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¡Entramos a un túnel!

Las sirenas de los pacos se hicieron presentes y mire al Seba.

—Tranquila pulga, no nos pillan na' esos perkines —sonrió.

Me toque el pecho indignada—¿Ahora soy una pulga? ¿Ya no soy tu reina?

Solto una carcajada—. Si eri mi reina oh —puso su mano sobre la mía y luego la llevo a la palanca de cambio.

—Baja tu ventana —dijo y como la perkin que soy lo hice, todo el viento chocó contra mi cara y me gustó esa sensación de como libertad.

Es raro esto, ni siquiera conozco mucho al Seba para haberme subido a un auto con el, pero necesitaba tanto despejarme que lo hice sin pensarlo dos veces, y creo que fue lo mejor que pude haber decidido porque o si no yo creo que estaría llorando por ahí y no caga de la risa por como me llega el viento a la cara y me causa un poco de cosquillas.

Pasamos de nuevo por donde comenzó la carrera y el Seba pasó haciendo cambios de luces, creo que aviso que venían los autos porque toda la gente comenzó a correr para algún lugar, nosotros pasamos de largo aun a gran velocidad, no se como chucha aun no chocamos.

Él soltó mi mano para que la pudiera sacar, pero no lo hice porque esa sensación se sentía agradable, como vio que no la saqué de ahí, volvió a colocar su mano sobre la mía.

A los pacos ya los perdimos hace rato, ahora el Seba bajo un poco la velocidad y en unos minutos ya estamos de nuevo afuera del carrete, hice un puchero.

—No quería volver..

—¿La llevo a su casa? —me miró directamente a los ojos, sus ojitos de piscina weon, me encantan.

—Voy a hablarle a mis amigas, no sé si sigan aquí —abrí mi banano solo con mi mano derecha porque la otra la tengo agarrada con la de el.

Marque el número de la Claudia pero no responde, ¿como va a responder si hay cualquier música? Obvio que no siente la wea po.

—Buta, no contesta, ¿tú te tienes que ir? —mire nuestras manos juntas y luego lo mire a los ojos otra vez.

—Mañana no tengo ni una wea que hacer así que me puedo quedar, pero antes de que mi mami se levante porque o si no me va a retar —bostezo y alejo su mano de mi para cambiar la canción, puso una del Bayron fire si no me equivoco.

Le mande mensajes a la Clau y a la Millaray, pero su ultima conexión fue cuando salimos de la casa.

Mire los mensajes de la Paz donde me pregunta porque le corte y que porque no he ido a su casa y si ire o no, que me está esperando para contarme todo y que está emocionada..

Yo no quiero ir, no quiero escuchar eso, no creo que pueda disimularlo.

—Oiga reina, ¿por qué está haciendo pucherito? —me preguntó el Seba.

—Es que.. —suspire y luego me arrepentí de hablar—no es nada —sonreí y guarde mi celular.

—Podría apostar que está triste por amor, yo conozco esa cara y hasta yo he tenido esa cara culia —tiro su asiento para atrás.

—Amor no correspondido nomás, pero se pasa —me encogí de hombros.

Tire igual mi asiento para atrás y me acomodé de lado para mirarlo.

—Si, se pasa pero duele —suspiro.

—Gracias por la motivación —traté de alegrar el ambiente.

—No me gusta mentir po, ¿o quiere que le mienta reina? Si quiere le miento y le pinto el mundo como un cuento de hadas.

—Se claramente que el mundo no es así, aunque me gustaría imaginarme que si —hice una mueca.

Se formó un silencio un poco incómodo porque quiero hablar, pero no se me viene nada a la cabeza, aparte esos ojos celestes están mirándome fijamente y me pongo nerviosa. Se lamió los labios lentamente y luego desvió la mirada hacia otro lado.

Mi vista se fue hacia sus labios rosados y gruesos, ¿para que envidiarlos si puedo besarlos?

¡No! ¿Que estoy pensando?

—¿No crees que estaríamos más cómodos atrás? —se aclaró la garganta y asentí automáticamente.

Me baje del auto para subirme atrás, el hizo lo mismo, me acerqué a él y ahora si que estamos muy cerca y mirándonos.

Conchetumaree.

Pero el no hace nada, no se acerca y no se si lo que estoy pensando hacer le puede incomodar, ni siquiera se porque quiero hacerlo pero no me quiero quedar con las ganas.

Puse mi mano sobre su hombro derecho y la subí hasta su cuello, me acerqué a él lentamente..

Me gusta ese flaite po   Where stories live. Discover now