Capítulo 1

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—Cristal! Cristal! ¡vamos a jugar a las escondidillas! ¡vamos!— gritó una voz a los lejos—.

—¡Espérame! No vayas tan rapido, ¡espérame! ¡n-no te v-vayas!— grite agitada—. 

—¡No hay tiempo! ¡Corre!— seguía gritando la voz a lo lejos—. Mientras corría detrás de aquella voz desconocida, escuche una mas fuerte detrás de mí.

—¡Cristal, despierta! ¡Llegarás tarde!—. 

En ese momento me desperté alzando la mano al techo, sudando frío y con respiración cortada. Me tomó mucho tiempo darme cuenta que aquello que vi y sentí fue un sueño, demasiado extraño y real, pero la voz detrás de mí resulto ser mi madre gritándome para ir a la escuela, así que baje rápidamente para comer el desayuno, cuando mi madre me vio tan agitada me miró preocupada

—¡Vaya! Cristal, ¿has tenido un mal sueño? lamento haberte despertado de esa manera pero sabes que tu padre se molesta mucho si llegas tarde a la escuela.—dijo mirándome con pesar— Bueno debes comer rapido y cambiarte para ir a la escuela.— 

Mi madre era una persona muy extraña, siempre sonreía falsamente desde que tengo memoria, así que siempre me acostumbre a las personas doble cara, como mi padre, el siempre fue estricto tanto conmigo como con mi madre, si hacíamos algo que no estaba en los planes de mi padre o le desobedecíamos, no terminaba nada bien...y todo esto comenzó a medida que fui creciendo, tal vez yo sea el motivo de que mis padres peleen cada noche. Aunque no tengo tiempo para pensar en esto, solo debo vivir como mis padres quieren que viva, no tengo motivos ni razones para desobedecerlos. Siempre he pensado que lo hacen por mi propio bien y eso es lo único que necesito saber, pensando esto di el ultimo bocado de mi huevo, di gracias por el desayuno y subí las escaleras a paso apresurado a prepararme para la escuela.

Al terminar de ponerme el uniforme, me puse mi mochila y como toque final puse un pequeño moño entre mi flequillo, al terminar baje las escaleras tome mi almuerzo de la mesa, me despedí de mi madre y me fui caminando a la escuela, normalmente tomaría el autobús pero justo ese día no pasaba por mi casa. Mientras iba de camino a la escuela vi un gran camión de mudanza a unas pocas cuadras de mi casa, aquello era muy inusual y me tomó por sorpresa ya que aquella casa siempre estuvo abandonada, y gracias a eso todos mis compañeros de clase pensaban que estaba embrujada o que había alguien misterioso viviendo ahí, a decir verdad eso me parecía muy ridículo y poco creíble, así que solo pase de largo y me dirigí en lineal recta hasta la entrada de la escuela, al llegar vi a muchos de mis compañeros susurrando en el pasillo principal y mirándome, aquel acontecimiento era muy raro nunca fui el centro de atención, así que mire con detenimiento hacia donde se dirigían sus ojos y vi que a la que miraban no era a mí si no a algo que había detrás mío así que voltee hacía atrás. Lo que encontré no fue un animal o algo que traía arrastrando si no a una niña tratando de esconderse detrás de mí, me quede mirándola unos segundos y no pude ver nada llamativo o extraño de parte de ella, seguía sin entender el por que, pero al parecer el haberme parado hizo que la niña se asustara abruptamente

—¡O-Oh! ¡Lo siento mucho!—dijo la niña con voz temblorosa—.

—Ah, no hay problema pero ¿por que te escondes?—pregunte confundida—.

—Ni yo se por que...desde que me mude todo el mundo me ha estado mirando raro,—dijo mirando alrededor—.

Ahora ya entendía por que todos se le quedaban mirando, seguro le tienen miedo por haberse mudado a la "casa embrujada". No podía dejarla sola a vista de todos, así que le tome la mano y fuimos al otro lado del pasillo.

—Aquí nadie podrá verte, aunque decir que nadie va a verte es algo imposible, creo que se el motivo por el que te miran tanto.—dije amablemente—Lo que pasa es que en la casa donde te acabas de mudar, todos la consideran la "casa embrujada" solo por que desde que iniciamos la escuela esa casa nunca tuvo dueño, aunque los vecinos dicen que antiguamente vivia un anciano. Pero son solo rumores.—

—Vaya...así que es por eso, pensé que era por que era nueva.—exclamo aliviada—.

—A todo esto, ¿Cuál es tu nombre?—pregunte curiosa—.

—Me llamo Sophie, ¿y tu?—pregunto de vuelta—.

—Yo soy Cristal, espero que nos llevemos bien.—dije sonriendo—.

—Claro que sí, Cristal!—dijo alegremente—.

Después de un tiempo conversando, sonó la campana y algunos ya se estaban yendo al salón, excepto Sophie ya que era un año mayor tuvo que ir a un salón diferente. Nos despedimos y acordamos comer juntas en el almuerzo, cuando entre a clases afortunadamente o mas bien, como siempre era la primera en entrar. Cuando la clase ya estaba empezando, unos niños del fondo estaban mandándose papelitos y murmurando entre sí, estos niños nunca eran descubiertos en sus maldades, pero creo que hoy no era su día. Por que el profesor se percató rápidamente del escandalo,

—¡Los del fondo!—exclamo el profesor molesto—¿Podrían venir al frente y compartirnos su tan importante conversación?—pregunto de manera sarcástica—.

Entonces los 2 niños se acercaron tímidamente al frente y le dieron la nota que se estaban mandando.

—"¿No crees que el profesor ya esta grande para dar clases?" "Yo desearía que renunciara de una vez,"—leyó en voz alta la nota y agrego el profesor— Bueno, en primer lugar, muchachitos deberían tener mas cuidado con lo que desean por que podría cumplirse y en segundo ustedes 2 después de la clase irán directo a dirección y con un reporte—.

Mientras que los 2 niños estaban muertos de la vergüenza, todo el salón estuvo en un silencio muy largo e incomodo, aunque la frase que dijo el profesor de "Cuidado con lo que deseas, podría cumplirse" quedo resonando en mi mente por el resto de la clase.


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