—Oh cállate, Jeon.

Y lo hago, después de alejarla un poco del borde. Me ve con esa mirada que si pudiera, lanzarían dagas a mi persona, y yo solo sonrío ladino mientras revuelvo su cabello. Me aparta rápidamente dando un golpe a mi pecho que admito dolió un poco, y luego sonríe para fijar sus bellos ojos en el mar.

Suspira, y yo también lo hago mientras admiro la belleza de su perfil.

—Sé que sonará muy mal, pero extraño a papá.

Y no sé qué decirle exactamente, por lo que solo paso un brazo por sus hombros para darle consuelo o al menos intentarlo. Y es que no puedo decir nada, estoy odiando muchísimo a ese patán en estos momentos y no creo que deje de hacerlo.

Matar a sus hijos, vender sus cuerpos ¿Qué le está pasando a la humanidad? Si eso es ser humano, pues joder mejor que se acabe el mundo de una puta vez.

¿Es posible que un hombre ajeno a su familia como lo soy yo la ame más que su propio padre? Al parecer, sí. Porque mientras yo arriesgo mi vida para salvarla, el monstruo que la engendró planea acabar con ella de la forma más macabra que he podido ver.

Dasha abraza mi cintura y estampa su cabeza en mi costado, siento sus dientes morderme y doy un respingo, no me acostumbro a su forma de mostrar cariño.

—¿Crees que mamá está bien? Imagino que si, digo...

Sonrío apenas cuando Ikaika se coloca a mi otro lado, con su burlona seriedad adornando su rostro y sus uñas no tan cortas hacen ruido con el choque repetitivo de sus dedos en el metal. El Sol que resplandece y pareciera bañarse en el mar hace de su piel morena algo maravilloso, siempre he creído que brilla pero solo son sus vellos dorados darle ese efecto. Voltea hacia nosotros y luego asiente.

—Es Kim Dokhye —dice ella—, estará más que bien esté en dónde esté.

—Pero nosotros no, así que quizás no la veas durante unos días.

Dejo salir aire apretando su hombro con mi mano, mirando al cielo y pidiéndole a quien sea que nos observe que no me quite a la única familia que me queda.

Pidiéndole a algún ser celestial que cuide a Boram en mi ausencia.

Pidiéndole a algún ser celestial que cuide a Boram en mi ausencia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


—Atención a todas las unidades de protección marítimas, aquí agentes de Moonchild categoría A. Tenemos una emergencia de código amarillo, repito; emergencia de código amarillo ¿Me escuchan?

—Aquí base principal de orden marítimo, Coronel B103 Song Dongin al aire. Hemos escuchado su solicitud.

—Mayor A917 Goh Nana, estamos a siete minutos de tierra firme, solicito permiso para aterrizar.

—Permiso concedido.

Lo que sucede después es bastante rápido, la razón a esto es porque sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer. Durante esos siete minutos exactos Jimin como piloto y Nana como su copiloto se encargaron de realizar un perfecto aterrizaje mientras Grecia y Suni terminaban de prepararse para atacar las aguas saladas junto a ellos, y yo intentaba entrar al sistema eléctrico del barco en el que iban los príncipes, cosa que no fue muy fácil pero tampoco tan difícil para estas maravillosas manos y mente brillante. Logré detenerlo todo, apagando el motor por medio de su equipo tecnológico. Pero no teníamos mucho tiempo, en cualquier momento intentarían con el plan B para seguir con su viaje o quizás, realizar un trasbordo de pasajeros a otra nave. Apenas logramos aterrizar causando un revuelo de arena mojada y olas pues nuestro lugar oculto era entre unas rocas muy cerca del agua, en dónde nos esperaba el coronel Song junto a sus marines bimbaio para recibirnos y obviamente pedir un informe detallado sobre la situación, el cual ya me encargué de redactar.

Moonchild: The Life |Jeon JungkookWhere stories live. Discover now