Caleb olvidó el reciente susto por el temblor y se sumió en la idea de que lo habían abandonado a merced de peligrosos depredadores. Sin embargo, no era lo peor que se encontraría esa noche.

Un temblor más fuerte lo devolvió a la realidad. Entonces notó algo perturbadoramente extraño. A medida que pasaban los segundos, los temblores se hacían cada vez más fuerte y formaban un patrón; un patrón que conocía muy bien. El rostro de Caleb se desfiguró creando una expresión de pánico y terror. Ya sabía lo que era. No eran temblores, eran pasos. Su mirada se disparó al cielo y vio la figura colosal que se cernía sobre él.

Instantáneamente fue devorado por la sombra de esta titánica figura femenina que parecía medir mil pies. Su cuerpo era ligeramente musculoso y llevaba significativas curvas. Toda su piel estaba cubierta de escamas verdes. No cabía duda de que era una Réptel. Era Liza. Caleb simplemente no podía creer que la princesa que lo había encontrado en el bosque tuviera tal tamaño, casi parecía una montaña viviente y él tan solo era un insecto.

"¡No! ¡Tiene que ser otro sueño!"; se dijo a sí mismo en su mente mientras cerraba los ojos y trataba de salir de esta pesadilla. Entonces se dio cuenta de que los temblores habían cesado. Abrió los ojos y se cruzaron con las retinas titánicas de Liza, y ella se puso a cuclillas sin despegarle la vista.

—Liza —gimió Caleb—. ¡Por favor lo siento!

A diferencia del sueño que tuvo en el barco, Liza en esta ocasión no dijo nada. En cambio su rostro se desfiguró en un ceño fruncido, temible y amenazante. De pronto, un poderoso rugido salió de sus labios y una oleada de viento pegó a Caleb en suelo, casi enterrándolo bajo la tierra. El muchacho gritaba. De pronto, todo su mundo se movió violentamente y Caleb se encontró en el medio de la colosal palma de la princesa Réptel rodeado por árboles y trozos de tierra.

Caleb volvió a mirar el rostro de Liza. Lo estaba acercando a una velocidad vertiginosa que casi se desmaya por la conmoción. Cuando se detuvo, se encontraba a la altura de su boca.

—¡Liza! —volvió a gritar Caleb.

Ella abrió la boca y lanzó a Caleb hacia su oscura cueva llena de dientes. Él gritó con desesperación hasta que cerró sus fauces con un fuerte estruendo.

Caleb se despertó agitado y con la mano al pecho, se secó las lágrimas y miró a su alrededor. Aún era de noche, y se encontraba rodeado por los sobrevivientes que lo habían encontrado hace unas horas. A unos metros más allá, encadenada a un árbol, Thalía se encontraba sentada y aún inconsciente; Caleb sabía perfectamente que esas cadenas no eran capaces de retenerla.

—¿Pesadillas? —la voz de Connor rompió el silencio y Caleb se sobresaltó.

A unos metros de él, Connor se encontraba recostado dándole la espalda, pero su rostro se elevó y se volteó hacia Caleb con una arqueada sonrisa.

—Sí —asintió Caleb con un suspiro.

Connor se acomodó sobre el pasto fresco, sentándose con las manos cruzadas adelante y lanzándole a Caleb una mirada profunda que el chico sintió como si le escarbasen el alma.

—Es lo normal en este mundo —comentó Connor finalmente, luego de varios segundos de incomodo silencio. Luego su vista se desvió hacia el acantilado a su lado y al valle que tenía delante. En ese momento su voz adquirió un tono pesado y triste. —No importa de dónde vengas, la edad que tengas o los sueños que tuviste, este planeta se encarga de destruirte... —Temblorosamente señaló hacia su frente—. Tanto aquí —Y luego hacia su corazón—... y aquí. —Dio un suspiro antes de continuar—. Las pesadillas son lo menos que te podrían pasar...

LA TIERRA DE LOS RÉPTELSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora