Conveniente

25 9 2
                                    

Está en la sala, puede sentirse sentado sobre ella. Abre los ojos y tiene una taza de café en las manos, esta cobijado, una suave cobija con figurines de conejillos aquí y allá.

Tal vez lo consideraría infantil pero estaba cada vez más alejándose de aquellos pensamientos tan humanos.

Parpadea y esta cobija cambia de color. Un azul cielo, le recuerda algo.

Cuando se da cuenta Morinaga se encuentra sentado frente a él en el suelo apoyado en sus piernas con una taza de café igual entre sus manos. La misma sonrisa que le había estado mostrando durante este tiempo lo que en realidad lo inquieta.

Se supone que es una sonrisa dulce pero no lo es.

Habla de la nada

—Senpai, quería decirle que he conseguido el cambio a Nagoya

—Pensé que ya no lo querías— Se olvidó de nuevo de esos pensamientos

— ¿Por qué no Senpai?

—Pensé que ya no lo estabas intentando. Dijimos que era demasiado desgastante

—Verte me da energías

— ¿Es por eso que te estabas quedando?

—Sí, estaba arreglando los detalles

— ¿Por qué no me lo dijiste?

—No quería falsas esperanzas pero ahora...

— ¿Ahora qué?

—Te quedarás ¿Verdad senpai?

— ¿Quedarme? ¿A dónde se supone que vaya? Aquí es donde pertenezco, eres tú quien se quedará

— ¿Te quedarás entonces?— Repitió como si no estuviera conforme con aquella respuesta

—No entiendo

—Senpai ahora todo estará bien. ¿Quieres más café?

—No, todavía teng...— guardo silencio al ver su taza y notar que esta se encontraba vacía, ¿Cómo era posible si no le dio ni un trago?

Morinaga se levantó y le sirvió más café.

Souichi lo bebió pero ya no encontró sabor ni sensación

Morinaga se hinco y puso su cabeza en las piernas de Souichi.

— ¿Te alegra que me quedaré?

—Por supuesto, era lo que quería pero no podía decírtelo

— ¿Por qué?

—No quería frenarte

— ¿Cómo podrías frenarme? ¿Qué habrías hecho si esto no sucedía?

— ¿Qué habría hecho? Nada, esperar

—Esperar los tiempos libres

Recostó aún más sucabeza. Souichi comenzó a acariciar aquel cabello con suavidad

Mínima concienciaWhere stories live. Discover now