Capítulo 31: La fuga

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La celda era fría. Una sensación acrecentada por la fuerte lluvia que había caído momentos antes. El abogado Patrick del Solar arrojó su gabardina mojada y su sombrero sobre una silla. Si no fuera porque ese bastardo de Luthor pagaba muy bien, renunciaría de inmediato a ese trabajo. Odiaba ir a esa prisión, pero sobre todo odiaba tratar con su cliente.

-Me gustaría plantear un escenario hipotético, por favor -le expresó el antiguo dueño de Luthorcorp una vez instalado-. Por una cuestión de interés legal.

Luthor cruzó la celda en dirección a una mesita de la cual tomó una jarra de cartón y la sirvió en dos tazas, que también era del mismo material. El uso exclusivo de papel, plástico o tela en el calabozo era una de las tantas precauciones adoptadas por sus carceleros.

El letrado lo observaba con atención, pese a su historial criminal, Lex Luthor era uno de los hombres más brillantes que existía.

-¿Y si hubiera descubierto la identidad secreta de Batman?

El abogado se sorprendió con la pregunta, tal vez los delirios de grandeza del otrora magnate ya habían hecho mella en su cordura.

-Esa parece una premisa poco probable, señor Luthor -le habló con condescendencia-. La identidad de Batman es uno de los secretos mejor guardados...

-Oh, no -lo interrumpió Luthor y añadió con indiferencia-. Él es Bruce Wayne.

Lex Luthor se acomodó en la otra silla que había en la habitación. Bebía su café con sorbos suaves, el meñique extendido.

-Después de todo, esos juguetes eran una empresa financiera bastante importante de mi imperio. Invertí millones en desarrollar programas de reconocimiento de voz que pudieran detectar por debajo del modulador de voz a quien pertenecía esa voz. Y después compararla con las voces de los hombres más ricos de Gotham, aunque esa solo es la punta del iceberg de un trabajo mucho más complejo y que no tenemos ni el tiempo ni la paciencia de desgajar, ¿azúcar?

El abogado demoro unos segundos antes de reaccionar.

-¿Disculpe?

Lex frunció el ceño y agregó dos cubos de azúcar a su taza.

-Ahora digamos -volvió a la carga el prisionero-, nuevamente hipotéticamente, que la resurrección del Joker también fuera obra mía.

-Señor Luthor -el tono y las palabras de su abogado eran afines con su turbación-, eso es imposible.

-Se sorprendería lo que se podría lograr con una pequeña excavación de tumba, una extracción de ADN y mil millones de dólares. Hipotéticamente hablando.

Luthor bebió otro sorbo de café. Se distinguía un brillo de orgullo en sus ojos. "Es orgullo por el caos que puede ocasionar", reflexionó Del Solar, "es capaz de hacer todo eso aquí encerrado y aun así salirse con la suya". Lo único que deseaba era salir de ese lugar, pero el preso volvió a hablar.

"Ahora, ¿y si sabiendo que pronto estaría incomunicado, por así decirlo, le hubiera proporcionado un plan al Joker. Jugando con la debilidad de un héroe contra la del otro hasta que estén literalmente uno sobre la garganta del otro.

Patrick del Solar se tomó la cabeza en un movimiento instintivo.

-¿Por qué? ¿Con qué propósito?

-¿Por qué? Finalmente, el mundo se libraría de ese... alienígena, por supuesto. El Joker provoca a Batman y este acaba con Superman que se interpone en su camino. Después el Joker puede matar a Batman como recompensa.

Luthor se puso de pie y vació lo último de café en su taza.

-Mi pregunta es, hipotéticamente, ¿sería yo culpable? Legalmente.

BATMAN VS SUPERMAN: ASYLUMWhere stories live. Discover now