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—¿Y le vas a decir? —me pregunto la Paz.

—Si, pero cuando salga de aquí.

—Deberías llamarlo, toma —extendió su celular.

—No estoy segura..

—¿No quieres que te venga a hacer compañía aquí? —subió y bajó sus cejas.

Sonreí al pensar en esa posibilidad.

Tome tu celular y lo desbloquee, me metí a instagram para luego buscar su usuario y hacerle una video llamada.

...

...

...

...

¿Para que llam.. Victoria — dijo serio.

La Paz salió de la pieza dejándome sola con su celular, suspire.

Tiene su pelo desordenado, un poco de ojeras y los labios súper secos, incluso un poco heridos.

H.. hola —tartamudeé.

Miró hacia otro lado y respiró hondo, no quiere hablar.

—Tengo qué decirte algo importante.

—¿Que cosa? Que nunca me amo de verdad y que solo fui un weon más en su vida, que nunca va a sentir nada por un flaite culiao que no tiene plata, ¿Eso? Porque ya lo sé, no tiene para que llamarme y decírmelo nuevamente.

—¿Por qué estás diciendo esas cosas? —sentí una presión en el pecho.

—Ni siquiera se para que me llama, pero ahora le encuentro razón a las palabras del Soto —trago grueso—Solo me haces daño.

—Yo no.. yo.. —empecé a llorar.

¿Por qué me habla así? ¿Por qué chucha dice esas weas?

El no es el Seba que conozco, no lo es.

—Victoria, ¿Que es lo que tiene en la mano? —preguntó por la intravenosa creo.

—Que te importa, ¿Por qué te va a importar lo que le pasa a una persona que solo te quiere hacer daño? —dije más enojada que la chucha.

—Tal vez mi mamá tenía razón, no debí meterme con un flaite como tú —corté.

No es cierto, no pienso eso, me metería una y otra vez con el, pero estoy tan enojada que digo weas sin pensarlas antes.

Deje el celular en el velador de al lado y me di media vuelta, coloque una mano en mi vientre y la otra en mi abdomen.

—Lo siento por la vida de mierda que te va a tocar a mi lado —solloce.

🦋

Apreté el botón que tiene una campanita y a los segundos llego la doctora.

—Me duele, siento que.. ay —junte mis piernas para evitar que así corriera la sangre.

—Tranquila, relájate y respira conmigo.

—¿Y.. y si se muere? —dije más alterada que la chucha.

—No lo hará, no se va a morir pero tienes que mantener la calma —apretó mi mano.

Asentí y traté de pensar en cosas bonitas pero no funcionó, solo me relaje cuando se me pasó un poco el dolor y se reemplazó por uno leve, no sentí que saliera más sangre.

—¿Te tomaste la once que te trajeron? —se cruzó de brazos.

—No tenía hambre.

—Es importante que te alimentes bien, tienes que comer aunque sea un poco para que tú guaguita nazca fuerte.

—¿Me puede hacer otra ecografía? Es que quiero saber si está bien.

—No puedo, le puede hacer mal, pero puedo hacer otra cosa —sonrió y salió de la sala.

Siento los ojos muy pesados, aparte generalmente me siento pal pico.

Me siento tan débil..

La doctora volvió con una cosa en sus manos, nunca había visto eso.

—Mira, escucha —coloco la wea larga, bueno no tan larga sobre mi estómago y un ruido se escucho—Ese es su corazón, es normal que lata así de rápido así que tranquila, esta todo bien.

Su corazón..

Me gusta ese flaite po   Where stories live. Discover now