Matriarca Vol. 2

Capítulo 200:

A la mañana siguiente.

La villa de Lombardi estaba ocupada desde primera hora de la mañana, cuando comenzó la competencia de caza. Esto se debía a que los empleados se levantaban y se movían afanosamente incluso antes del amanecer.

Y algunos de ellos siguieron a la Emperatriz desde el palacio. Muchos de los equipajes que había traído para su estancia durante la competencia de caza estaban siendo reorganizados en manos de los sirvientes.

─El reprobable.

La Emperatriz, que estaba sentada en el sofá de la habitación con la cara desencajada por no poder dormir, murmuró.

─¿Cómo te atreves a insultarme así?

La cara del viejo Lombardi, que anoche trajo los Brown y sonrió triunfante, estaba claramente en su mente.

La Emperatriz metió las puntas de sus cuidadas uñas en el cuero que cubría el sillón. (¡EH WEE LO VAS A ARRUINAR Y NO ES TUYO! NI QUE TUVIERAS DINERO PA PAGARLO)

─Cosas como malditos gusanos que no mueren

Se refería a la familia Brown.

Desde aquel día, hace más de 40 años, Angenas empleó mucha mano de obra, tiempo y recursos para limpiar a los Brown. Localizaba a los que no tenían mano derecha y los mataba si llevaban una vida estable, y los mantenía vivos si llevaban una vida miserable.

Pero se reunían y Pero de repente, se juntaron y trabajaron así.

─Debería haberlos matado a todos en el acto ayer.

Los ojos azules de la Emperatriz brillaron brutalmente.

La tierra en la que ahora se encuentra Angenas, en el árido oeste del país, era el mejor lugar para construir y vivir. No podía devolvérsela al débil Brown, que ni siquiera podía proteger su tierra.

No hay necesidad de preocuparse sólo por los Brown. Podría aniquilarlos siquiera darse cuenta.

Sin embargo

─Viejo molesto.

Rulac Lombardi no era el caso.

Lombardi solía clavarle un cuchillo en la espalda de repente, como esta vez, aunque se mostrara receloso y desconfiado.

─¡Estoy seguro de que la Emperatriz no sabe exactamente lo que pasó con sus predecesores o cómo los Browns llegaron a esto!

No estaba hablando de la redada. No hay nadie en el imperio que no sepa lo que pasó esa noche.

Al parecer, Rulac estaba hablando de la forma en que la familia Brown perdió la tierra.

─Deuge.

Ante la llamada de Lavini, Deuge, que estaba revisando su equipaje en la habitación contigua, se acercó.

─¿Por casualidad sabes algo de la familia Brown, Deuge?

─Si está relacionado con el territorio, mi hermana lo sabe. Que mi padre era especialmente silencioso al respecto.

─Sí, lo sabía. Pero le pregunté porque pensé que tenía algo que decirle a su hijo.

La Emperatriz Lavini dijo con consternación.

─Mi padre no me ayudó mucho. Incluso después de su muerte

La Emperatriz Lavini pronunció palabras duras con un rostro despreocupado.

─Tengo que volver y reunirme con los vasallos de Angenas lo antes posible. Esto no puede ser así.

El rostro sonriente de Rulac era siniestro. La sensación de impaciencia seguía molestando a Lavini. Los que han vivido personalmente los acontecimientos de aquella época deben saber algo.