Matriarca Vol. 2

♥ Capítulo 146:

─¿Oh?...

Sí, la espada.

Sin ropa, las pequeñas cicatrices en las manos y brazos de Pherez eran más notorias. Y pregunté señalando la cicatriz roja y oscura de la espalda que más me molestaba hace un rato.

─Nombra a la persona que te la dejó en el cuerpo. Estoy segura de que se trataba de una intención diferente con el pretexto de entrenar.

─...No lo sé.

─¿Por qué no sabes su nombre? Debe haber asistido a la Academia.

─No es una herida de entrenamiento.

Sólo entonces se me ocurrió.

─A veces me atacaban de repente.

La emperatriz solía enviar gente a matar a Pherez.

Ahora ni siquiera puedes preguntarle a un muerto su nombre.

El hecho de que Pherez esté aquí ahora significa que el asesino enviado por la Emperatriz está muerto.

Miré a Pherez con un brillo.

Sigo confundida.

Que yo haya intervenido en la vida del joven Pherez y haya creado un entorno mejor no hace que todo sea más fácil. Su vida sigue siendo feroz. Tan profunda como esta cicatriz que ha dejado aquí.

Puse mi mano sobre las cicatrices restantes.

─Debe haber dolido mucho.

Los horrores del día en que se hubiera producido esta herida parecían pintarse frente a mis ojos. Pero cuando mi mano tocó la cintura, se produjo un cambio.

El cuerpo de Pherez dio un pequeño respingo y su estómago se tensó. Los músculos perfectamente tejidos, mostraban más rabia. La temperatura del cuerpo de Pherez en la punta de los dedos también estaba más caliente.

Bajik.

También vi un brazo sólido con un tendón azul que salía con un puño.

Levanté la vista y miré a Pherez. Me encontré con unos ojos profundos y oscuros. En ellos se leía algo tenso. Pude sentir el calor de la supresión y la paciencia en el pecho desnudo de Pherez, subiendo y bajando silenciosa pero enormemente.

Al mirarme, los párpados largamente abiertos temblaron.

En ese momento, pude darme cuenta de la situación actual al escuchar los sonidos que me rodeaban y que habían sido empujados fuera de lugar.

A la luz de la luna, sólo pude verme tocando el cuerpo de Pherez, un hombre que apenas llevaba una capa alrededor de la cintura.

─¡Eh...!

Rápidamente quité mi mano de Pherez y dije.

─¡Yo... yo voy a volver al carruaje! Yo... ¡necesito dormir un poco más!

Entonces me apresuré a recorrer el sendero del bosque, que crujía a cada paso.

¡Splash!

Oí a Pherez saltar de nuevo al lago.

***R.E.S.P.I.R.E.N  P.U.E.R.K.S

Llegamos sanos y salvos a la Mansión de Ivan.

Todo el mundo estaba muy cansado y agotado a causa de la rapidez con la que nos movíamos, pero el viaje terminó sin problemas.

Las personas, que estaban en plena restauración de la muralla de la fortaleza, nos recibió con los brazos en alto, el grupo más avanzado de suministros de socorro que seguirá en el centro.