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Las horas no pasaban en aquel departamento, el tiempo que pasaban juntos era todo lo que necesitaban, no importaba si era viendo viejas películas y hablando de las incoherencias de estas, intentando cocinar platillos que al final quemaban o tenían un sabor espantoso, o incluso mirando vehículos pasar por la ventana mientras Sam le contaba algunas experiencias de su vida, como siempre, mirándolo de reojo y suspirando por una mejora. Todo avanzaba lentamente permitiendo que el par gozara de la compañía mutua. Los recuerdos de Bucky poco a poco se abrían paso a través de su mente. Recordaba pequeños pasajes de su vida, pero aún no era capaz de relacionarlos con otros, de reconocerlos o de encontrarles una secuencia, aun no le era posible distinguir esa delgada línea entre recuerdo e imaginación, entre sueño y conciencia. Bucky tenía que admitir que las cosas habían sido un poco más fáciles al lado de Sam, él era como un soporte o un escudo que lo cubría mientras armaba sus recuerdos, mientras se reconstruía a él y a su pasado. Para él, Sam era como una pieza en su vida que no sabía que necesitaba hasta ese momento, como un destello de paz en la tormenta que sacudía su mundo, pero que, cuando saliera el sol querría continuar teniendo, una chispa que querría proteger por el resto de sus días.

Tantas cosas le daban vueltas a su mente cuando estaba cerca de Sam, era una extraña combinación entre locura y calma, en esos momentos trágicos le hacía tanto bien, con cada palabra y con cada acción, alejando sus pesadillas en aquellas noches de pánico y haciéndole saber que no era su culpa, que jamás volvería a pasar por eso, dándole esa extraña emoción cada vez más fuerte. Odiaba el hecho de que, cada vez que su sentimiento crecía, su conciencia le gritaba que todo era un error. A pesar de todo lo que Sam hacía por él, las inseguridades le brotaban cuando pensaba que todo era falso, cuando se dejaba consumir por el agujero de la incertidumbre, temía que todo aquello fuera un engaño de su trastornada consciencia, un sucio disfraz que su mente le colocaba a Sam por la necesidad de una compañía, por el instinto humano de no sentirse solo. Todas aquellas cosas lo hacían desconfiar aun, lo hacían estar inseguro de dar un paso más, le impedían entregar su confianza por completo, y por consecuencia también su amor. No quería mostrarse vulnerable ante una persona que recordaba vagamente, pero que su corazón conocía de toda la vida.

Sabía que la confianza si existía, pues a veces Sam tenía que ver por algunas cuestiones, cosas de Capitán América, y, por ende, lo dejaba solo en el lugar, a veces incluso lo dejaba salir a recorrer la ciudad mientras se encontraba en el cuartel, sin embargo, aun debía mantenerse cauteloso. Esa mañana, Sam debía atender algo en especial, debía ver a Torres por un asunto relacionado con Sharon. Sam había recibido un mensaje de este la mañana anterior, el cual avisaba de actividad en los planes de la mujer, había algunos rastros de ella, además de personas buscando algo en las calles de Nueva York. Esto era preocupante, pues lo más probable era que ya estuvieran enterados de que Bucky había salido de Wakanda.

Sam tenía que revisar esto por cuenta propia, por lo que debía dejar a Bucky solo, no era un gran problema, o al menos no antes, pues ahora había personas buscando por él, eso era un hecho. Sam se sentía culpable, nunca debió dejar que Bucky se paseara por ahí solo, seguramente en uno de esos paseos, algún contacto de Sharon lo reconoció. Entre miedos y culpas, recurrió a su último recurso esa mañana. Había dudado desde la noche de la confesión si debía o no utilizarlo, pero no iba a arriesgarse, ya no. Así que, con una llamada, traicionó aquella confianza que se había ganado durante todos estos días. Lo hizo con las mejores intenciones, no quería que sus errores le volvieran a costar caro a Bucky, y además creyó que este no se percataría, no tenía porque, solo era por precaución.

Sin más que hacer, se despidió de Bucky, antes de salir lo miro, dedicándole una nerviosa sonrisa. Habían acordado no definir nada en su relación hasta que Bucky tuviera más recuerdos, hasta que el efecto de las palabras en él ya hubiera sido borrado nuevamente, y, sobre todo, él se había mentalizado de no dar un paso más hasta que Sharon estuviera tras las rejas. Por más que amara a Bucky, Sam sabía que no era un buen momento para ser algo más con él, si es que alguna vez era el momento correcto, pues, siendo el Capitán América, el amor no sería algo fácil en su vida, si es que podía ser posible. Tenía la certeza de que Bucky lo entendía también, aunque también lo sentía distante, incómodo.

Hasta El Final De Los Tiempos [Sambucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora