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imagina: jean y tu salen del campamento una noche a escondidas y terminan hablando de las cosas que él hacía de niño.

...

Sigilosamente entró a la cabaña de las chicas, teniendo alrededor de su cuerpo su manta para tener algo de calor ya que la noche estaba fría.

Caminó con cuidado por el lugar, yendo a la cama en dónde su novia, quizá, estaba despierta. Se inclinó, colocando su mano sobre el brazo de ella para moverla ligeramente.

—¿Nadie te ha visto? —murmuró, poniéndose de pie, tomando su manta para también ponersela alrededor de su cuerpo.

—No, vamos. —La tomó de la mano y salieron de allí, caminando lejos del campamento e ir a su lugar secreto. —Esta noche hay muchas estrellas. —sonrió.

—Sí... Es hermoso. —Le echó una ojeada al cielo, sonriendo dulcemente. —Mañana será nuestro último día en el campamento y es una mierda que no lograra entrar a los diez mejores. —Suspiró decepcionada. —Sin embargo, me siento feliz de que tu lo lograras. —Apretó levemente la mano de Jean, quien miró por un segundo el agarré que tenía con la chica.

—¿A dónde piensas ir? ¿Guarnición?

—Sabes que sí. —Bufó. —Creí dar lo mejor de mi, veo que no.

Jean se detuvo, provocando que (n) también lo hiciera.

—Oye, diste lo mejor, simplemente Keith es un idiota. —Volvieron a retomar sus pasos, faltando poco para llegar al destino. —En fin, no quiero hablar sobre eso.

—Bien.

Al llegar, (n) colocó su manta en el césped, acostándose junto a Jean en esta. El castaño le dio de su frasada y ella gustosa la aceptó, acurrucandose en el pecho de él mientras veía el cielo.

Se quedaron un momento en silencio hasta que (n) recordó algo de su pasado y quiso comentarlo con Jean.

—¿Recuerdas la vez que veíamos estrellas y tú me dijiste que irías hasta allá arriba solo para bajar una para mí?

De inmediato el castaño se sonrojó, llegando a su mente esa noche de hace años.

—¿Aún recuerdas eso?

—¿Tu no? —Pasó de mirar el cielo a mirar al chico.

—Claro que sí, pero no es algo de lo que me guste hablar. —respondió avergonzado.

—Ya veo. —rió bajo, llamando la atención de Jean. —Entonces debes recordar también la vez que me dijiste que nos casaríamos, ¿cierto?

—Mhh... No hables de ese día, es vergonzoso. —Posó su brazo en sus ojos ya que no quería ver a (n) a la cara y mucho menos si estaba completamente sonrojado por la vergüenza que ese momento estaba sintiendo por todo su cuerpo.

—Sigo sin olvidar la vez que me diste una corona de flores que tu madre hizo porque se lo pediste para mi... Luego me la colocaste y me dijiste lo linda que me veía.

—De verdad te veías tan linda —soltó—, Quería darte un beso en la frente, pero nunca me atreví a hacerlo.

—En cambio lo hice por ti y tu te quedaste completamente inmóvil, en parte fue gracioso verte de esa forma. —rió suavemente, acelerando el corazón de kirschtein. —¿Aún no te olvidas del día que me dijiste por primera vez te amo? —Sonrió, tiernamente. —Fue adorable ver como me dejaste las flores para luego salir corriendo a tu casa. —Llevó su mano izquierda a la mejilla caliente de él y besó su cuello, causando estragos en kirschtein. —No me permitiste decir que también te amo.

—No quería ser rechazado. —confesó, tragando saliva.

—Oh, que tonto fuiste al pensar en eso, jamás iba a rechazarte, incluso pude haberte dado un besito en la mejilla... Realmente fuiste tierno ese día, derretiste mi corazón.

—Qué cursi. —sonrió de medio lado, apartó su brazo poco a poco de donde estaban.

—Tu lo eras aún más de niños. —se acercó más a su rostro y le besó los labios, tierna y suavemente, sonriendo en medio del beso que cada vez iba subiendo de intensidad, pasando de a poco a ser placentero e intenso. Ella se apartó, lo que le disgustó a Jean. —Bebé, ¿Recuerdas nuestro primer beso luego de pedirme ser tu novia? —cuestionó, ligeramente agitada.

—S-sí.

—Vuelve a besarme de esa manera.

—Era mi plan antes de que te apartaras. —soltó una corta y baja risita.

Tomaron asiento y Jean llevó sus manos hacia la nuca de ella, acercándola de nuevo a sus labios, besándola con intensidad, pero manteniendo su vergüenza intacta que lentamente estaba desapareciendo. Sí, el primer beso de ambos fue espléndido y maravilloso, intenso pero tierno, había sido la mejor experiencia y estaban seguros de que ningún otro beso lo superaría. Sin embargo, este lo había hecho sin ninguna duda.

Mejor que la primera vez.

Pensaba el par mientras continuaban besándose.

..

ya el libro llegó a los 1k de votos, qué hermoso, estoy feliz por otro logro más y se los agradezco a ustedes <3

𝘫𝘦𝘢𝘯 𝘬𝘪𝘳𝘴𝘤𝘩𝘵𝘦𝘪𝘯 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora