Decisiones convenientes

51 7 5
                                    

Los sueños son ruidosos, es correr por tierras desconocidas como si no existiera la posibilidad de que el piso bajo tus pies desaparezca, no importa porque puedes volar si quieres, no importa porque incluso si caes y el miedo se apodera de tu ser no pasará nada solo despertarás.

Aunque la mayoría concordará con que despertar es en su mayoría decepcionante. ¿Quién quiere dejar la increíble fantasía y la posibilidad para regresar a la vida? La rutinaria, aburrida y nada increíble vida.

Los sueños se borran, rastros de deseos profundos y secretos son pisados por la inevitable rutina, se olvidan porque sería demasiado doloroso recordar aquello que nunca obtendremos.

Y los sueños son también para muchos una realidad, un llamado, un grito constante que son incapaces de escuchar.

Souichi nunca había sido de soñar demasiado, dicen que cuando estás demasiado cansado solo duermes y los sueños no llegan y Souichi tenía una vida lo bastante ocupada y agotadora como para al llegar a la cama lo único que pensará fuera en dormir. Probablemente no hace mucho había pensado en hacer algo más en la cama.

A pesar de eso ahora que estaba más ocupado que nunca y menos cansado soñaba, soñaba todos los días, dormía al igual que antes apenas tocaba la almohada y soñaba al mismo tiempo. Soñaba y no era agradable o tenebroso, era confuso, era extraño.

Eran voces mezclándose sin parar que no podía descifrar y entre más intentaba escuchar lo que decían más extrañas y distorsionadas se volvían.

Voces mezcladas con lágrimas que le parecían conocidas al tiempo que estaba seguro de nunca haberlas escuchado.

Eran un llamado borroso y lejano.

Nunca sueña y ahora no para de hacerlo, duerme menos y tiene más energía, intenta escapar de aquellos sueños porque son la verdad a la que se niega, no quiere saber y por eso mueve el mundo para dormir menos.

Fueron a ver a su Tía Matsuda y a Kanako, son vecinos porque la casa ha sido reformada a conveniencia y aun así le toma a Souichi un gran y extenso camino llegar. Un camino que se volvía repetitivo, un camino vació de vida y lleno de casas que cada tanto se volvían a ver. No le importa, no le podría importar menos porque quería caminar por la calle con Tetsuhiro, quería ir por la calle mirando aquella sonrisa dulce, quería un escenario diferente y deseaba crear la vida en los ojos de su amante.

Llegan, parece que han caminado kilómetros pero el tiempo se había detenido.

Antes de tocar la puerta Matsuda ya estaba ahí para recibirlos, abrazo a Morinaga primero y después a su sobrino, era cálida pero no podía igualar el sentimiento por más que Souichi lo intentará.

Se sentía como abrazarse solo, y si lo has hecho sabes que es una situación desesperada por sentir algo de calor y eso te hace sentirte increíblemente solo.

Entraron y Kanako salió de su habitación, los recibió entre bromas como una niña, sonriente y animada, alegre.

Se sentaron a comer, sirvieron platos para todos con un montón de comida deliciosa pero nadie excepto Souichi comía, cuando lo hacía todo se quedaba en silencio y cuando levantaba la mirada todos continuaban su plática como si nada, aun si la habían frenado a media frase.

Parecía podría ser que todos comían al mismo tiempo que Souichi.

Entonces Kanako le informo a su hermano una noticia que ya se sabía incluso antes que Kanako.

—Hermano, le he dicho a papá y a Matsuda, te lo quiero decir a ti

— ¿Qué pasa?— pregunto Souichi como si verdaderamente no lo supiera.

—Me voy a quedar en Nagoya

— ¿No habías decidido ir a un internado?

—Ya lo pensé bien y no creo encontrar nada ahí que no tenga aquí, podría perder mucho. Prefiero estudiar aquí cerca de mi familia

— ¿Estás segura de ello? Nosotros estaremos contigo de cualquier forma— era un guión perfectamente preparado. Conocimiento exacto de las palabras que su hermana estaba por pronunciar

—Estoy segura, quiero estar con ustedes— una gran sonrisa, como si fuera realmente algo de lo que tuviera control.

—Si es así, estoy feliz con cualquier cosa que decidas

— ¡Gracias hermano!

El día termino, se quedaron a dormir, el cielo era diferente de las otras veces. Las estrellas se movían rápidamente, giraban de manera constante sin dejar de brillar, eran un desorden el cielo que por su velocidad no parecía de noche, con tan apresurado movimiento apenas podía ver un poco de noche entre aquellas estrellas.

Y súbitamente mientras las estrellas giraban cada vez más rápido el cielo se ilumino por completo y el sol apareció ante sus ojos iluminando al mundo que alcanzaba a ver, Souichi miro el sol directamente pero había algo diferente con este sol, podías verlo directamente.

En los lentes de Souichi se reflejó el sol, enorme, intimidante pero muerto, iluminaba el mundo que Souichi podía ver pero Souichi no sentía más calor que antes en verdad no sintió cambio alguno en la temperatura.

Se dio cuenta que desde donde podía recordar no solo no había sentido cansancio o sueño, no había sentido hambre, ni enojo, no había sudado, no había sentido calor ni frío.

Aunque los árboles se mecían por el viento Souichi no sentía viento alguno.

Morinaga se acercó a él con una taza de café

—Despertaste temprano Senpai

Souichi tomo la taza y no dijo nada, sabía que no había dormido y no sentía la necesidad de hacerlo, de reojo observo a su acompañante, el cabello de este se movía al ritmo del viento pero el cabello de Souichi permanecía quieto, no se movía ni un poco.

—Es un día hermoso Senpai

—Lo es

Mínima concienciaWhere stories live. Discover now