Capítulo XVI

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País del Fuego, días después...

Habían pasado tres días desde que salieran de Konoha y se encontraban en algún sitio en el País del Fuego cuando decidieron detenerse finalmente a descansar. Habían llegado a un pequeño pueblo en el que, al parecer, sus habitantes se dedicaban al cultivo de huerta, además de que tenían también algunos animales. Shizune no pudo evitar notar la ligera sonrisa en el rostro del hombre a su lado y, adivinando el posible motivo de la misma, preguntó si había visitado ya ese pueblo. Prefirió sin embargo dejar su duda allí. Es decir, no le recordaría a Itachi que había formado parte de Akatsuki y que seguramente ese era el motivo por el que conocía esa área. El Uchiha se percató de que la mujer lo observaba con suma atención y era plenamente consciente del motivo. Como también comprendía perfectamente que hubiera decidido no indagar más allá de lo que había preguntado. Suspiró profundamente sin borrar la sonrisa en su rostro y respondió que, efectivamente, había conocido ese pueblo mientras se encontraba en Akatsuki. De hecho, solía detenerse allí junto con su compañero, aunque este no hacia más que ahuyentar a los lugareños tan solo con su aspecto. Después de todo, Kisame era por un lado extranjero y, por otro, no era en absoluto habitual encontrar un hombre con su apariencia. Si es que ella había tenido oportunidad de verle alguna vez.

- No; cuando regresé a Konoha con Tsunade-sama, decidí permanecer solo como su asistente. De hecho, mi único enfrentamiento desde nuestro regreso fue con Orochimaru. El Sandaime destruyó sus brazos para impedir que reviviera al Cuarto y él intentó forzar a Lady Tsunade a que los sanara.... Jiraiya-sama también estaba ahí...

Una extraña curiosidad que no recordaba haber experimentado en su vida despertó en el hombre de coleta tras escuchar las palabras de la kunoichi pelinegra. Puntualmente, al escuchar el nombre del Sannin que le sirviera como informante durante su misión en Akatsuki. La tomó sutilmente de su brazo derecho (lo cual exaltó brevemente a Shizune) y la llevó a un sitio apartado, donde pudiera asegurarse de que nadie viera lo que haría. No es que fuera a lastimarla; aquello lejos estaba de sus intenciones. Su temor en efecto era que alguien le reconociera cuando revelara su dōjutsu. Era plenamente consciente del temor que habían sembrado él mismo en primer lugar y más tarde Sasuke debido a su Kekkei Genkai. Shizune pareció percatarse finalmente de sus intenciones, por lo que solo se dejó llevar. Al llegar a un pequeño grupo de densos arbustos, se ocultaron tras estos y se sentaron sobre la hierba ligeramente húmeda. Lo cual no pareció molestarlos en absoluto. Antes de que comenzaran sin embargo, Shizune tomó de su bolsa una botella de agua, dándosela al pelinegro, quien agradeció la misma para luego beber un par de largos sorbos y dejarla cerrada a un costado. Estaba seguro de que la necesitaría nuevamente más tarde. Tanto como lo estaba de que necesitaba ver por sí mismo aquello que le había mencionado Shizune. Especialmente, porque sabía perfectamente que la muerte del Tercero no había sido el único motivo por el que Jiraiya y Naruto habían ido en busca de Tsunade. La Sannin de las Babosas era la única entre los tres shinobi legendarios en haber recibido entrenamiento en ninjutsu médico y, además, en anular más que disipar los efectos de cualquier Mangekyō Sharingan. Y él no solo había enfrentado a su hermano menor sino que, antes de ello, había enfrentado a Kakashi utilizando su Tsukuyomi.

Pasaron un par de minutos en completo silencio hasta que finalmente Itachi tomó con sumo cuidado el rostro de la kunoichi para que le viera directamente a los ojos y, activando su Mangekyō Sharingan, entró en sus recuerdos. Efectivamente, no solo pudo observar el enfrentamiento con Orochimaru junto a Jiraiya sino además el momento en que la Quinta llegó a Konoha y salvo a su hermano y a Kakashi del Genjutsu en que los había sumido. De hecho, sintió que su corazón quemaba al ver a su cuñada aferrada literalmente a su hermano cuando este despertó. Sin embargo, también vio algo más que no esperaba y que, para ser honesto, lo asustó como no recordaba que algo lo hubiera hecho antes. Orochimaru también enfrentó a Naruto junto con Sakura, Kakashi y el joven que tomara el lugar de Sasuke en el Equipo 7. El actual Comandante de ANBU, Sai Yamanaka. Aunque, por supuesto, eso no era todo; el enfrentamiento había provocado que Uzumaki perdiese el control de su Bijū al punto en que pudo haber atacado a su mejor amiga. Dejó escapar un jadeo seguido de una apenas audible exclamación de dolor antes de que las manos de Shizune en su rostro pálido le hicieran apartar sus manos del propio rostro de la kunoichi y más tarde sus orbes escarlatas de los oscuros de la mujer, quien solo pudo observarlo con preocupación ante esa actitud repentina. Volvió a tomar la botella que había dejado a un costado y bebió dos largos sorbos. Su ojo derecho ardía producto del esfuerzo, sin embargo no podía permitir que Shizune notara lo que estaba sucediendo realmente. Sin embargo, asimismo era consciente de que, aunque la mujer frente a él no fuera quizá tan fuerte como su cuñada, era después de todo la discípula nada menos que de un Sannin. Uno de los tres shinobi más poderosos quizá después del Primer Hokage, Hashirama Senju. Justamente, el abuelo de Tsunade. Se llevó la mano al pecho de pronto dejando escapar un largo suspiro para luego disculparse, admitiendo que necesitaba saber qué había sucedido realmente en ese enfrentamiento que ella le había mencionado. Sin embargo, no esperó descubrir también que Orochimaru había forzado a Naruto a liberar al Kyūbi de ese modo.

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