—Ven aquí, Reg— le dio un par de palmadas a la alfombra. 

Black no podía sentirse más nervioso, sus orejas se habían tornado de un violento color rojo y agradeció que estuvieran cubiertas por su cabello. Él no era tan inocente como ella y su cabeza ya había comenzado a producir algunas ideas indebidas.

Cerró la puerta tras de sí y tragó con fuerza antes de acercarse. Se quitó los zapatos antes de pisar la alfombra y tomar asiento junto a su novia. 

La miró por un largo momento, mientras la escuchaba hablar de lo increíble que era aquella habitación. 

Había una suave luz iluminándolos, pero era el fuego el que proporcionaba la mayor cantidad de luz y calidez al lugar.

Regulus había dejado de escuchar a la chica y sólo podía mirar sus deliciosos labios rosados. Debía controlarse, no podía faltarle al respeto a la chica de ese modo. No cuando estaba por terminar con ella y romper su corazón. Se vería como un completo patán, incluso más que su hermano mayor y ciertamente no quería eso.

La miró con mayor atención, su cabello despeinado esparcido sobre la alfombra, su cuello descubierto y a su completa disposición. Su falda por arriba de la mitad de sus muslos que con el movimiento se levantaba un poco más. 

Desvió la mirada avergonzado por estar pensando en tales cosas tan indebidas. 

La chica se incorporó, recargándose en sus antebrazos para mirar mejor a su pareja. Se había dado cuenta que él ya no le prestaba atención a sus palabras.

—¿Estás bien, Reg? 

Él volvió a mirarla. 

—Mhmm— murmuró, sus ojos volvieron a viajar a sus labios y luego a sus piernas. 

Abrió un poco la boca para liberar aire y lamer lentamente sus labios.

Su estúpida imaginación no le ayudaba de mucho, era imposible negar que en múltiples ocasiones se había imaginado a él junto a Jane en un escenario más íntimo. Pero era sólo eso, su imaginación. No esperaba que realmente pudiera pasar, al menos no antes de estar casado. 

Jane se acercó un poco más a él para mirarlo mejor.

—¿Seguro? Pareces un poco… uh, nervioso. 

—Estoy bien —aseguró. Pero en ese momento, ni él se creía sus palabras. 

Jane se volvió a dejar caer y miró el techo. El pecho de Black latía con intensidad y sus pantalones comenzaban a sentirse incómodos. 

Se posó sobre Jane, con cada mano a lado de su cabeza para evitar dejar caer todo su peso. No haría nada que ella no quisiera, nunca. 

Se miraron, Regulus con intensidad y Jane con sorpresa. De pronto, la chica se sintió muy nerviosa y sus mejillas enrojecieron. 

Ver los intensos ojos grises de Regulus le causó un fuerte cosquilleo en el estómago y después en todo el cuerpo.

Unieron sus labios suavemente, Regulus se separó solo un poco para comenzar a dejar besos por todo su cuello. 

A Jane le encantaba el suave aliento de Regulus sobre su piel y un par de jadeos escaparon de sus labios. 

Black se detuvo y entonces está vez llevó su mano al borde de su blusa y comenzó a deslizarla, atento a que ella le pidiera que se detuviera. Pero no lo hizo. 

Ella deseaba aquello tanto como él. Y no tenía duda de que quería hacerlo con Regulus Black. 

Sí, era cierto que aún no llevaban ni un año juntos pero ambos se querían, se respetaban y conectaban de una extraordinaria manera. 

Como si hubieran sido hechos el uno para el otro. Era un amor adolescente y ninguno sabía mucho más de esos temas pero eso no quitaba la intensidad  con la que amaban al otro. 

Todo es tan pasajero como para no disfrutar al máximo cada experiencia que se les pone al frente. Después de todo, siempre se aprende algo de los errores. 

Antes de que Black se deshiciera de aquella blusa, miró a su novia, pidiendo permiso y ella simplemente asintió. 

Le pareció tan adorable verla con las mejillas rojas y sus ojos ligeramente entre cerrados.

El simple tacto del hombre, la hizo estremecer y con torpes movimientos, ella comenzó a desabotonar la camisa del hombre. Ganándose una risa por parte de él.  

Ambos recorrieron el cuerpo del otro con curiosidad y sumo cuidado. Descubriendo esos lugares favoritos del otro. 

No, en realidad no fue perfecta su primera vez. Pero sí fue especial y única. 

Algo nuevo para los dos y que sin duda disfrutaron más que nada en el mundo. 

Afortunadamente, Jane no era ninguna tonta y sabía lo que 'eso' -sí, a ella aún le da vergüenza decir la palabra 'sexo'‐ podría provocar en su vida, y por ello conocía algunas pociones efectivas para estos casos. 

Lo único que logró entristecer a Jane luego de aquel evento fue recordar que las vacaciones de verano eran largas y probablemente no vería a Regulus sino hasta que las clases volvieran a iniciar. 

Pero sin duda, sabía que quería pasar esos últimos días junto a Regulus.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Tightrope ⇝ Regulus Black ✔Where stories live. Discover now